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-Héctor Rosales*

La fecha del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre de cada año fue elegida para honrar la memoria de las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de la República Dominicana que fueron asesinadas en 1960, por órdenes del dictador Rafael Trujillo. La Organización de Naciones Unidas ha propuesto que se realicen 16 días de activismo contra la violencia de género desde el 25 de noviembre al 10 de diciembre. En este marco nos parece muy importante destacar la importancia de la Exposición Verde Violeta. Arte Feminista en Morelos que puede visitarse en el Centro Cultural Jardín Borda en noviembre y diciembre de este año.
La exposición, además de la gran calidad artística que logró reunir la curadora Isadora Escobedo Contreras, tiene una gran fuerza al trasmitir mensajes que no sólo se dirigen a nuestra dimensión racional, sino que provocan una serie de emociones en las y los espectadores.
Como se explica en un panel: “Verde Violeta utiliza, como contenedor discursivo, los colores representativos que, a nivel global, compilan el reclamo de las diversas luchas feministas: el violeta que abarca los derechos civiles, laborales, sociales, expresivos y sexuales; y el verde, símbolo de las luchas por los derechos reproductivos, la consagración de la autonomía del cuerpo y en específico, la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo”.
RECORRIDO. En la primera sala encontramos una línea del tiempo muy valiosa para conocer el recorrido de más de un siglo de luchas de las mujeres. Fechas fundamentales para la memoria. Por ejemplo: 1955, año de las primeras elecciones con voto femenino en México, hasta la exposición: “Esta ciudad debe ser de + con + para nosotras o no ser”·, de 2021, curaduría de Lorena Wolffer.
En la siguiente sala nos encontramos un ataúd blanco sobre naturaleza muerta, con mensajes bordados. Pañuelos intervenidos con hilos de colores para dar testimonio de las mujeres asesinadas, violentadas o desaparecidas en diversos municipios del Estado de Morelos. Flores, corazones, plantas, naturaleza que expresa ternura. Pañuelos que forman un mural, verdadero memorial que une a las mujeres vivas, en su deseo de testimoniar por las madres, hijas y hermanas muertas, pero no olvidadas. Los hilos trazan las geografías afectivas que gritan: ¡No al olvido! ¡Justicia!
La pieza “Cuerpo sobre cuerpo”, de Tracy Jiménez nos parece resumir la actitud desde la cual se asume el ser mujer en una sociedad violenta. Sobre una superficie blanca la escritura traza textos que se encontrarán con unos montículos de cerámica sin interrumpir su discurso, que dice, por ejemplo:
“Leche que escurre de mis pezones, con sangre, lecha rosa, mis senos inflamados, mi cuerpo listo para alimentarte, mi boca seca, mis huesos se abren y nebulosamente es un señuelo de lo que estas otras, han olvidado…Nuestra piel seca, no ha perdido su forma, es como si todavía estuviéramos vivas, pero se marchita, se arruga, se rompe y desaparece otra vez”. “Escuchas oraciones, las que te ayudan a estar aquí, todavía escuchas”. “Dos caras de papel transparente mi rostro”. “N quiero perderlas y no quiero olvidar mucho de ti”. “Cargar lo que no es mío, soltarlo para no cargarte para que lo sepas, pero no peso. Una protección de piel de tripa transparente, de piedra, de corteza, de tela, de la piel de un animal, de luz, una protección con mi silencio, de miradas. Nuestro latido, que son uno mismo…”
Escritura performática que fluye desde la corporeidad sensible. La caligrafía crea movimientos, las palabras se desenvuelven cómo ovillos de lana para entretejer el sentido de las múltiples historias, ni mías, ni tuyas, sino nuestras, porque en ese caminar de letras como hormigas van nuestros sueños, nuestros triunfos y derrotas y, sobre todo, la fe y la esperanza de que el decir, y el escribir sean las semillas del hacer. Sirva este breve acercamiento para hacer una invitación amplia a todos los públicos de Morelos y los visitantes de otros lugares.
El Estado de Morelos es una geografía de dolor acumulado, río de ausencias que no cesa. Cuando las lágrimas se agotan, sólo la digna rabia tiene sentido.
*Investigador del CRIM-UNAM en Morelos

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