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Los principales paisajes culturales identificado en el estado de Morelos forman parte del patrimonio cultural, al igual que los llamados patrimonios tangibles —inmuebles y muebles— y del patrimonio intangible o inmaterial. En una breve relación hemos identificado, por su valor y presencia actual significativa en la vida y tradiciones culturales de sus comunidades, los siguientes:

El primero es el paisaje cultural agavero del mezcal, localizado en el oriente, poniente, centro y sur del estado. Destacan los cultivos de la región de Jojutla y los de Palpan. Agrupó en algún momento a más de 500 agaveros e incluyó sus lugares industriales y preindustriales, muchos de ellos artesanales, como hornos y destilerías.

El paisaje cultural del agave de pulque se localiza en la región norte, principalmente en Huitzilac y Tepoztlán, se realiza como una producción local y es una tradición mesoamericana.

El paisaje cultural del nopal al norte, en Tepoztlán, San Juan Tlacotenco y Tlanepantla; su producción y comercialización se realizan por gran parte de sus pobladores. Es también una tradición de cultivo mesoamericano.

El paisaje cultural del arroz en la región centro y sur del estado. Podemos comentar que se trata no sólo de un paisaje cultural, sino de un préstamo cultural asiático. Llegó desde el siglo XVI a las costas del Pacífico, y los productores y empresarios de Jojutla lo introdujeron, alcanzando una importante actividad agrícola. Su cultivo y plantación se hicieron parte de una tradición propia, así como también de la gastronomía nacional.

A partir de 2012, la producción del arroz de Morelos cuenta con una importante denominación de origen por la calidad de su cultivo. Se procesa en algunos de los principales molinos bajo las marcas de San José, en Jojutla; Buenavista, en Cuautla; Soberano, en Puente de Ixtla; Flor india de Morelos, en Emiliano Zapata.

El paisaje cultural de la caña de azúcar desarrollada desde el siglo XVI. Fue introducida tempranamente por Hernán Cortés. Ha pasado por diversos procesos tecnológicos y de producción, desde los primeros trapiches de sangre con el uso de animales y los trapiches de madera móviles en los campos de cultivo, hasta los establecimientos industriales de los ingenios del siglo XVII y XVIII, con la infraestructura de grandes acueductos para la molienda a través de la fuerza hidráulica; posteriormente, tuvieron un gran desarrollo en el campo de Morelos y su tecnología fue cambiando a sistemas de molienda de vapor, diésel y eléctricos. La presencia del ferrocarril en el siglo XIX completó las redes de transportación y extracción a los mercados nacionales e internacionales.

El paisaje cultural de las chinampas secas es una forma de cultivo y variante de las chinampas húmedas. Aún se conservan algunos de sus vestigios en la región de Cuautla y Villa de Ayala; son de tradición mesoamericana, sin embargo, por el crecimiento de la urbanización están por desaparecer sus vestigios.

El paisaje cultural de frutales en terrazas elevadas los podemos encontrar en muchos cultivos de los llamados “árboles de Castilla”, que fueron introducidos durante los primeros años del siglo XVI, muchos de ellos se integraron o sustituyeron a los antiguos cultivos de maíz en estas terrazas de origen prehispánico que aún podemos observar en la región oriente, en Tetela del Volcán, Ocuituco y Zacualpan.

Los paisajes culturales de huertos familiares, que encontramos con una gran variedad de cultivos en la región de Coatlán del Río.

Otros paisajes culturales y cultivos son los de las flores de amaranto en diversas regiones de Morelos, así como el intento de la producción de la grana cochinilla.

Constituyen parte de los paisajes culturales, la distribución y uso de los solares domésticos en los que las hortalizas y cultivos, así como su distribución espacial, conforman una tradición en muchas de las poblaciones rurales, que desafortunadamente se han ido perdiendo por la densificación de sus solares, subdivisiones, abandono de prácticas tradicionales y la urbanización en general.

*Publicado el 29 de octubre, 2023

Campos de arroz de Jojutla, Morelos Foto: Archivo Juan Antonio Siller Camacho