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Compromiso por el agua

 

Hace algunas semanas escribí en este mismo espacio que, por primera vez en muchos años, el agua será un elemento importante en las campañas políticas, debido a la enorme crisis que estamos viviendo en el estado y en el país en general.

Hemos tenido ya varios años de escasas lluvias, casi el 80% del territorio nacional presenta algún nivel de sequía, y los tres niveles más graves (severa, extrema y excepcional) se presentan en más de la mitad del territorio nacional. En Morelos el 100% del territorio está padeciendo sequía en diversos grados.

La escasez, la contaminación y la mala gestión del agua han provocado desabasto en diversas regiones de México, Monterrey y la CDMX son los casos más recientes y visibles, pero no son los únicos, aquí en Morelos, Cuernavaca es uno de los casos más sonados y en Michoacán se están dando cada vez más casos de “aguachicoleo”.

La crisis del agua es algo para lo que las autoridades no están preparadas, sus reacciones así lo indican, por ejemplo, en la CDMX, la crisis del agua con olor a gasolina (o a insecticida) de la alcaldía Benito Juárez, pasó de la negación a la denuncia de sabotaje en unas cuantas semanas. El jefe de gobierno, constituido en el vocero oficial para este caso (¿por qué no declaran las autoridades de agua en el Gobierno de la CDMX?) primero negó que hubiera gasolina en el agua, pero ante la presión social por las irritaciones en la piel siguieron buscando y encontraron la fuente (el pozo) de agua contaminada; sacaron de operación el pozo y le dijeron a la gente que en unas semanas, conforme se vaciara la red, dejaría de salir en con ese olor. Finalmente, hace unos días el tema dio un vuelco inesperado con la denuncia presentada por el SACMEX por posible sabotaje, aunque las propias autoridades habían descartado esa posibilidad casi desde el principio. Semejante crisis en época electoral puso el tema en los reflectores y fue eje central del debate de este fin de semana entre los candidatos a gobernar la CDMX.

En Michoacan, la sequía es tan severa y se ha acentuado tanto que sus famosos lagos están en niveles bajísimos. Hace unos días se hizo viral un video de alguien que prácticamente llegó caminando a la isla de Janitzio debido a que el lago de Pátzcuaro está casi completamente seco. Y ante la escasez ha venido creciendo el “aguachicoleo”, es decir, la desviación de ríos y canales de forma ilegal. En zonas dominadas por el narco, esta es otra de las enormes amenazas a la seguridad de la población. ¿Y la reacción del gobernador? Un enérgico llamado a cuidar el agua.

El “aguachicoleo” ha ido cobrando mayor relevancia en los últimos años. Autoridades federales, estatales y municipales han reconocido la existencia de estas prácticas ilegales, mientras que usuarios y activistas ambientales han denunciado el creciente número de pozos de bombeo y tomas clandestinas en ríos o arroyos. El vacío de autoridad, manifiesto en la poca o nula verificación de los volúmenes concesionados, así como la falta de cumplimiento de pago por parte de ciertos usuarios (de todos tamaños), fomentan una cultura de la ilegalidad dentro del sector hídrico y de no ser atendido, va a provocar que sean los propios usuarios los que hagan justicia por su propia mano.

Ante este escenario vale la pena destacar un acto concreto. La semana pasada, la candidata de la alianza “Fuerza y corazón por México” Xochitl Gálvez estuvo de visita en Morelos y firmó, junto con Lucy Meza y José Luis Urióstegui, candidatos a la Gubernatura del Estado y a la alcaldía de Cuernavaca un “Compromiso por el agua”. Se trata de un acuerdo de colaboración entre las tres instancias de gobierno, federal, estatal y municipal, para atender de manera conjunta esta problemática que aqueja a miles y miles de morelenses. En estos tiempos de tantos dimes y diretes, la firma de este compromiso es lo único que me parece un real y verdadero avance.

*Profesor, consultor y gerente general de AQUATOR