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Adriana Patricia Meza García*

Santiago Flores Romero*

 

Promueve IMSS beneficios de llevar a cabo Lactancia Materna Exclusiva

 

La Lactancia Materna Exclusiva (LME) es un tipo de alimentación donde únicamente el bebé recibe leche materna y ningún otro tipo de alimento, sea sólido o líquido, a excepción de soluciones rehidratantes, vitaminas, minerales o medicamentos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) recomiendan que se mantenga la lactancia desde el nacimiento hasta los primeros 6 meses de vida. Después de ese tiempo, y hasta los 2 años, se puede complementar su nutrición combinando leche materna con otro alimento.

Durante los últimos años, México y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realizan un gran esfuerzo para promover la lactancia materna, desarrollando diversas técnicas de enseñanza-aprendizaje dirigidas a las madres para alimentar a sus hijos de manera exclusiva.

Además, año con año, del 1 al 7 de agosto, se realiza la “Semana Mundial de la Lactancia Materna”, una campaña mundial para crear conciencia y estimular la acción sobre temas relacionados con la lactancia.

Este año el tema se centra en la importancia de un buen apoyo a las madres cuando se reincorporan a su trabajo remunerado, para que puedan seguir amamantando, si así lo desean, tanto tiempo como decidan.

Para el IMSS, es importante que la madre sea capacitada, preparada física y psicológicamente durante su vigilancia prenatal, por lo que en las Unidades de Medicina Familiar (UMF) el personal de salud promueve los beneficios de llevar a cabo la LME.

En tanto que en las salas de parto de las unidades hospitalarias, se inicia el apego temprano; y posteriormente, se orienta sobre una técnica de amamantamiento adecuada para garantizar una lactancia materna exitosa.

De acuerdo con la UNICEF, existen ventajas de llevar a cabo la lactancia materna; por ejemplo, para el bebé, además de proporcionarle todos los nutrientes y la hidratación necesarios, ayuda prevenir infecciones gastrointestinales y respiratorias, obesidad, diabetes, leucemia, alergias, cáncer infantil, hipertensión y colesterol alto. Asimismo, puede contribuir a prevenir la infección por COVID-19.

Por otro lado, entre los principales beneficios para la madre se encuentran: a corto plazo ayuda a su recuperación física; es decir, disminuye el riesgo de sangrado después del nacimiento y reduce el riesgo de depresión posparto; y a largo plazo, contribuye a bajar las probabilidades de desarrollar cáncer de ovario, cáncer de mama, diabetes tipo II, hipertensión, ataques cardíacos, anemia y osteoporosis.

*Equipo de Supervisión

adriana.mezag@imss.gob.mx

santiago.flores@imss.gob.mx