loader image

Víctor Manuel González

Desde su origen, la humanidad ha tenido que buscar formasde procurarse alimentos. En el período Neolítico (10,000-2,000 años A. C.), la invención de la agricultura permitiómejorar la provisión alimenticia. En tal período, en varios lugares del mundo distintos grupos humanos comenzaron aseleccionar y reproducir especies de plantas y animales nativas con características apropiadas para el cultivo y producción de alimentos. De esta manera, el trigo fue domesticado hace 10,000 años en la región de medio oriente; el arroz en el valle del río Yang-Tse en China alrededor del año 4,000, y el maíz y el frijol y en Mesoamérica. Muchas otras especies de plantas como el chile, la calabaza y la papatambién fueron domesticados en ese período y han sido mejoradas de forma continua hasta nuestra época.

La agricultura es parte esencial en el origen de las grandes civilizaciones del mundo. Las poblaciones humanas crecieron y a la par, la demanda de alimentos. En el siglo pasado, varios países del mundo pasaron por hambrunas causadas por guerras y condiciones políticas extremas. Actualmente, enfrentamos la falta de alimentos y la desnutrición consecuente en varios sectores de la población mundial.

La emergencia y auge de la revolución verde en la segunda mitad del siglo XX logró contener parcialmente el déficit alimentario mundial e impulso la agricultura en paísesen vías de desarrollo como la India, China, y México. Significó un cambio en los sistemas agrícolas tradicionales que fueron sustituidos por el uso intensivo del suelo con medios mecanizados, fertilizantes y plaguicidas químicos, además de la siembra de variedades de trigo, arroz y maíz mejoradas y resistentes al clima y las plagas. La producción agrícola aumentó, pero trajo consigo efectos negativos sobre el ambiente y la economía rural. La revolución verde no ha alcanzado a cubrir las necesidades alimentarias y ha causado alteración del medio ambiente y deterioro de los suelos cultivables. 

El desarrollo de las plantas transgénicas mediante ingeniería genética a finales del siglo XX dio nuevo impulso a la agricultura. Las plantas transgénicas son organismos genéticamente modificados (OGMs) por la adición de genes que no se encuentran en las plantas nativas. Estos genes añadidos les confieren a las plantas transgénicas características agrícolas útiles como la tolerancia a herbicidas, resistencia a insectos, bacterias, y virus, y mejoras en el contenido nutricional. A 30 años de la aparición en el mercado de un tomate transgénico, se han desarrollado más de una docena de plantas transgénicas como soya, alfalfa, algodón, papaya, papa, arroz y varias más, incluyendo el maíz transgénico resistente al glifosatoque en estos días es motivo de álgidas discusiones en México.

Si bien sectores de la sociedad han manifestadopreocupación por los posibles riesgos a la salud debido al consumo de alimentos transgénicos, alteración del medio ambiente o la posible transferencia de genes transgénicos a variedades nativas, los reportes científicos señalan que los transgénicos no son un problema al respecto. Diariamente ingerimos millones de genes en una ensalada, o en el mordisco a una manzana. Todos esos genes podrían ser un riesgo potencial a la salud, tanto como los genes transgénicos. Pero no lo es porque los genes como todo alimento, son destrozados en cachos inocuos para un ser humano o un animal y asimilados en el metabolismo. Entonces, podemos decir que desde el Neolítico “somos lo que comemos” y quizá algo más, que los alimentos procedentes de cultivos agrícolas tradicionales o transgénicos dañan más cuando no los hay. 

 

vgonzal@live.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *