La segunda etapa de la campaña Presidencial llego a su fin después de 60 intensos días. En la primera etapa donde se eligieron a las candidatas, que debió ser la verdadera pre-campaña, se violentaron todos los tiempos legales establecidos ante la complacencia de autoridades electorales tanto administrativas como judiciales.

Tras la pre-campaña, ya con “pre-candidatas únicas”, en donde de acuerdo a la ley deberían elegirse las candidaturas presidenciales, ya fue en realidad la primera etapa de la campaña presidencial y terminó…como empezó. No hay cambios en las preferencias electorales, todo sigue igual, la tendencia de dos a uno en favor de Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez parece consolidarse.

Además de las encuestas, también políticamente todo sigue igual. El Presidente López Obrador metido en el proceso electoral opinando, totalmente atento y decidido a apoyar abiertamente la continuidad del proyecto de la llamada 4T. Por otro lado, las autoridades electorales también parecen seguir en su plan de permisibilidad, donde solo algunas Consejeras dan chispazos de autonomía. Cabe destacar que el único cambio se dio en la Sala Superior del Tribunal Electoral (TEPDF) con el golpe de timón al cambiar la Presidencia, sin embargo, el destino de las resoluciones parece estar ya cantado, sin cambio, sin sobresaltos.

Por parte de los Partidos, también la cosa sigue igual. Por MORENA, con un presidente de Partido muy fuerte, Mario Delgado avanza con todo el apoyo de quien será su candidata Presidencial. En el PAN y en el PRI, la dupla Marko y Alito, siguen igual. Uno trastabillando y otro marrullero pero avanzando internamente. Sorprende ver borrado a un político tan experimentado como el líder del PRD, Jesus Zambrano, en el Frente opositor. Ya le vaciaron su partido, casi todas y todos ya dieron el salto a MORENA, también por ahí van muchos priistas. Y Dante Delgado, el líder de MC, al final no sorprendió después de un prometedor inicio. En pocas palabras, también en los liderazgos partidistas todo sigue igual que al inicio de las pre-campañas. Unos se regodean de una victoria anticipada; mientras que los otros, solo quieren conseguir espacios políticos para buscar equilibrios y mantener su liderazgo y prebendas partidistas.

Respecto a las candidatas y al candidato tampoco se aprecian factores disruptivos que puedan alterar la contienda. Por su parte, la candidata de la Coalición encabezada por MORENA, la doctora Claudia Sheinbaum hace buenos los pronósticos. La gente la percibe como la heredera natural de AMLO para continuar con el segundo piso de la transformación, como ella la ha denominado. Después de triunfar en la interna de MORENA, consolida su liderazgo y sigue el ejemplo de su líder, muchos kilómetros y mucho contacto popular. No comete errores y camina dándose cuenta de que será ella la encargada de cargar a potenciales candidatos, muchos de ellos impresentables. Pero así está diseñado el Movimiento Obradorista, un o una líder fuerte, que sea el propio contrapeso de la tempestuosa izquierda, hoy nutrida además con el arribo de las mañas de cuadros priistas y perredistas. Pero en el “Movimiento” parece haber lugar para todos, tirios, troyanos y hasta detractores arrepentidos. Al final del día, la doctora Claudia consolida día con día su ventaja.

Mientras que la candidata del Frente Opositor, Xóchitl Gálvez, empieza a darse cuenta de su error. Debió ser la candidata en la Ciudad de México donde las posibilidades de victoria eran reales. La vemos brincar, patalear, equivocarse, corregir, caminar, trabajar, incluso hasta decir buenos discursos y no pasa nada. No mueve más que a la ciudadanía lastimada pero que tampoco está convencida de tener una candidata ganadora. Y, para terminar, tiene que padecer y cargar la lápida de partidos viejos, con estructuras anquilosadas y liderazgos marrulleros. Pobre, Xóchitl se merecía un mejor destino, pero se dejó convencer de ir por la grande cuando su camino era la creciente opositora Ciudad de México. No se ve, en estos momentos, como pueda cambiar su futuro en la próxima jornada electoral.

