PUNTO

 

“Tus ojos no paran de brillar cuando hablas de él, amiga”. Virginia entonces recordó su último encuentro con Román en días pasados. Era una tarde de inicio de semana en un café donde el pan dulce se hornea a diario. Una conversación siempre amena con momentos dedicados a bromear, con tal de no hablar de las tensiones geopolíticas que sacuden al mundo mucho más fuerte que los microsismos. La temperatura perdió de pronto tres o cuatro grados. Virginia volvió a ponerse su saco forrado y agarró su taza de café con ambas manos para calentárselas.

Aterrizando en la conversación que había dejado en puntos suspensivos con Martina, Virginia afirmó que Román no era guapo y que además parecía tener una década más que los años que realmente acaba de cumplir. “Y, bueno, tú cuéntame ¿cómo van las cosas con Joel?” Al parecer, Martina quiso evadir una respuesta con la que de todas formas iba a sentirse incomoda. No quería revelar las últimas ocurrencias sentimentales de su esposo, ni siquiera a su mejor amiga.

Dos cantantes principiantes en la interpretación de baladas se acercaron la mesa de las amigas a arrojar su mejor esfuerzo con “Nos hizo falta tiempo”, cuando la mirada de Virginia se perdió nuevamente, esta vez siguiendo a la única nube que atravesaba el cielo lleno de azul fuerte, regresando a aquella tarde cuando una lluvia sorprendió a los comensales, obligándoles a replegarse en la parte techada de la cafetería. Román y Virginia hablaron de su próximo encuentro poniendo fecha y hora.

Martina vaciló unos minutos antes de retomar la plática con temas más ligeros y apagó su celular para no ser molestada por Joel, quien ya le había enviado cinco mensajes de los cuales no había contestado ninguno, con el propósito de indagar donde y con quien se encontraba su mujer. Como te gustan las series policiacas, a lo mejor seguiste las temporadas de Castle puso a colación Martina observando que los ojos de Virginia seguían con el mismo brillo que la mandaba de ida y vuelta con sus encuentros con Román Castillo, un empresario cuya trayectoria y fama consecutiva le había inscrito en el ranking de los diez más exitosos del país. “Deja de estarme viendo así Martina, él es solo un buen amigo. Además, en la serie, los protagonistas Richard y Kate, quedan en una trama de tensión amorosa durante varias temporadas y después la historia pierde su encanto principal. Pues, así yo con Ramón” aseveró Virginia. Mientras Martina pedía al mesero un capuchino con doble shot de café, Virginia regresó a su última visita con Román. Él le había hecho parte de su intención de establecer su residencia en un país vecino debido a la inseguridad, mientras seguía gestionando sus negocios gracias a las numerosas facilidades de comunicación surgidas de la crisis sanitaria. “¿Es la última vez que nos vemos?” inquirió Virginia mirándolo como si fuera la primera vez. Nunca había notado, o tal vez sí, aunque rechazando inmediatamente la idea, que sus ademanes se sincronizaban conforme la conversación; que ella, provista de una reserva innata, tomaba atrevimientos propios de la gente que se conoce por mucho tiempo; que sentía una profundidad y sencillez combinadas que le hacían pensar que había llegado algún sitio. Román se levantó y se despidió sin un solo gesto que hubiera provocado un cambio en su relación, Virginia actuó de la misma forma.

Continuará…o no

Nota: Los sucesos y personajes retratados en esta historia son ficticios. Cualquier parecido con personas vivas o muertas, o con hechos actuales, del pasado o del futuro es coincidencia, o tal vez no tanto. Lo único cierto es que no existe manera de saberlo y que además no tiene la menor importancia. Creer o no creer es responsabilidad de los lectores.

*Escritora, guionista y académica de la UAEM