¿POR QUÉ LA POLÍTICA APUESTA A LAS CREENCIAS, NO A LA RAZÓN?

 

Todos los días, a todas horas y en todos los lugares se leen y escuchan mensajes promoviendo figuras políticas para miles de puestos de elección, desde la presidencia de la república hasta las regidurías municipales. En estos mensajes se privilegian las opiniones, las creencias, los valores, pero no la razón.

Hace días el doctor Cesar Moreddu, epistemólogo de amplia experiencia dio una plática magistral con el tema la doxa versus la episteme. En la charla mencionó que Platón y Aristóteles ponían en el centro de la filosofía el contraste entre la episteme (los criterios de verdad) para el conocimiento verdadero y la doxa que se refiere a las opiniones y las creencias.

La episteme se caracteriza por comprender al mundo de una manera estructurada, sistemática, basada en principios lógicos y objetivos. Por otro lado, nos decía Moreddu que la doxa está asociada con el mundo sensible, subjetivo y cambiante que se configura con las creencias, opiniones, emociones, sensaciones o las percepciones humanas las cuales no pasan por la autocrítica o el análisis.

Para platón, la doxa representa las creencias y opiniones que tienen las personas, las cuales pueden ser verdaderas o falsas y que no tienen una justificación racional por lo que no se ubican en la categoría de conocimiento o episteme. Ambas, La Doxa y La Episteme son necesarias en la vida humana para la comprensión del mundo desde los componentes objetivo y subjetivo de la realidad.

Si traemos estos conceptos a la actualidad, la doxa forma parte de la retórica y la teoría sociológica, en este contexto, la doxa se refiere concretamente a las opiniones ampliamente aceptadas dentro de una comunidad sin cuestionamiento alguno. Estas creencias influyen en las normas sociales y el comportamiento humano. Quien nos lee tiene en mente muchos de estos tipos de creencias que no se cuestionan y que son parte de nuestra cultura y nuestra identidad.

En cualquier cultura, existen creencias y valores compartidos que son aceptados sin cuestionamiento crítico. En este sentido, la doxa cumple la función de cohesión social que nos da un sentido de identidad y pertenencia.

La elección entre el uso de la episteme o la doxa depende del contexto y del tipo de conocimiento o verdad que se pretende aplicar, así la doxa se aplica en los contextos sociales, culturales y políticos donde las percepciones y creencias colectivas asumen un papel fundamental.

La doxa en los contextos culturales y políticos facilita la comunicación con las masas y la cohesión social al proporcionar un conjunto de creencias y opiniones en común. La doxa es importante en situaciones que involucran la persuasión, la tradición, las creencias compartidas donde las opiniones son más influyentes.

Las campañas electorales se soportan en las creencias o los valores compartidos toda vez que son los más efectivos para ganar votos que los que se centran en argumentos racionales. Por esta razón la política enfatiza las creencias y opiniones que impactan en los electores.

Los mensajes políticos se adhieren a la doxa entro otras cosas porque son más directos y fáciles de comunicar. Se pueden simplificar problemas complejos en términos binarios o emocionales que son más atractivos y fáciles de entender.

La política partidista se define por ideologías y valores específicos (doxa) que fungen como el pegamento que mantiene unidos a sus miembros y simpatizantes ofreciendo una visión común y sentido de identidad colectiva.

Los símbolos son un componente de la doxa que usa la política partidista. Así tenemos por ejemplo como un partido se apropió del símbolo de nuestra bandera motivando que gran parte de la población votara por el partido de la bandera. Esto le valió un posicionamiento de casi 70 años en el poder.

Recientemente un partido de nueva creación usó el símbolo del sol azteca el cual llegó a las creencias más profundas e identitarias del pueblo y en poco tiempo tuvo muchos simpatizantes que lo llevó a ocupar los primeros lugares en las preferencias electorales.

El símbolo por excelencia de los mexicanos es el símbolo de la tonantzin, la Morena de México, por eso el 12 de diciembre se paralizan las actividades para celebrar a la madre de México cuyo santuario se erigió justamente donde se veneraba a la madrecita tierra, la tonantzin. Este símbolo llega a los valores y raíces más profundas de los mexicanos.

Los políticos están conscientes de la fuerza de la doxa por eso en los debates acuden a las imágenes físicas y también las imaginarias como el de la dama de hielo. Estas son algunas razones por las que las campañas políticas van más a las creencias, las opiniones, (doxa) que a la razón (episteme).