Viviana Gutiérrez
Activistas y luchadores sociales de Morelos llevaron a cabo un acto cívico-cultural en las cercanías de las ruinas de Xochicalco para conmemorar los 61 años del asesinato del líder campesino Rubén Jaramillo. Hasta el día de hoy, no se ha hecho justicia por su muerte a manos de las fuerzas federales, a pesar de que su lucha fue a favor de los más pobres y de condiciones laborales dignas.
Javier Orihuela, ambientalista morelense, reveló que ha habido acercamientos con la Comisión de la Verdad y Justicia, el mecanismo federal encargado del esclarecimiento histórico, perteneciente a la Secretaría de Gobernación y a cargo de Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, para localizar a los líderes jaramillistas que también perdieron la vida en la década de los 60, y cuyos homicidios siguen impunes.
«Queremos rendir homenaje a aquellos jaramillistas que fueron asesinados y cuyos paraderos aún desconocemos, así como a Rubén Jaramillo y su familia. Deseamos que se reivindique a todos estos luchadores sociales y que se les libere del estigma de ser considerados delincuentes y criminales», expresó Orihuela.
Es importante recordar que el 23 de mayo de 1962, un destacamento militar y policías judiciales sacaron de su casa en Tlaquiltenango, Morelos, al líder campesino Rubén Jaramillo, a su esposa Epifania, quien estaba embarazada, y a sus hijos Enrique, Filemón y Ricardo. Dos horas más tarde, fueron acribillados cerca de las ruinas de Xochicalco, en lo que se considera uno de los crímenes políticos más brutales del siglo XX en el país.
Según datos históricos, la «Operación Xochicalco» fue llevada a cabo por el Ejército Mexicano por órdenes del presidente Adolfo López Mateos, a pesar de que Jaramillo gozaba de amnistía, la cual no fue respetada por el gobierno.
Rubén Jaramillo es considerado un líder y luchador social que siempre buscó cumplir los postulados de justicia, tierra y libertad del general Emiliano Zapata, por lo que se le considera el heredero ideológico del zapatismo.