El incremento de la participación de la mujer en las instituciones económicas, políticas, culturales y sociales de la modernidad está más que evidenciada. A pesar del rezago aún existente, la persistencia y preparación de las mujeres han permitido superar en forma gradual atavismos culturales de los cuales hemos sido víctimas tanto hombres como mujeres. Las transformaciones mundiales en las que estamos envueltos exigen que mujeres y hombres dialoguemos sobre los valores que debemos abrazar y practicar de manera conjunta, para el bien de toda la colectividad. Necesitamos más equidad y respeto mutuo, así como favorecernos de la visión de las cosas que sólo las mujeres pueden aportar.
Vicente Arredondo