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Son motivo de optimismo para Morelos y todo el país las declaratorias de territorios libres de la minería a tajo abierto de los municipios de Miacatlán y Xochitepec. El primero en agosto pasado y, el segundo en enero de 2022. Estos actos de autonomía municipal a través de los acuerdos de sus respectivos cabildos significan que no se otorgará el permiso de cambio de uso del suelo a las mineras, no obstante, las concesiones otorgadas por el gobierno federal. Implican medidas soberanas de comunidades organizadas que sintonizan con movimientos similares en otros lugares de México y del mundo. El pueblo de Morelos ha dado ejemplos históricos de que las mejores ideas y organización popular han alentado luchas de alcance nacional, siempre contra poderosos saqueadores de la tierra y el agua.

Existe una confluencia entre la acción de los pueblos, colonias y comunidades de los municipios de Xochitepec y Miacatlán y la lucha que iniciaron en un pequeño municipio de El Salvador, o en Nueva Vizcaya en Filipinas o en varias provincias de Argentina y otros más en Puebla, Oaxaca y Chiapas. “Defender el agua” es un libro que relata siete años de lucha, entre 2009 y 2016, de pueblos campesinos salvadoreños para proteger el río Lempa y lograr lo que en otros países parece imposible: que la nación se declarara libre de minería de metales. Fue una conquista nacional.

Robin Broad y John Cavanagh cuentan una gesta que inicia en el pueblo de San Isidro, en el municipio de Cabañas, donde el líder comunitario Marcelo Rivera fundó una casa de la cultura dedicada a promover teatro y música, más tarde se convirtió en el centro de la defensa del Lempa y, al final, el relato llega a Washington a una oficina del Banco Mundial en la que se dirimió la demanda de la empresa minera PacRim de OceanaGold contra el gobierno de El Salvador por no ratificar, según el gigante minero, su derecho a sacar oro en Cabañas.

En palabras de los autores, “no es exagerado afirmar que esta historia de las y los defensores del agua contra la industria del oro guarda las claves para revertir el desproporcionado poder de las corporaciones globales. Tal vez te sorprenda la vigencia de las estrategias que estas personas usaron en El Salvador … tal vez te sientas inspirado por ‘un pequeño grupo de ciudadanos considerados y comprometidos’ que hace frente al poder corporativo”. Cada lucha infunde esperanza, a veces duele en el alma porque defensoras y defensores son asesinados como ocurrió con Marcelo Rivera en 2009 pero la confluencia de manifestaciones autónomas para salvaguardar zonas de vida es constante.

El Movimiento Morelense Contra las Concesiones de Minería a Tajo Abierto de Metales lleva más de una década en una lucha muy similar. Logró frenar a Esperanza Silver en 2012, que reapareció con otro nombre y son otros los barones mineros que pretenden hacer uso de las más de 14 mil hectáreas concesionadas. El Movimiento se renueva, llegan más comunidades aliadas, a la experiencia de la lucha del pasado se suma la fuerza de nuevas jóvenes defensoras. Ahora son más mujeres. En esto también se parece a lo ocurrido en El Salvador, Vidalina y muchas compañeras continuaron lo que Marcelo había iniciado. El Salvador fue el primer país en aprobar una prohibición total a la minería metálica, en 2016.

Coatetelco está en proceso de declarar su territorio libre del extractivismo minero, cuando ocurra, se sumará a Zanatepec en Oaxaca, San Luis Acatlán en Guerrero, Acacoyagua en Chiapas, a Libres y la comunidad indígena de Tecoltemi en Ixtacamaxtitlán, Puebla. En México aún no se sabe lo suficiente del desafío de miles de personas a las mineras canadienses, norteamericanas y mexicanas. Las y los defensores del territorio actúan con creatividad y un cariño inconmensurable por la conservación de la vida en Morelos. Como en otros lugares del mundo, necesitamos construir coaliciones estatales que aglutinen a las personas que saben y no validan los peligros de una industria dañina y especuladora.

*Profesora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México