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Andrés Uribe Carvajal 

Unos cinco días de mar. Cruzamos con los ojos cerrados de Yokohama Japón a Dutch Harbor Alaska, el trayecto es bravo, por las noches es casi imposible caminar en línea recta, nos damos tumbos entre las paredes, intentando no chocar contra los otros, no hay tregua, Poseidón nos mece a su manera, nos recuerda que todos somos ciervos de su merced y que su jardín es una alberca inmensa en donde nos hacemos invitados sin su permiso.

No nos queda mucho por hacer más que tendernos en la cama, y abrazarnos a su ritmo, nos entregamos en sus manos. En el escritorio las botellas de vidrio chocan entre sí, y de tanto en tanto, una ola se nos estampa en el costado y nos hace perder el equilibrio. Somos tan chiquitos, un punto en medio de la nada, si por él fuera nos hundiría en sus profundidades, nada de nosotros quedaría, más que el eco de nuestros destellos en retales de memoria ajena.

Al llegar a Dutch Harbor Alaska bajo lo más rápido que puedo del barco, necesito quitarme ese pleamar de la cabeza, hacer tierra. Me encamino hacia un super mercado local, que queda a unos dos kilómetros, me siento bajito caminando bajo la lluvia que moja mi campera mientras el viento helado me sopla en la cara y me lastima las mejillas, aún así la vista es sublime, las montañas nevadas a lo lejos y un lago apacible donde un par de colimbos pico amarillo se bañan, me estremezco ¿Cómo soportan esas temperaturas? parecen felices, este es su hogar, claramente no el nuestro.

Compro una caja de galletas, unas chucherías, baterías doble A, y un par de cosas de higiene. Al salir me pido un Subway de jamón de pavo, y soy atendido por unas filipinas muy amables. 

¿Cómo llegaron ellas aquí?, pienso, después me miro, ¿cómollegué yo aquí? Un cachito de sol se me asoma, no estamos tan solos.

Salgo de ahí con campera y gorro en mano listo para emprender el regreso cuando enfrente de mí veo un cartel neón OPEN “Norwegian Rat Saloon”. Me apetece echar un vistazo y todo parece de película Yankee, un piso de madera desgastado, unos cuantos tipos de barba larga jugando billar y tomando cerveza, música country sonando por las bocinas y una camarera muy atractiva de tez morena que parece reina del lugar: Jazmín. (lease con acento norte-americano)

Todos la saludan con respeto y algunos cuantos se atreven a coquetearle, ella los aparta sin problema, parece acostumbrada y un tanto harta. Me siento en la barra y pido una IPA Alaska, Jazmín me la sirve con prisa, y corre a atender otras mesas, veo esto mientras dejo a mi ser desdoblarse en esa comedia norteamericana. Unos cuantos personajes del pueblo aparecen en escena, un hombre de unos 40 años llega con su hija, pide una cerveza y Jazmín le da un jugo de naranja a la cria, los veo salir a la terraza, la niña hace unas vueltas de carro y el papá aplaude sus hazañas, se miran felices, la ternura se hace presente, son cachitos de memoria que llegaran a ellos muchos años después. Esos momentos donde la belleza es manantial.

Al final pido a Jazmín la cuenta por las dos IPA. Me niega con la cabeza, yo las invito seguido de un: thanks for being nice. Me siento mal, le pido por favor me deje pagar, desde la barra acerca su cuerpo al mío y me mira a los ojos con dureza; de verdad, gracias por ser amable. Algo de ello me conmueve, no hice nada fuera de lo común. Pensé en qué clase de vida llevaría Jazmin para sentirse en deuda con un desconocido que sólo estuvo en silencio en su presencia, me lamenté un poco por ello.

Afuera los colimbos pico amarillo seguían bañándose, parecían haber encontrado su lugar. Quizá Jazmín también debería buscar el suyo, no el destino que su abuela puso en sus caderas para atender el Norwegian Rat Saloon.

En el 2022 Harry Styles escribió una canción bellísima:“Matilda”, quizá un mensaje claro habría en ella, y en abandonar casa y en buscar nuestro lago personal donde la temperatura no nos toque ni nos cale los huesos, donde la gente sea un poco más amable.

Matilda.

Puedes dejarlo ir/ Hacer una fiesta rodeada de gente que quieres/ No tienes que invitar a tu familia si nunca te mostraron amor/ No tienes que excusarte por crecer/ Puedes irte y ver el mundo siguiendo las estaciones a dónde quiera que vayas/ No tienes que excusarte por hacerlo sola/Puedes dejarlo ir/Hacer una fiesta a rodeada de gente que quieres/Puedes empezar una familia, otra que siempre te mostrará amor/No tienes que excusarte.

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