Tatiana Valdez Bubnova*

En el actual territorio del Estado de Morelos han habitado diversos grupos sociales. Es a través de vestigios arqueológicos o restos materiales que podemos conocer algunas de las manifestaciones culturales de la época prehispánica. En edificaciones con iconografía compleja y en otros materiales como figurillas de barro se plasmaron expresiones artísticas, pero también características culturales. En ambos aspectos, tanto en arte como en la cultura, se destaca la representación de la mujer al haber sido plasmada en ámbitos políticos y cosmogónicos.

Así se observa en Xochicalco, el antiguo sitio arqueológico emblemático de Morelos. Esta urbe se desarrolló en una época de cambio y transición que afectó las dinámicas demográficas, económicas, políticas, religiosas y culturales regionales, conocida como el periodo Epiclásico mesoamericano. Tal como otras ciudades que fueron en su tiempo poderosos centros regionales del área cultural del México central, los restos de Xochicalco destacan como un crisol en el cual convergen diferentes tradiciones artísticas que caracterizaron a diversos pueblos, como los del sureste maya, los del Golfo y los de la zona teotihuacana. Como Xochicalco fue un emplazamiento donde se concentraban elites y gobernantes, motivos como el petate, asiento de la realeza y la expresión de las distinciones en la jerarquía social caracterizan las temáticas que se expresaron en el sitio mediante la creación de imágenes visuales de excelente calidad. Destaca la imaginería relacionada con Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que desde tiempos teotihuacanos fue un símbolo del poder político de distintos personajes y grupos sociales.

Los restos materiales que forman parte de las artes que se cultivaron en tiempos prehispánicos en Xochicalco se relacionan con las prácticas culturales de comunidades que se encontraban en la cúspide de las jerarquías sociales de su tiempo. La mujer en Xochicalco fue representada en figurillas de piedra, en posturas de pie, también las hay sentadas, una postura asociada con los grupos gobernantes durante el Epiclásico.

Las imágenes de mujeres de alto rango también se encuentran presentes entre esas artes de Xochicalco que se han conservado hasta nuestros días. Allí figuran mujeres representadas de frente, con quechquémitl, faldas largas, turbantes entrelazados y adornadas con orejeras discoidales, en la superficie de elaboradas vasijas de cerámica ritual. En la zona del templo del cerro de la Malinche, zona que fue terraceada artificialmente en la antigüedad, junto con otros cerros cercanos, con el objeto de formar parte del terreno en el cual se asentó Xochicalco, se conservó una llamativa escultura de piedra con la figura de una mujer con quechquémitl sentada en posición de flor de loto sobre un trono o altar, decorado con flores y esteras de bandas cruzadas, acentuando así por varios medios su alto estatus en la jerarquía social. También en un nicho excavado en un alto muro de roca, se encontró una escultura lítica de una mujer sentada con las rodillas de frente. En la memoria histórica documentada en Xochicalco por parte de los arqueólogos, pero conservada en forma de inscripciones jeroglíficas e iconográficas, la mujer también figura en un lugar que destaca de manera particular, esta vez interpretada como la figura de una importante consorte en su tránsito hacia un relevante matrimonio, que se registraría entre estelas y lápidas halladas en el sitio.

Todos estos hallazgos indican que la representación figurativa de la mujer tuvo un lugar prominente en la imaginería Xochicalca, ya fuera en registros de eventos históricos en forma de relieves, entronizada en escultura exenta, colocada sentada a la entrada de nichos excavados en destacados lugares sagrados de la arquitectura local, como decoración en la superficie de importantes vasijas efigie y también en figurillas líticas elaboradas en materiales de prestigio de difícil elaboración.

*Profesora Investigadora de El Colegio de Morelos, invitada a este espacio por Manuel Gómez Vázquez

Xochicalco

Foto: ©Efrén Saines/flickr