loader image

 

Sobre la gentrificación

 

La gentrificación es un neologismo que muchos urbanistas latinoamericanos no comparten por referirse a un “aburguesamiento” de ciertas áreas de la ciudad en donde sectores con mayores ingresos desplazan a los residentes anteriores. El término surge a partir de un estudio sobre las transformaciones socioespaciales que experimentaban ciertos barrios obreros en Londres, y efectivamente, es válido cuestionarnos si el concepto es realmente apropiado para lo que aparentemente intenta describir, ya que intenta comprender los factores determinantes y la lógica social detrás de procesos sociales complejos.

No obstante, hay un uso ideológico del término que obstaculiza una exploración más a fondo de la identidad de clase que subyace a dicho concepto, el cual encubre la pérdida urbana sufrida por las clases populares debido a dicho fenómeno. Desde una perspectiva política, la gentrificación se presenta como una faceta de la elitización del derecho a la ciudad, en donde los residentes de zonas atractivas y bien localizadas son desplazados (o como dice Neil Smith, deportados) a la periferia de la ciudad.

Esta breve introducción es solo para poner en contexto lo que está sucediendo en México en las últimas dos décadas, en donde por una parte, tenemos a los nómadas digitales que llegan a nuestro país con una mayor capacidad adquisitiva y que son un factor en la ecuación, mientras que por la otra, tenemos que el Estado mexicano tiene un papel rector en materia de políticas públicas por lo que podría ampliar el acceso a la vivienda a los sectores menos favorecidos, atenuando así la escalada generalizada de precios de la vivienda en venta o en renta, como es el caso de la Ciudad de México.

Me voy a permitir referir un articulo reciente publicado por nuestro equipo de investigación en una revista de amplio alcance sobre el impacto de la gentrificación en la CDMX (https://link.growkudos.com/1ed2kmde0ow). Realizamos un análisis espacial y temporal de los patrones de vivienda en la Ciudad de México mediante la utilización de una extensa base de datos de 16,000 precios de departamentos y casas, cubriendo el periodo desde 2000 hasta 2022. Nuestros hallazgos revelan una tendencia sorprendente: los precios promedio de la vivienda se han cuadruplicado en un periodo de 20 años, sin tener en cuenta la inflación. En contraste, el ingreso laboral per cápita de los ciudadanos mexicanos ha disminuido en relación con la inflación. Como resultado, la familia promedio enfrentó desafíos cuatro veces mayores para acceder a la vivienda en 2015 en comparación con 2005. Es así es que la disparidad marcada entre los precios de la vivienda y los ingresos ha llevado a una migración significativa de ciudadanos fuera de la CDMX.

Entre los hallazgos importantes destacan que las áreas que han experimentado una gentrificación significativa o una super-gentrificación, contribuyen a un aumento generalizado en el valor del suelo en zonas vecinas, dando lugar a la aparición de conglomerados de zonas residenciales exclusivas. Destaca de manera particular que en áreas como Polanco, Narvarte y Condesa dicho aumento ha vuelto las viviendas financieramente inaccesibles para muchos residentes. Sin embargo, lo verdaderamente relevante para las políticas públicas es que el patrón revela que estas dinámicas son el resultado de decisiones de políticas y de gestión de suelo que han contribuido a aumentar las disparidades socioeconómicas, subrayando la necesidad de políticas de vivienda inclusivas.

La gentrificación no se limita a áreas específicas, sino que más bien, crea un efecto dominó que se extiende a los barrios colindantes, formando circuitos de zonas residenciales con una alta demanda. Esta situación resalta la necesidad inmediata de soluciones innovadoras para garantizar un acceso justo a la vivienda, prevenir desplazamientos involuntarios y preservar el tejido comunitario diverso y vibrante de la ciudad. Enfatiza el llamado a un esfuerzo colaborativo para promover la equidad y la sostenibilidad en la vida urbana. Dicho fenómeno está transformando la configuración misma de la capital, pero también es un fenómeno que se registra en muchas otras ciudades del país. El citado estudio destaca la urgencia de repensar las políticas de vivienda y se pregunta ¿Cómo podemos garantizar que nuestras ciudades sean accesibles y habitables para todos y todas?

En síntesis, aunque la llegada de nómadas digitales contribuye a la dinámica gentrificadora, el Estado juega un papel crucial en la formulación de políticas de vivienda para abordar la creciente disparidad entre los precios de la vivienda y los ingresos. Subrayando la necesidad de que las políticas públicas inclusivas que aborden las decisiones de política y gestión del suelo para mitigar las disparidades socioeconómicas, requerimos soluciones innovadoras y un esfuerzo colaborativo para garantizar el acceso equitativo a la vivienda, prevenir desplazamientos involuntarios y preservar la diversidad comunitaria en la vida urbana.

Imagen cortesía de Jimmy Woo_Unsplash