loader image
Grupo de personas en un parque Descripción generada automáticamente

Estrella Pedroza

Vestidas de blanco y con sombreros para cubrirse del sol, acompañadas David un niño de cuatro años, Analilia González y María Guadalupe Arroyo, participaron este sábado en la novena Caminata por la Paz organizada por la Diócesis de Cuernavaca.

Ellas viajaron desde Zacualpan de Amilpas para sumarse a la voz de Ramón Castro Castro, Obispo de Cuernavaca.

“Necesitamos paz en nuestro estado, necesitamos seguridad por todos, pero principalmente para nuestros niños” dijo María Guadalupe señalando a David.

Por eso no les importó tener que salir de su casa en Tlacotepec desde las seis de la mañana. A Cuernavaca llegaron poco antes de las nueve a la parroquia de Nuestra Señora de los Milagros, conocida como la iglesia de Tlaltenango, desde donde se inició la protesta pacífica.

Con atención participaron, como los miles de personas que se concentraron en la explanada de la iglesia, en la oración ofrecida por el Obispo antes de iniciar la caminata.

El prelado inició la caminata en medio de un río humano teñido de blanco, en donde se podían distinguir niños de todas las edades, adultos mayores, mujeres y hombres, acompañados por gigantes palomas de la paz.

Paralelamente, en algunas secciones de la Caminata, la gente entonaba el canto “Renueva señor mi corazón” y, a lo largo de 2.2 kilómetros, se escucharon también insistentes alabanzas a Dios hasta llegar a la parroquia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, situada en la avenida Morelos en la colonia La Pradera, donde se dio paso a una serie de “visitas de consuelo”, ofrecidas por el propio Obispo, también Secretario General del Episcopado Mexicano, quien escuchaba por unos minutos las quejas de los asistentes.

En total se hicieron 10 paradas para visitar de consuelo a otros tantos comercios, entre los que figuraron una panadería, puestos de periódicos, viviendas y la parroquia, ahí Castro escuchó con atención los relatos de violencia y actos delictivos de los que han sido víctimas más de una decena de familias; luego recibieron una oración y los consejos del pastor católico.

Por seguridad de los involucrados, no se permitió documentar a los medios ni los sitios ni el contenido de la charla.

Los contingentes organizados por vicarías continuaron el trayecto, hasta llegar a la parroquia de San José “El Calvario” – ubicada en la avenida Morelos, ya en el centro de la ciudad-, portando mantas en donde se podía leer “Trazando caminos de Paz”, “Trabajamos para construir la paz” , “Caminamos por la Paz” , “La paz no es ausencia de tormentas, la paz es la presencia de Cristo” y portando las ubicuas palomas gigantes.

También, figuró un contingente especial de familiares de víctimas de la violencia e inseguridad, quienes sostenían las fotografías de sus hijos, hijas, hermanas , padres y madres desaparecidas, “hasta encontrarles justicia”, se leía en una de las cartulinas.

De acuerdo con la Diócesis de Cuernavaca, más de 18 mil personas descendieron por avenida Morelos hasta llegar a la Catedral de Cuernavaca, ubicada en Calle Miguel Hidalgo, caminando cuatro y medio kilómetros para sumar su energía contra “lo que está dañando y destruyendo a la humanidad”.

Al ingresar al atrio de la Catedral, todas y todos los asistentes se prepararon para escuchar una misa y, mientras ésta daba comienzo, un grupo coral entonó cantos religiosos y bailó para alegrar el corazón de las personas.

Bajo los rayos del sol que generaban altas temperaturas, las personas asistentes aguardaban con calma a que diera inicio la celebración religiosa encabezada por el Obispo; mujeres y hombres, niños y niñas, de rodillas, rezaban con devoción.

El Obispo lanzó un llamado a las autoridades estatales y federales a reaccionar y velar por la seguridad y desarrollo de los pueblos.

Al finalizar el acto religioso y la Caminata de lucha social pacífica, Analilia González y María Guadalupe Arroyo, están sentadas en el borde de una jardinera, se les nota asoleadas, cansadas pero sus ojos brillan.

Ambas son catequistas, las dos coinciden que es necesario levantar la voz por todos pero principalmente por las y los niños, que son las futuras generaciones.

“Nosotras venimos a respaldar a nuestro Obispo porque en este momento de crisis, de inseguridad, es el único que levanta la voz por todos”, refiere Analilia y afirma: “no lo vamos a dejar solo”.

María Guadalupe sostiene, sin pensarlo ni un momento, que el discurso del Obispo corresponde plenamente a la realidad y por eso no lo van a dejar solo.

Cansadas, aguardan a que el autobús que las trajo, junto con otras 40 personas de la zona oriente de Morelos, las regrese a su natal Tlacotepec.

 

Grupo de personas en un parque

Descripción generada automáticamente

Foto: Estrella Pedroza

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *