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Jaime Chabaud Magnus

Arranca este 16 de marzo el Festival Morelos Danza 2023 contra viento y marea, con casi nula participación económica de la Secretaría de Turismo y Cultura que sólo presta los teatros Teopanzolco y Ocampo para las actividades así como un vehículo para transporte de artistas (sin gasolina ni casetas). Pero nada que extrañe porque es una de las muchas cosas de las que se ha desvinculado STyC para hacerse cada vez más evidente que no asume ninguna responsabilidad con la cultura. La parte de festivales en los que participaba económicamente al lado de la sociedad civil organizada pasó a la historia. Otros, como el Festival Internacional de Cabaret que hacen La Guayaba y la Tlayuda y que entre otras cosas promueve la diversidad y el humor, tampoco recibieron más apoyo que el teatro a porcentaje.

Los espacios culturales, en principio, son de la sociedad morelense y de los artistas que son el vehículo para lograr el verdadero y sano desarrollo de una política cultural promovida desde el estado. No son propiedad de los funcionarios en turno. No debieran estar al capricho de ninguno de ellos. Y tendrían que estar en estupendas condiciones para recibir con dignidad a una sociedad ayuna de su derecho a la cultura. Todo aporte es bueno para un festival como Morelos Danza que a ojo de buen cubero debe estar en gastos por los 4 millones de pesos. Aportar en especie y poner el logotipo institucional es como saludar con sombrero ajeno. Hay poco de que enorgullecerse aunque sin duda aparecerá en los informes de gobierno.

Afortunadamente, las maestras Luisa Leyba y Delia Siqueiros no se han dejado vencer y sacan adelante la organización de esta emisión del Morelos Danza con una nutrida programación con actividades -además de Cuernavaca- con extensión a CDMX en el CENART, Tlaquiltenango, Coatlán del Río y Jojutla. Esta es la sexta emisión del Festival aunque su historia se remonta a 1997 como una iniciativa para conmemorar el Día Mundial de la Danza y su consolidación ocurre en 2017 ya a manos de sus directoras actuales. Es, por mucho, uno de los festivales más diversos e incluyentes del país en cuanto a expresiones dancísticas pues reúne desde danza para niños o en silla de ruedas, pasando por danzas tradicionales y llegando a la contemporánea y clásica. Agradecible es que incluyan también las danzas afro en una región que ha negado de manera sistémica las raíces de la negritud. Habría que estudiar su herencia en las danzas tradicionales de Morelos y de México, también.

El festín que propone Morelos Danza 2023 promete clases magistrales, clases abiertas, mesas de reflexión y conferencias que acompañan en vivo o en virtual a las presentaciones dancísticas. Consulte la programación completa en www.morelosdanza.com y disfrute, porque del 16 al 26 de marzo nuestro territorio se viste de danza. Es, sin duda, urgente promover esta disciplina entre nuestra población y de ahí que la extensión a otros tres municipios además del centralista Cuernavaca se vuelva fundamental: Talquiltenango, Coatlán del Río y Jojutla.

Y es precisamente en Jojutla, que comanda uno de los pocos Presidentes Municipales -José Ángel Flores Bustamante- que entiende e invierte en cultura en el Estado, que arrancan las Fiestas de Juárez que ligan una actividad con Morelos Danza. Pero también tendrán del 20 al 25 de este mes feria artesanal, ópera, concurso de poesía y declamación entre otras actividades. El año pasado tuvieron también teatro y la imperdible Guelaguetza. Este año se hermanarán tres ciudades que llevan en su nombre al Benemérito de las Américas: Ciudad Juárez, Oaxaca de Juárez y nuestra Jojutla de Juárez.

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