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TRAGICOMEDIA

Hélène BLOCQUAUX*

De cerca, la vida es una tragedia, de lejos, una comedia, al menos que sea al revés. Finalmente, Checo no le concede mucha importancia a cuál sea la definición correcta de la vida mientras consiga el acceso a los mismos privilegios que su nuevo amigo Emilio, a quien conoció por salvarlo de una situación embarazosa, que aquí no se relatará, y pueda salir de manera definitiva de la periferia equivocada, según sus propios parámetros, de la ciudad para entrar a la correcta, según los mismos criterios definidos por él desde el momento en el que sopló a todo pulmón sobre las dieciocho velas de su pastel acompañado por su familia más cercana.

Al otro día amaneció muerto, sin presentar ningún signo de violencia, su viejo topo domesticado en el pequeño jardín de la casa familiar. “Siempre me acordaré lo rápido que escarbabas” le susurró Checo. Previa consulta con el veterinario, Checo declaró, frente a sus padres desconcertados por la noticia, que el topo se había suicidado pero que no se iba a investigar el caso. Después de enterrarlo, entró a la tienda de ropa más lujosa para renovar a crédito limitado su outfit y juntó el contenido de su guardarropa antiguo en una bolsa de basura negra para dejarlo en la banqueta a manera de despedida de su estatus obsoleto.

Sus padres lloraron poco o mucho, el interesado no lo supo bien a bien, al hijo pródigo y optaron por cerrarle la puerta de su casa.

En la fiesta de fin de semana de Emilio, con más alcohol en el bar que agua en la alberca de olas, Checo ahora Sergio por las circunstancias (es más nice) estaba bailando con Chantelle, la novia de Emilio. La mujer se divertía enseñándole los pasos del K-pop y luego los del baile del sapito. Sergio procuraba seguir el ritmo desenfrenado con su copa de vodka tamarindo en la mano y la de Chantelle en la otra. Emilio los filmaba a escondidas para Tik Tok con la mención: mi buena acción del día es prestar a mi novia por una noble causa.

El sismo leve de 5.5 de aquella noche, le hizo perder el equilibrio y la compostura a Sergio, llevándose a Chantelle a la alberca. Los gritos de la joven alertaron a los dos guaruras de Emilio quienes la sacaron del agua rompiéndole el vestido mientras Sergio iba a recoger su reloj caído en el fondo. Todavía alterada, Chantelle proferaba insultos que hicieron sonrojar a Emilio. Sergio, vuelto Checo otra vez por el magno ridículo provocado, salió de la alberca sacudiendo su reloj para averiguar si todavía funcionaba. Uno de los guaruras se acercó y con un ojo conocedor le dijo: ni te preocupes, mañana consigues otro clon de Cartier en la fayuca. Checo se confundió en disculpas vanas ante Emilio quien por su parte suplicaba a la digna concurrencia no difundir los videos que habían captado del penoso suceso. Fue por el sismo, seguía alegando Checo mientras el segundo guardaespaldas lo encaminaba sin miramientos ni toalla para secarse a la salida de la residencia.

Nota: Los sucesos y personajes retratados en esta historia son ficticios. Cualquier parecido con personas vivas o muertas, o con hechos actuales, del pasado o del futuro es coincidencia, o tal vez no tanto. Lo único cierto es que no existe manera de saberlo y que además no tiene la menor importancia. Creer o no creer es responsabilidad de los lectores.

*Escritora, guionista y académica de la UAEM

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