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La humanidad vs la máquina

(Primera parte)

 

 

En la última parte de MANIAC de Benjamín Labatut se narra el épico encuentro entre Lee Sedol, el máximo jugador de Go y la inteligencia artificial de DeepMind, AlphaGo. El mismo suceso puede verse en el documental AlphaGo de 2018. ¿El resultado? Lee Sedol perdió 4-1 frente a la IA. Tanto en el libro, como en el documental se hace énfasis en dos momentos. En el primer juego el movimiento 35 de AlphaGo y en el cuarto juego el movimiento 78 de Lee Sedol, ambos movimientos en el tablero fueron decisivos, el primero para mostrar a Sedol que la IA no estaba jugando con cómputo y probabilidad, sino que podía hacer jugadas creativas; mientras que el movimiento 78 de Sedol, después de haber perdido tres veces consecutivas, revelaba que la IA, aún tenía fallas y podía ser vencida. Los dos movimientos, según cálculos de AlphaGo, en términos humanos podían ser realizados por 1 humano entre 10 mil.

Cuando se llevó a cabo el cuarto juego, había una sensación de que Sedol no sólo jugaba individualmente contra AlphaGo, se sentía en realidad como un duelo entre la humanidad y la máquina. El triunfo fue tal que ese día los coreanos salieron a las calles a celebrar. Algunos comentaristas llamaron a la jugada de Sedol, el ojo de Dios. Una jugada tan extraordinaria que la misma máquina se volvió loca. Esa batalla fue ganada por los humanos, pero si analizamos el total de los encuentros, la guerra la perdimos. En el último juego, AlphaGo había aprendido de sus errores y aplastó una vez más a Sedol.

Ya en 1996 Deep Blue, un ordenador desarrollado por IBM, ganó por primera vez una partida de ajedrez a un ser humano. El contrincante de la computadora fue el ruso Gary Kaspárov (quien fuera campeón del mundo de 1985 al 2000). También en 2011 Watson, una súper computadora creada por la misma empresa logró ganar una partida de tres días de Jeopardy, en la que logró vencer a los dos máximos campeones de ese concurso televisivo. Para hacerlo se tuvo que programar un gran número de información, pero también un motor de inteligencia artificial capaz de decidir cuál era la respuesta adecuada para cada pregunta. En ambos casos se planteó la posibilidad de que se había terminado el dominio del hombre sobre las máquinas. Esas primeras computadoras funcionaban a base de programación lógica en cuanto a probabilidad y posibilidades de movimientos. La diferencia con AlphaGo y las recientes inteligencias artificiales es que las nuevas máquinas pueden aprender por sí mismas a partir del enorme contenedor de información que es el internet. AlphaGo está programado con redes neuronales y utiliza una combinación de técnicas de aprendizaje automático y árbol de búsqueda, combinadas con una amplia formación. La IA fue entrenada inicialmente para imitar el juego humano, tratando de igualar los movimientos de los jugadores expertos de juegos históricos registrados, utilizando una base de datos de alrededor de 30 millones de movimientos. Una vez que había alcanzado un cierto grado de habilidad, era entrenado aún más al ser llamado a desempeñar un gran número de partidos contra otras instancias de sí mismo, usando aprendizaje por refuerzo para mejorar su juego.

En un artículo de 2019 del periodista J. Sampedro en El País, que versa sobre la obsolescencia programada, también habla de la obsolescencia humana. En este, el autor dice que según estudios de Yale y Oxford, en los últimos años se han ideado formas de predecir cuánto tiempo le queda a cada profesión humana. Entre los primeros oficios que desaparecerán se encuentran los campeones de póker que quedarán obsoletos en un par de años y serán desplazados por los programas de computadora. Las tareas más triviales, como corregir tropiezos en los bordillos o doblar ropa en las lavanderías resistirán un poco más ya que aún son muy complicadas para que los robots las realicen, sin embargo, se espera que en un lapso de 5 a 6 años las máquinas también lograran dominar estas técnicas (¡Ya lo hacen!). Después se extinguirán los operadores telefónicos, los compositores y los choferes. Paradójicamente el último oficio que desaparecerá es el del desarrollador y experto en inteligencia artificial.

¿Qué pasará cuando eso suceda? La ciencia ficción ya lo ha advertido en muchas narrativas: la rebelión de las máquinas. Cuando las máquinas adviertan que no necesitan más a los humanos tomarán el control (véase Terminator; 2001: A Space Odyssey) o utilizarán a los humanos como fuente de energía o como esclavos que mantienen a las máquinas funcionando (Matrix, Ex Machina, Her). Pero yo creo que esto sucederá en otros términos. Mucho más silenciosos. No sucederá en una guerra abierta o en un cataclismo tecnológico, sino en los ámbitos de lo cotidiano, quizá como ya sucede, devorándose nuestros sueños y pasiones.

Unos años después de perder contra AlphaGo, Lee Sedol se retiró –sorpresivamente– del Go. En un popular programa de televisión declaró: “Yo pensaba que era el mejor, o al menos uno de los mejores. Pero luego la inteligencia artificial me dio el tiro de gracia. Es simplemente imbatible. En esa situación no importa cuánto lo intentes. No le veo sentido. Empecé a jugar cuando era niño. En ese tiempo, la cortesía y los modales eran muy importantes. Era más parecido a aprender una forma de arte que un juego. Pero ahora es totalmente distinto. Con la llegada de la inteligencia artificial, el concepto mismo del Go ha cambiado. Es una fuerza devastadora. AlphaGo no me venció, me destruyó”.