¿Adicciones?

Angélica Mariel Martínez López*

Hablar de adicciones automáticamente nos sitúa en un contexto de drogas, pero el tema puede ser mucho más profundo o superficial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una adicción es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. La dependencia implica una subordinación a un poder, y una vez que se establece, intervienen factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.

Ahora que hemos aclarado este punto, es importante señalar que existen diferentes tipos de adicciones, tales como las conductuales, las religiosas, las asociadas a las prácticas sexuales, las ludopatías o adicciones al juego, las relacionadas al trabajo e incluso la dependencia hacia una pareja. También hay adicciones químicas, como al alcohol, la cocaína, la marihuana, el opio, los sedantes, la nicotina, entre otras.

En las adicciones, la dependencia perturba la funcionalidad de la persona y le impide alcanzar sus objetivos, generando un estado de indefensión. La prevención en este tema es multifacética, ya que no existe una fórmula mágica ni pasos homogéneos para resolverlo. Puede estar relacionada con la tendencia familiar a la conducta repetitiva o la combinación de la historia compartida y la experiencia en el mismo entorno. Además, debemos tener en cuenta las características innatas de cada individuo.

Por lo tanto, la prevención debe abordar tanto el entorno individual como el social, fomentando la resiliencia y las habilidades para valorar el asertividad, las amistades y/o la familia. Está demostrado que realizar repetidamente una actividad gratificante genera sustancias químicas que producen sensaciones de felicidad y estabilidad. Estas mismas conductas pueden volverse adictivas o ser la cura si se trata de actividades positivas como el deporte, el arte, entre otras.

En esta exposición de ideas, las adicciones se convierten en un problema de salud cuando se vuelven actividades descontroladas que ponen en riesgo la salud y la vida, corrompiendo entornos familiares y sociales y representando un peligro latente. Es importante acudir a un profesional de la salud al detectar síntomas tan simples como cambios constantes en el estado de ánimo de nuestros seres queridos, conductas erráticas o cambios en sus hábitos, los cuales pueden significar la presencia de factores de riesgo para el consumo de sustancias o cualquier otra condición de salud mental.

Es verdad que podemos escuchar muchas historias sobre lo que es una adicción, pero también es cierto que varias de estas no están apegadas a la realidad. En los últimos años ha existido un aumento masivo de estas, siendo necesario realizar acciones al respecto. Como sociedad debemos estar dispuestos a marcar la diferencia, fomentando hábitos positivos y reforzando las actividades que contribuyan a desarrollar inteligencia emocional, es decir afectos coherentes y proporcionales con la capacidad de comunicación social proactiva.

*Titular del Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada Estatal Morelos.