En tanto en MC, el partido que parecía tener un crecimiento exponencial, se cometen cuatro errores. Primero, no calcular que se viven tiempos de canallas y que no tendrían ninguna consideración con Samuel García. Fue un inicio prometedor, por el estilo de Samuel y de Mariana, a los jóvenes les agradaban. Error de cálculo que les costó mucho, mucho de verdad. El segundo, no convencer a Luis Donaldo de ser su candidato. No solo llenaba los tenis naranjas de Samuel, Donaldo caminaría con zancos. Donaldo se convertiría en el candidato de los jóvenes, al parecer le falto pasión pero no tamaño, ni personalidad. El tercer error, es poner a un político joven, brillante orador, fuimos diputados federales en la Legislatura LXIII, pero sin alcances nacionales. Batallará primero con el conocimiento, y ya no tiene tiempo para posicionarse. Y el cuarto error, y el peor en mi opinión, Dante Delgado debió ser el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano. Es un político formadísimo, con gran experiencia, que contrastaría muchísimo con las candidatas de las dos coaliciones. Dante le ha dado oportunidad a los jóvenes, ha sido empático con mucha gente y ha sabido crear una marca partidista distinta. Pero su mayor atributo, en pocas palabras, es de los pocos políticos en Mexico que puede sentarse a jugar una partida de ajedrez con López Obrador. No lo entiendo, era su última oportunidad de ser Presidente.

En la parte de los independientes, se veía difícil. Hay que recordar que hace 6 años se ganaron las candidaturas en tribunales y que estas eran apoyadas por el régimen priista pensando en restarle votos a AMLO y al propio Ricardo Anaya. Eduardo Verástegui, sin experiencia y sin estructura, ya se dio cuenta que no solo son buenos propósitos. La política es dura y tiene que labrarse paso a paso, ya dio los primeros. Ulises Ruiz, mucha experiencia pero su liderazgo es regional, no logró una avalancha en masa de priistas inconformes. Y en el caso del PES, con su servidor encabezando, decidimos que no sería el camino y decidimos no poner a caminar y desgastar a toda nuestra estructura que hoy alcanza ya 18 partidos estatales con registro. Nuestros esfuerzos se dirigirán de manera diferente en este proceso electoral, esperando la apertura de los nuevos registros nacionales, del cual no tenemos duda, volveremos a alcanzar. El mismo mes de octubre decidimos desistirnos y encaminar nuestro trabajo político por otra ruta.

Finalmente, hasta estos momentos no vemos un esfuerzo de las candidatas y el candidato para buscar el voto cristiano. Mas allá de los oportunistas de siempre que creen que pueden ofrecer un voto corporativo que no existe, y de algunos otros que creen ingenuamente que pueden colocar candidatos en todos los partidos, no hay una ruta para buscar los votos de este segmento social. Les guste o no, sigue siendo el PES, quien tiene cuadros cristianos no eclesiásticos -porque no creemos en la participación política de ninguna Iglesia- la única ruta consolidada. Nuestro trabajo ha sido juntar a muchos liderazgos cristianos y no cristianos, lideres sociales y seculares con el propósito de crear una nueva clase política de personas que nunca antes participaron en la vida pública del país. En el PES, creemos tanto en el poder de nuestras propias creencias como en la congruencia de nuestros actos. Así fue desde nuestros inicios que se remontan a cuatro lustros y así seguirá siendo.

Se dice que: “la mejor elección es la que se gana antes de la jornada electoral”. MORENA parece estar decidida a cumplir esta máxima. No se aprecia quien y como pueda darse un cambio brusco en este proceso. Sin embargo, no podemos dejar de decir que el futuro queda configurado en los momentos de decisión colectiva, esta oportunidad la tendremos el próximo 2 de junio. Todas y todos debemos salir a votar porque la decisión colectiva determinará casi plebiscitariamente si continúa o no MORENA. Después no se admiten reclamaciones, no nos quejemos del futuro de nuestra amada Patria.