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Lucy in the Sky with Diamonds

 

Era 24 de noviembre del año de 1974 y un par de antropólogos iniciaban su investigación en el valle de Awash en Etiopía. Donald Johanson y Tom Gray, tenían la firme misión de revisar la formación de Hadar que es una pequeña aldea que había sido explorada anteriormente y que parecía prometedora para encontrar fósiles.

Sonaba de fondo “Lucy in the sky with diamonds” de los Beatles cuando el par de investigadores con la boca abierta terminaba de desenterrar 52 huesos de una hembra de unos 1.10 metros de altura que probablemente estaba embarazada cuando murió. Lucy, una hembra de Australopithecus afarensis que cambió la historia para siempre. La especie fue nombrada así formalmente en 1978 y se desató una ola de descubrimientos de más de estos fósiles. Hasta la fecha se han encontrado más de 300 individuos en el este de África (Etiopía, Kenia y Tanzania). Tienen una edad aproximada entre 3.85 y 2.95 millones de años. Esta especie sobrevivió durante más de 900,000 años, lo que es más de cuatro veces la duración de nuestra propia especie en la Tierra hasta ahora.

Los miembros de esta especie tenían proporciones faciales similares a las de los simios (una nariz plana y una mandíbula inferior que sobresalía) y una caja craneal pequeña, generalmente de menos de 500 centímetros cúbicos (aproximadamente 1/3 del tamaño de un cerebro humano moderno). También tenían brazos largos y fuertes con dedos curvados adaptados para trepar a los árboles. Además, presentaban dientes caninos pequeños y un cuerpo que se mantenía sobre dos patas y caminaba erguido regularmente. Sus adaptaciones para vivir tanto en los árboles como en el suelo les ayudaron a sobrevivir durante casi un millón de años a medida que el clima y los entornos cambiaban.

Los paleoantropólogos han podido determinar la dieta de Lucy y sus parientes observando los restos de sus dientes. Los estudios de micro desgaste dental indican que se alimentaban de frutas blandas y ricas en azúcar, pero el tamaño y la forma de sus dientes sugieren que también podrían haber comido alimentos duros y quebradizos, probablemente como “alimentos de respaldo” durante las estaciones en las que las frutas no estaban disponibles. Principalmente se alimentaba de plantas, incluyendo hojas, frutas, semillas, raíces, nueces e insectos… y probablemente ocasionalmente pequeños vertebrados, como ricas y suculentas lagartijas.

Pero… ¿Qué nos dice Lucy de la humanidad como especie?

La hominización es el proceso que llevó a la aparición de los homínidos, que incluyen a los humanos modernos y sus antepasados. Esta línea evolutiva se separó de la de otros primates hace aproximadamente 7-8 millones de años. Aunque hablo de “línea” la evolución no es lineal (como la típica imagen con siluetas que van de chango a hombre con portafolios), es ramificada y un proceso de especiación puede llevar siglos.

El análisis de los fósiles, como en el caso de Lucy, proporciona evidencia de una especie que caminaba erguida, lo que sugiere que la bipedestación (caminar sobre dos patas) había evolucionado antes de lo que se pensaba. Lucy es uno de los fósiles más completos de Australopithecus afarensis jamás encontrados. Su descubrimiento ayudó a confirmar que nuestros antepasados habían desarrollado la capacidad de caminar erguidos antes de tener cerebros grandes, lo que desafió las ideas anteriores sobre la evolución humana.

Hoy Lucy cumple años de ser descubierta y ha sido un logro fundamental en la investigación de la evolución humana. Estos hallazgos han proporcionado una ventana a nuestro pasado ancestral.