I

La geografía de la vida, el trance de los sueños y la esencia de la fiesta, para comenzar a invocar ciertos caminos que se hacen al andar en este Universonoro*. La música que corre como río, como sangre, un conjuro necesario e inevitable, capaz de despertar a nuestros ancestros, nuestras abuelas convidando su sabia. Todos los tiempos en un solo tiempo. Las sensaciones milenarias, plenas de memoria recóndita. Lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos fue pregón desde el Big Bang, música de la tierra estallando en los cielos. Un suspiro: 13, 800 millones de años.

II

Lo imposible que se torna en posible, arte de la imaginación, esa facultad del alma que nos transporta por territorios que entrevemos soñando en vela y duermevela. El sueño como una condición de alerta en nuestras células. La música, un río que fluye sin fin en busca de su destino, y que a cada instante lo encuentra, porque el destino anida en el viaje de su torrente.

III

Los 23 conjuros de Universonoro son el mapa de una geografía donde el tiempo traza arterias que invocan a todos los sentidos. El canto que sabe a tierra humeda, el trinar de pájaros en una metrópoli, el tam-tam del corazón, un horizonte multiplicado por sierras, montes y montañas, territorios donde nada es casual. Avistamientos de mundos dentro del mundo, cinta de Moebius, espirales, luciernagas oficiando en un ritual del fuego nuevo. El exceso como marea que se desborda, buscando tierra fértil para el reposo.

IV

Y sí, nada es casual. Los 69 músicos que hacen posible este Universonoro son la suma de vivencias, sentires, pensares, virtuosísmos diversos, tejidos por el júbilo que invoca esa convivencia fraterna donde el rumor del tiempo, la intuición, la memoria que dibuja poesía, creando andamios para la imaginación.

V

Universonoro: en tiempos tan canijos. La aclaración no está de más. Hace rato, mucho rato, que los tiempos son rudos, realidades que nos someten como si fueran designios truculentos, sentencias mortíferas para las cuales pareciera no existir antídotos. Pero ahí está, siempre ha estado, la música como un bálsamo que nos prepara para cruzar por lo canijo de los tiempos. No es un conjuro capaz de disolver la maldad. Los caminos de la música son más sutiles, acertijos que cada cual sabrá cómo encarar.

VI

Hace unos días, Arturo Cipriano, Ciprianodonte, me invitó a su casa para escuchar Universonoro y ese encuentro se convirtió en una ceremonia. Durante poco más de dos horas, y aquí el tiempo fue más bien infinito, escuchamos los 23 conjuros de una obra que concentra el tiempo y todos los paisajes, todos los estados anímicos, todas las convivencias y las armonías, poesía y melodía, disrrupciones y pleno sentido del humor, hallazgos en el caminar de un músico que ha sido creado por la música. Con los ojos cerrados, con los ojos abiertos, asomado a un horizonte donde el jardín se transformaba en laberintos donde a ratos llovía o resplandecía el sol, donde la noche era habitada por luciernagas.

VII

Esta Odisea, para invocar a la mitología, debía tener su Odiseo, y lo tiene. Universonoro es una barca encauzada por Ciprianodonte y Odiseo Reyes, quien en una conversación para Radio Educación describió las coordenadas de esta embarcación: “Necesitamos viajar al centro de la tradición, al centro de nosotros mismos para sobrevivir a estos tiempos tan canijos. Es un viaje al centro, que nos permite librarla: tener una balsa y un remo para navegar por estas aguas, que no sabemos que son, pero necesitamos sobrevivir a ellas”.**

VIII

Ciprianodonte la define así: “Una realización composicional en la que se empatan comentarios disonantes y el azar tupidamente. Caribes mías, bichos, teucaris, ¿me escuchan? Vuela una vaina impura de raíz sesentayochera. Es música de cabareses, sádica y toda, de colectividad. Indeterminación desde el primigenio ruido y un bien emocionado silencio. Si le quieren endilgar una etiqueta, el Universonoro es una amalgama de células rítmicas del folclore y golpes del tambor madre de la otra orilla, retumbos que se maridan ansiosamente, para llevarnos a formas extendidas y a la continuidad conceptual. Aquicito, un entramado de chiflidos y la respirancia, para elaborar un contracanto social como ” nota” de alta germinación con una cauda de amistad, haciendo eco. / Cuauhnáhuac, octubre 2023.

* https://ciprianodonte.bandcamp.com/album/universonoro-en-tiempos-tan-canijos

** Programa “Entrecruzamientos”, de Radio Educación, conducido por Ana Leticia Vargas.

Martes 30 de enero, 2024.

 

 

Foto: Efrén Galvan