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En mayo del año pasado se publicó la nueva Ley General de Movilidad y Seguridad Vial (LGMSV) con vigencia federal.

La LGMSV es muy ambiciosa y pretende incidir en fenómenos como desigualdad, inclusión, ecología y salud, entre otros temas. Establece medidas mínimas de tránsito como el uso del cinturón de seguridad, transporte de menores, renovación del parque vehicular, fomento del uso del transporte público y límites de velocidad.

Entre las normas que aplican en todos los estados y municipios del país están los operativos de alcoholímetro, aprobado por la Secretaría de Salud federal, tanto a conductores de autos como motocicletas. Está prohibido conducir vehículos de cuatro ruedas con una alcoholemia superior a 0.25 mg/L en aire espirado o 0.05 g/dL en sangre;los motociclistas no deberán presentar una alcoholemia superior a 0.1 mg/L en aire espirado o 0.02 g/dL en sangre, mientras que los conductores de vehículos destinados al transporte de pasajeros y de carga, tienen prohibido conducir con cualquier concentración de alcohol por espiración o litro de sangre.

Todo esto es muy razonable si se considera que durante 2021 y a nivel nacional, se registraron 340 mil 415 accidentes de tránsito en zonas urbanas. De estos, 3 mil 849 derivaron en al menos una persona fallecida y 60 mil 584 en por lomenos, una lesionada. Y en un gran porcentaje de estos accidentes está involucrado el alcohol, aproximadamente el 30 por ciento, de acuerdo al Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara.

Según la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) los accidentes automovilísticos asociados al consumo de alcohol son un problema de salud pública que afecta principalmente a personas de 20 a 39 años. “Las bebidas alcohólicas reducen el campo visual, los reflejos, producen estado de euforia y exceso de confianza, apreciación errónea de las distancias y de la velocidad, aumento de agresividad e irritabilidad, falta de percepción de señales de tránsito y luces de semáforos u otros vehículos, y aumento de sensibilidad a deslumbramientos, entre otros”, advierte la Comisión.

Entonces suena lógico que en la actualidad en todas las entidades federativas haya operativos de alcoholemia -aunque aún no en todos los municipios- en Morelos poco apoco se está adoptando, primero fueron Jiutepec, Xochitepec, Temixco, Cuernavaca y, ahora Emiliano Zapataacaba de anunciar su próxima puesta en marcha.

Desde luego que lo que menos se quiere encontrar uno por la calle es un conductor ebrio, en Cuernavaca se han remitido al juez algunos irresponsables alcoholizados que manejaban temerariamente con menores a bordo.

Sin embargo habría que preguntarse por qué los accidentes de tránsito han aumentado.

Según la estadística de Accidentes de Tránsito Terrestre en Zonas Urbanas y Suburbanas (ATUS) más reciente, entre 2020 y 2021, en medio de la pandemia y cuando ya estaba en operación el operativo en diversas ciudades mexicanas, los accidentes se incrementaron en 12.8 por ciento; Los accidentes que registraron solo daños aumentaron 12.5 por ciento; los no fatales, 14.4 por ciento y los fatales, 12.3 por ciento.  

De acuerdo al ATUS el mayor número de decesos ocurrió entre las 18:00 y las 23:59 horas, mientras que los días que hay más accidentes de tránsito son domingo, sábado y viernes, en ese orden, es decir, en los días y horarios preferidos de los operativos de alcoholemia.

Como decíamos, pocas cosas tan aterradoras como un ebrio irresponsable conduciendo una potencial arma homicida, sin embargo la estrategia de cómo impedirlo es lo que habría que estudiar antes de dar por cierto que se está atendiendo el problema.

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