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La salud cardiovascular en la mujer

Alexis Berenice Meza Rodríguez*

En las décadas pasadas, la enfermedad cardiovascular fue considerada propia de los hombres, toda vez que es ampliamente conocido que los hombres sufren de infarto con más frecuencia. Sin embargo, las enfermedades cardiovasculares representan un importante problema de salud pública para las mujeres debido al número de muertes por esta causa.

En algunos casos la mujer puede presentar síntomas atípicos que dificultan el reconocimiento a tiempo de un evento cardiovascular. Conocer estos síntomas favorecerá una consulta precoz que previene complicaciones.

El infarto es una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo y en nuestro país. Es conocido que, a mayor edad, es más frecuente en las mujeres presentar alguno de los factores de riesgo cardiovascular relevantes como: tabaquismo, diabetes, hipertensión, colesterol, sobrepeso u obesidad, menopausia e hipotiroidismo; aunado a otros factores como la depresión, el estrés percibido en el hogar y en el trabajo, así como los eventos estresantes en la vida pueden incrementar el riesgo de infarto en las mujeres hasta 3.5 veces.

Es importante que sepamos que el infarto puede manifestarse con dolor del pecho o sin dolor, y que en las mujeres se han descrito síntomas como malestar por debajo del esternón (que es el hueso largo y plano localizado en el centro del pecho), dolor que se corre hacia la mandíbula, cuello, hombros y/o parte superior de la espalda (omóplatos). Dolor ardoroso en la boca del estómago, falta de aire, fatiga e indigestión, palpitaciones o únicamente nausea y vómito. Incluso se han reportado síntomas similares a la gripa, mareo, sensación de miedo y ansiedad y debilidad generalizada.

La atención prioritaria de estos síntomas es de vital importancia; sin embargo, se observa que retraso de esta depende del rol histórico de la mujer como cuidadora, pieza clave en el hogar, la familia, el trabajo y en la sociedad, pero las costumbres culturales y sociales la han llevado a priorizar la asistencia de otros, postergando a veces, su propio cuidado.

Se ha documentado que las mujeres tardan más en solicitar atención médica una vez iniciados los síntomas cardiacos, ya que no se auto reconocen con sospecha de un infarto considerando que sus síntomas son de origen mental y no cardiaco, más aún si las mujeres se presentan con gran expresividad emocional.

En el año 2023, el Instituto Nacional de Cardiología confirmó que las mujeres mexicanas infartadas acuden hasta con 4 horas de retraso a solicitar atención médica, reciben menos tratamiento específico para el tipo de infarto que padecen, tienen más complicaciones derivadas del infarto y mueren con más frecuencia por esta causa que los hombres.

Por lo tanto, es preciso que las mujeres desarrollen mayor consciencia y alfabetización corporal, es decir, conocer nuestro cuerpo y los cambios que éste presenta a lo largo del tiempo para reconocer desde los pequeños hasta los más molestos síntomas y no ser las primeras personas en minimizarlos, perdiendo con esto la oportunidad de recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados que evite complicaciones. Además, conocer a fondo nuestros cuerpos nos permite modificar estilos de vida para favorecer la prevención de múltiples enfermedades y, en consecuencia, nos posibilita la cercanía a un estado de mayor bienestar físico y mental.

Por último, es importante enfatizar que lograr instalar hábitos cardiosaludables saludables, realizar los controles médicos necesarios de acuerdo con la etapa de la vida (niñez, adolescencia, juventud, madurez y vejez), ayudarán a que la mujer tenga una vida plena y de buena calidad.

*Médica Especialista en Medicina de Urgencias

HGR C/MF No. 1 Cuernavaca, Morelos

Correo electrónico: alexis.meza.br@gmail.com