La Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) conmemoró el primer aniversario de su Programa de Salud Mental (Prosame), una iniciativa de la Facultad de Psicología, que tiene como objetivo ofrecer opciones de atención en salud mental que fortalezcan los lazos con la sociedad y ayuden a enfrentar las diversas problemáticas contemporáneas.
En entrevista exclusiva para La Jornada Morelos, la Dra. Adriana Cienfuegos Montoya, profesora de tiempo completo en la Facultad de Psicología y coordinadora del Prosame, compartió detalles sobre el origen del programa, sus líneas de trabajo y cómo la comunidad universitaria y el público en general pueden acceder a este servicio vital, el cual se ofrece de manera accesible.
El Prosame surge durante la gestión de la actual directora de la Facultad de Psicología, la Dra. Ermila Luna Vara, quien identificó la urgente necesidad de brindar apoyo psicológico tras el impacto emocional causado por la pandemia en jóvenes y adultos. En 2022, la Dra. Luna Vara propone a la Dra. Cienfuegos Montoya unirse al proyecto como coordinadora. Recibieron el respaldo del Dr. Gustavo Urquiza Beltrán, rector en ese momento, quien también consideró la salud mental como prioritaria en el Plan de Desarrollo Institucional (PIDE).
Así el Prosame inició su actividad el 6 de marzo de 2023, y ofrece tres líneas de trabajo: atención psicológica y apoyo a la comunidad universitaria, evaluaciones psicológicas para el público en general e instituciones académicas, y difusión institucional mediante talleres y capacitaciones.
Es relevante destacar que el Programa de Salud Mental actualmente se enfoca en la atención exclusiva de pacientes adultos y no brinda servicios a la comunidad interna de la facultad. Por razones éticas, se les orienta hacia otras instituciones para recibir atención adecuada.
Por otro lado, el Prosame funciona como un espacio de práctica para estudiantes de licenciatura presencial, virtual en psicología y de maestría. Estos estudiantes son seleccionados mediante criterios rigurosos tanto académicos como profesionales, y reciben una formación continua y supervisión por parte de profesionales experimentados.
En ocasiones, quienes acuden al programa pueden sentir dudas respecto a la calidad de atención que recibirán por parte de los estudiantes. Sin embargo, la Dra. Adriana desmiente estos mitos y asegura que los estudiantes son seleccionados mediante entrevistas y únicamente aquellos que cumplen con los estándares académicos y profesionales brindan consulta.
El proceso para acceder a la ayuda psicológica comienza con el registro a través de un formulario en línea, seguido de una entrevista inicial para evaluar las necesidades del paciente y asignarle un terapeuta. El Prosame opera de lunes a viernes, de 7 de la mañana a 8 de la noche, incluyendo días festivos, ya que reconocen que las preocupaciones emocionales no respetan horarios. Las citas son una vez por semana y tienen un costo de cincuenta pesos. Principio del formulario
Desde su inicio, el Prosame ha proporcionado 1336 consultas a 159 usuarios. Sin embargo, se ha notado un fenómeno intrigante en el que algunas personas muestran interés inicial pero no llegan a recibir la ayuda psicológica necesaria. Esto pone de relieve la persistencia de estigmas y la falta de conciencia sobre la importancia de la salud mental. «Es importante destacar que existe una diferencia entre querer acudir al psicólogo o recibir apoyo psicológico y realmente recibir atención», enfatiza la Dra. Cienfuegos.
Los principales problemas tratados por el Prosame incluyen cuestiones afectivas y académicas. La depresión y la ansiedad preocupaciones recurrentes entre los usuarios, cuya edad promedio es de 25 años.
En última instancia, la Dra. Adriana Cienfuegos Montoya insta a la comunidad universitaria y al público en general a dar prioridad a su salud mental, con el objetivo de desmitificar la idea de que buscar ayuda psicológica sea un signo de debilidad. «Acudir a un espacio terapéutico es de suma importancia, ya que marca el inicio de un proceso de autoaceptación y amor propio. Realmente constituye un acto de valentía», concluye.