Paloma Estrada Muñoz y Juliana García Quintanilla

Defender los derechos de las mujeres durante muchos años nos ha permitido conocer de cerca a quienes luchan cotidianamente desde cualquier lugar donde se encuentren.

Por ello, desde la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos saludamos los esfuerzos unitarios que llevan a cabo los colectivos de madres buscadoras de sus desaparecidos en éste 10 de mayo, donde el dolor de la ausencia de sus seres queridos no les impide luchar para recuperar a sus hijas e hijos que les fueron arrebatados. Una de las prioridades debe ser la búsqueda y localización de las hijas y los hijos desaparecidos de las madres que luchan por conocer su paradero en todo el país. Por todo ello es que condenamos los 22 asesinatos de madres buscadoras que agregan infamia al dolor.

Luchamos por lograr que todas las mujeres tengan acceso a una vida libre de violencia, como ha sido el objetivo de que no haya ni una víctima de feminicidio. Ninguna celebración mercantilista podrá recuperar la alegría de las madres que sus hijas han sido privadas de la vida, como tampoco podrán celebrarlo las hijas que han quedado huérfanas por el feminicidio de sus madres.

La desaparición forzada y el feminicidio son de las más graves violencias que padecemos actualmente en todo el país y Morelos ocupa uno de los primeros lugares en estos crímenes de lesa humanidad.

No hay mejor homenaje a las madres que luchar por acabar con todo tipo de violencias machistas y patriarcales que ocasionan feminicidios, desapariciones, trata de personas con fines de explotación laboral y sexual.

Establecer políticas públicas favorables con justicia a los derechos de las mujeres y no solamente homenajes y discursos falsos a las madres en este diez de mayo es lo que reclaman las mujeres en todo el país. La igualdad de derechos para las mujeres sigue siendo uno de los mayores retos en materia de derechos humanos. El compromiso debe ser cotidiano y no solamente en tiempos electorales donde firman promesas que abandonan una vez que llegan al poder.

Desde la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos, decimos que este 10 de mayo las madres no festejan, ya que miles se suman a una voz el llamado a no ser privadas del amor, la presentación con vida de sus hijas e hijos desaparecidos, así como justicia para las mujeres víctimas de feminicidio.

Los niveles de violencia feminicida en la entidad van de la mano de la impunidad y la violencia criminal e institucional, por lo que hoy es necesario luchar para que no haya una sola mujer más que muera a manos de un sistema autoritario y machista. Se debe aplicar de manera efectiva las respectivas acciones y medidas mandatadas en el decreto de Alerta de Violencia de Género en Morelos, a efecto de garantizar el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia; se tienen que atender y erradicar los casos de violencia contra las mujeres.

Luchar colectivamente contra el feminicidio, el acoso sexual, la discriminación laboral y todo tipo de violencias, pues la precariedad, explotación y pobreza está a la vista cada día. El apoyo también al movimiento organizado de las propias mujeres en forma autónoma contra esta violencia.

La maternidad libre y voluntaria es un derecho humano que debe ser garantizado a todas las mujeres en edad reproductiva, para prevenir y evitar muertes maternas mediante programas de salud preventiva. El derecho a decidir debe estar plenamente legalizado en Morelos y en todo el país, para evitar que continúen embarazos no deseados y víctimas de violencia sexual. Debe garantizarse un ingreso económico sin discriminación a todas las madres solteras que realizan doble jornada en el empleo y en la casa. Este diez de mayo es fundamental tomar medidas para acabar con la violencia que utiliza a los hijos para violentar a la expareja.

En este contexto se ha documentado violencia laboral a las mujeres a través de hostigamientos, despidos injustificados, suspensión temporal del trabajo sin el salario y prestaciones y bajas ante el seguro social. Los impactos graves en la vida de las mujeres, tales como el aumento del trabajo doméstico y de cuidados, daño en la autonomía económica, violencia física o sexual, entre otras. Trabajadoras de limpieza, obreras, jornaleras, vendedoras ambulantes, personal médico y promotoras, son sólo algunas de quienes enfrentan las peores condiciones de vida y de trabajo, sin que el gobierno proteja sus derechos.

Las madres y familiares por diversos medios muestran el dolor, la angustia, también la rabia; para denunciar la simulación de las autoridades que en su discurso dice, pero en la realidad no busca a quienes tanto se quiere. Esta lucha no se detendrá. Es necesario seguir desde todos los espacios clamando y reclamando, exigiendo que hagan su trabajo a quienes tienen la obligación gubernamental. Que siempre será el tiempo de las mujeres si se respetan sus derechos y no se utilizan solamente para defender privilegios desde las alturas del poder. Los avances que se tienen son producto de las luchas de las mujeres y no son dádivas desde arriba.

Este 10 de mayo ¡Las madres no lloran, luchan por sus derechos!

Por una búsqueda incansable de justicia.

Por una vida libre de todo tipo de violencia para las mujeres.

Porque amamos, luchamos.