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Vicisitudes del patrimonio cultural morelense.

“En la plaza principal de Jojutla se destruyó recientemente, una fuente de estilo árabe que prestó importantísimos servicios a toda la población durante 39 años”, escribió el ingeniero Felipe Ruiz de Velasco en 1937. Dicha fuente fue inaugurada el 1 de enero de 1897, tres décadas antes. “El pretexto de su destrucción fue la razón de la sinrazón”, sentenció el ingeniero agrónomo, promotor de su construcción. “La razón de la sinrazón”.

Morelos posee un invaluable patrimonio cultural y una vasta memoria histórica. Su territorio ha sido escenario de procesos y acontecimientos que han incidido en el devenir regional y nacional. Tierra de generosa exuberancia y proverbial fertilidad; origen del maíz, productora de algodón, de caña de azúcar y de arroz; asiento de monumentales conventos y de enormes haciendas; región independentista y revolucionaria; geografía de contrastes y paradojas.

Sin embargo, desde la más supina ignorancia, desde la más abyecta estulticia, la destrucción del patrimonio cultural morelense ha sido un proceso permanente y contundente, tanto que ha desdibujado buena parte de aquellos referentes identitarios de los cuales conservamos vagos recuerdos, tristes ruinas, paupérrimos restos. Y de ello somos responsables gobernantes y gobernados, ciudadanos todos, cómplices en la apatía y en la desidia.

Poco queda de la invaluable riqueza arquitectónica: inmuebles antiguos modificados o destruidos bajo el argumento de la inevitable modernidad son parte ya de la vergonzante desmemoria colectiva. Poco queda de las tradiciones comunitarias: la hiperurbanización cultural y la prisa de la cotidianidad han avasallado festividades, músicas, danzas, comidas, o han sido transformadas para adaptarse al cruel pragmatismo contemporáneo.

El Sitio de Cuautla representa no sólo la gloria militar de José María Teclo Morelos y Pavón, sino también la elocuente razón de que su apellido nombrara nuestra entidad en 1869. El sábado 8 de febrero de 1812, cuatro días antes del ataque de las tropas virreinales al mando de Félix María Calleja, el vallisoletano escribió en una de sus proclamas: “Es ya tiempo de decir la verdad conforme es en sí misma”. Y, en efecto, es ya tiempo de hacerlo.

Imagen: D. José Maria [sic] Morelos; grabado; 1869. Archivo Jesús Zavaleta Castro.