

La dicha de estar equivocado

A veces, pintar se siente como escarbar en la tierra con las manos. No sé exactamente qué estoy buscando, pero hay momentos en los que todo cobra sentido, aunque sea por un instante. Frente a la obra, bajo una luz que no es la del día ni la de la noche. La pintura nace de una atmósfera ambigua: algo entre lo real y lo que sólo existe dentro de mí. Sombras, reflejos y líneas no buscan representar, sino dejar una grieta donde se cuela lo invisible. Son huellas, rastro de una búsqueda que no termina, son la memoria que se niega a desaparecer de la retina.
¿Qué es ser un artista?
No sabría decirlo. A veces pienso que esa palabra me queda lejos. Me pienso como alguien que ha elegido la pintura como forma de estar en el mundo. Entonces, tendría que responder: ¿qué es ser yo? Yo soy mis pinturas.
Lo más simple que puedo decir es que la pintura es una forma de vida, no es un lugar al cual llegar, es un camino.

Como pintor, estoy en comunión con otros pintores de todas las épocas. Desde esa soledad compartida, me siento agradecido y acompañado.
Los pintores no pertenecemos a una raza ni a un género: pertenecemos a un credo, una forma de fe hecha de pigmento, duda y persistencia.
Algunos encontramos placer en la melancolía. Somos como la melodía de los músicos afroamericanos a principios del siglo XX, alejados de cualquier rastro de música de trovador, sin sonreír, sin reír, ni bailar, un intento más lírico que narrativo, viviendo en una ilusión constante de posibilidades, en búsqueda de un milagro.
No sé realmente cual sea la función de un artista, pero sí sé que no es el compartir una visión, no es enseñar cómo mirar el mundo, no es abrir interrogantes. Solo sé que pinto para no pensar, pinto para sentirme parte de un todo, de un tiempo, pinto porque con los años he ido creando un fuerte vínculo con mi obra, una relación ganada a través del tiempo y a puerta cerrada.

Somos la dicha de estar equivocados. Se necesita valor como creador o artista para defender quien sabes que eres, para arriesgarte y ejercer el acto de crear a pesar de todo. ¿Qué es la vida si nadie cruza el límite?
La única manera de saberlo, es atravesarlo, y eso es solo una razón más que merece amor y respeto.
* Director y curador en jefe del Museo Morelense de Arte Contemporáneo (MMAC).
