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A PROPÓSITO DE LAS PROPUESTAS…

 

En plena campaña por la Gobernatura y a escasos días de que las y los aspirantes al Congreso Federal y local, inunden las calles, postes, pasamanos, puentes y demás mobiliario urbano, con sus rostros y mejores fotos, habrá que esperar de los ciudadanos atención primordial a las propuestas y programas de trabajo con que pretenden llegar a los congresos.

No es menor el tema cuando hemos visto en los últimos años, pasar personajes sin idea alguna de lo que significa legislar, es más, sin saber siquiera que es el proceso legislativo o propiamente dicho para que sirve la actividad camaral.

Muchos confunden el Congreso con casas de gestión, nada mas alejado de la principal actividad de los congresos y la actividad legislativa.

Personajes que hoy, repiten en el Congreso sin pena ni gloria, con el beneficio de la reelección sin haber dejado huella de trabajo en favor de quienes depositaron su confianza en ellos, ejemplos sobran en Morelos, pero no habremos de “balconearles” el día de hoy, porque el análisis que nos ocupa tiene que ver más con la realidad histórica de violencia y desesperación que se vive en el país.

Lo ocurrido hace algunos días en Taxco con el caso de la niña Camila y su asesinato es un tema que debemos de analizar de forma fría y con la mesura del caso, por lo delicado de lo acontecido en Guerrero. El secuestro y el artero asesinato, ya no nos sorprende y menos a los pobladores de ese destino turístico que cada día se ve menos visitado por la inseguridad que ahí se vive a diario, con los problemas de extorsiones y ahora secuestros y asesinatos.

Pero lo verdaderamente preocupante, no es que ya nos acostumbramos los mexicanos a vivir de la mano de la brutalidad, de la inseguridad, los preocupante es la consecuencia y la respuesta de los pobladores a la nula respuesta de la autoridad. Lo preocupante es la determinación con la que el pueblo le está a gritos exigiendo a la autoridad una solución a los problemas de inseguridad, qué haya una mejor gestión en la seguridad pública, a partir de los municipios, de los estados y de la Federación.

Es claro que la estrategia de seguridad pública en México, en Morelos, en el país entero no funciona, los abrazos del Presidente López Obrador no funcionaron y la escalada de barbarie sigue siendo el pan de todos los días a lo largo y ancho del país.

Debemos esperar las propuestas de quienes aspiran a ser legisladoras y legisladores, justamente en materia de seguridad pública, como le habrán de regresar la tranquilidad a los vecinos comunes y corrientes, a esas mujeres que salen al alba a trabajar y se arriesgan día a día, en el transporte público, en el transitar de calles oscuras y sucias, niñas y niños que lo mismo van o regresan a la escuela por vialidades desoladas sin protección alguna.

Olvidémonos ya de la prosperidad, olvidémonos ya del desarrollo económico, olvidémonos ya de las oportunidades de empleo, olvidémonos ya de la imagen urbana en la que vivimos.

Pensemos en cómo podemos regresarle a Mexico y a Morelos la paz social que nos han arrebatado.

Y precisamente ahí surge el debate y lo pongo en la mesa de las ideas y lo pongo en la mesa de la discusión, y desde luego estoy abierto a recibir cualquier tipo de críticas.

El que suscribe, está convencido que, en México, derivado de la situación de inseguridad pública y de barbarie en la que se vive. Debemos de abrir el debate a la posibilidad de de qué exista de nuevo la pena de muerte en México, en delitos muy particulares, y en los que no sólo se priva del bien jurídico, tutelado como es la vida, sino en delitos en los que se daña para siempre la psique y la vida de millones y millones de familias en este país, que han vivido en carne propia, un secuestro, una violación, una muerte de sus seres queridos, preguntemos a esos millones de mexicanos si estarían de acuerdo con instaurar en el derecho vigente, la pena de muerte.

En México por decreto fue suprimida la pena de muerte en el código de justicia militar, sustituyéndose por la pena de prisión, y la Constitución fue reformada en el 2005, para prohibir expresamente la pena de muerte.

Desde luego por otro lado existen opiniones contrarias a la de un servidor, existen estudiosos del tema que afirman que no por endurecer las penas, la delincuencia y los actos delictivos bajarán estadísticamente, desde luego ahí quién utiliza como bandera a los Derechos Humanos y al derecho que todo mexicano tiene a la vida y desde luego hay quienes hoy de manera ilusa piensan que en México el sistema de readaptación social y el sistema penitenciario son un esquema social que le permite a los delincuentes regresar a la vida en sociedad, felizmente readaptado, es decir opiniones son muchas pero la realidad, es que en México vivimos la peor época de barbarie de la que se tenga memoria, hoy es el momento en el que las legisladoras y los legisladores de cara a la construcción de un nuevo régimen político en el país, tienen que resolver de fondo el problema de la seguridad pública el problema de la delincuencia organizada y el problema de la barbarie social en que vivimos. También hay quién opina que la pena de muerte en México no resolvería el problema, toda vez que el Estado de Derecho es inoperante y la corrupción está por encima de la aplicación de la ley.

De a poco lo ocurrido en Taxco es el reflejo del sentimiento de la sociedad, del coraje de los mexicanos pero sobre todo es el sentimiento de justicia reprimido en cada ciudadano y cada ciudadana de este país, es el momento de transitar a un México de leyes, a un México de orden, pero también a un México de soluciones radicales, para cambiar la historia de brutalidad en la que vivimos todos los días los mexicanos y las mexicanas.

Termino asumiendo en su totalidad mi comentario y desde luego estoy abierto a las críticas al debate y a la posibilidad de encontrar un mejor México, un México de leyes para todos y todas.

*Padre de familia, político y soñador en busca siempre de un mejor Morelos para todos.