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José Martínez Cruz y Marco Aurelio Palma Apodaca.

Al iniciar este año 2023, las luchas sindicales por derechos laborales, serán importantes para defender las conquistas históricas de la clase trabajadora, pero sobre todo para avanzar en condiciones de vida dignas para millones de trabajadoras y trabajadores que se encuentran en condiciones precarias, de super explotación, sin prestaciones sociales ni estabilidad en el empleo, careciendo de organizaciones sindicales y sociales que les permita resistir colectivamente, por lo que es necesario redoblar los esfuerzos para organizar a los desorganizados mediante el apoyo y la solidaridad de quienes han acumulado experiencias y conciencia de clase a través de la historia de lucha proletaria en México y en el mundo.

Si bien es cierto que son los sindicatos independientes quienes tienen las mayores posibilidades de articular estrategias mediante la realización de asambleas democráticas, donde se expresan todas las ideas y propuestas de acción y movilización, también es necesario fortalecer vínculos con quienes se van sumando e incorporando por primera vez a la lucha organizada.

En el balance de lo ocurrido en el año 2022 podemos señalar que, desde las organizaciones sindicales y sociales del Pacto Morelos por la Soberanía Alimentaria y Energética y los Derechos de las y los Trabajadores, se llevaron a cabo importantes luchas en defensa de los derechos laborales y sindicales. El Sindicato de Trabajadores del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua logró articular respuestas para defender la permanencia del IMTA frente a los intentos de desaparecer mediante su incorporación burocrática a la CONAGUA, y ahora preparan ya la elección de la nueva dirección sindical. El Sindicato de Telefonistas concluyó el año con una serie de movilizaciones para defender el Contrato Colectivo frente a los intentos de desaparecer la cláusula de jubilación por parte del empresario más rico del país como es Carlos Slim. El Sindicato Mexicano de Electricistas, al cumplir 106 años y 13 de resistencia, logró un avance en las negociaciones con el gobierno, para obtener plazas de trabajo para quienes se han mantenido en la lucha todos estos años. El Sindicato de Trabajadores de la UNAM logró superar el golpe por la muerte de su secretario general, Agustín Rodríguez Fuentes, para mantener la vigencia del contrato colectivo y la revisión salarial. El Sindicato de Trabajadores de Saint Gobain en Cuautla, logró el más significativo triunfo al obtener el reconocimiento al nuevo comité ejecutivo democrático y la titularidad del contrato mediante un proceso rigurosamente vigilado por las autoridades laborales y las organizaciones independientes. El Movimiento Magisterial de Bases ha llevado a cabo una intensa campaña para lograr la democratización del SNTE en las inminentes elecciones para elegir a su nuevo comité ejecutivo de la Sección 19. El Sindicato Independiente del Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias logró establecer comisiones mixtas para evaluar los proyectos y que se respetará su contrato colectivo de trabajo.

Estas conquistas se han logrado mediante la organización y lucha independiente, apoyando causas como la huelga de más de mil días que sostiene el Sindicato de Notimex, que obtuvo el compromiso presidencial de establecer una mesa de trabajo al iniciar este año 2023.

En estos días se ha anunciado un aumento al salario mínimo del 20% (207.44 pesos diarios) y un 25% (4,800 bimestrales) a las pensiones del Bienestar a personas de la tercera edad. Estas medidas benefician a un importante número de personas, sin embargo, se requieren políticas de fondo que garanticen una vida digna como lo establece la propia Constitución. Veamos algunos datos proporcionados por el Comité contra el Pago de la Deuda. Los salarios mínimos perdieron un 75% de poder adquisitivo de 1976 al 2018. A partir de 2019 comienza a recuperarse, pero aún falta mucho para que supere el nivel mínimo de pobreza. Si se compara con los niveles de ganancia de los capitalistas es más grave, ya que los salarios sólo representan el 26.1% del Producto Interno Bruto, mientras las ganancias empresariales aumentaron a 49.2%. Es decir, los capitalistas han incrementado sus riquezas a costa de los salarios de los trabajadores durante este período de 2018 a 2022 en plena pandemia. Los trabajadores formales ascienden a 6.4 millones, pero el total de población ocupada que gana un salario mínimo asciende a 18.8 millones. Y la mayoría no tienen contratos, ni prestaciones, ni seguridad social, con empleos precarios y sin supervisión alguna. En materia de empleo se han creado 1 millón 159 mil en lo que va del sexenio, pero la fuerza de trabajo creció en 3.9 millones de personas, por lo que 2.8 millones ingresaron a la economía informal o emigraron a los Estados Unidos, buscando beneficiarse del diferencial salarial (en México pagan 2.9 dólares por hora, mientras en Estados Unidos 23.8 dólares).

Por todo ello, se requiere tomar medidas de fondo, como el no pago del costo financiero de la deuda pública y estableciendo una reforma fiscal que grave a las grandes fortunas. Un plan nacional de empleo digno y de incremento salarial de emergencia multianual, para que tanto los salarios mínimos, profesionales y contractuales puedan recuperar el poder adquisitivo que los gobiernos neoliberales quitaron a la clase trabajadora durante décadas.

Porque un mundo más justo sin explotación es posible, los derechos laborales son parte fundamental de los derechos humanos, hoy más que nunca se requiere fortalecer la lucha independiente de la clase trabajadora.

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