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Una joven narró los actos de discriminación y violencia que sufrió en el Centro de Educación Extraescolar (CEDEX), sede escuela “Benito Juárez” del Centro de Cuernavaca, y donde asegura haber sido víctima de violencia verbal y física por parte de una profesora.

La adolescente, quien pidió guardar el anonimato por temor a represalias, relató que durante el año pasado la profesora Miriam Rasura Pastrana en diversas ocasiones la insultó con frases como “eres una basura que no sirve para el estudio”, “vete de macuarra porque la escuela no es para ti”; incluso la joven aseguró que en varias ocasiones la docente llegó a agredirla físicamente.

Durante un acto de protesta que la joven y su madre hicieron en uno de los accesos principales a Palacio de Gobierno, relató que “fueron muchas veces las que me insultó, me aventaba mi cuaderno y varias veces me cacheteó; yo no había dicho nada por temor pero un día que se burló de la religión que tengo ese día decidí decirle a mi mamá; siento que el abuso ya era demasiado, porque no era algo para corregir, sino que yo hasta pensé que me iba a matar…pensaba que un día de un golpe me iba a dejar ahí tirada y me iba a morir”.

La madre de la menor, Hilda Noemí Aguilar, interpuso una demanda que obra en el Juzgado Primero de Distrito con sede en Cuernavaca a través del cual busca que se abra una investigación por los actos cometidos contra su hija.

Aunado a ello, aseguraron que no es el único caso que ocurre en CEDEX, sino que varios menores son agredidos y discriminados, entre ellos varios de origen indígena.

Hilda Noemí Aguilar dijo que el problema deriva de la inconformidad que externó al suspender la secundaria inicial, explicó que son dos modalidades las que integran la escuela para adultos, en este caso secundaria inicial y avanzada; agregó que sin entregar las debidas constancias o sistemas de evaluaciones, varios menores fueron rezagados a la secundaria inicial, pese a haber cursado un año en dicho grado, “solo señalaron a unos cuantos alumnos, los pasaron a otro grado, mientras que otros, incluida mi hija, fueron dejados en el mismo grado escolar sin dar mayores explicaciones y diciendo que iban a desaparecer ese grupo”.

Visiblemente afectada por lo sucedido, manifestándolo con cierto temor, voz entrecortada y a punto de llegar a las lágrimas, la joven refirió que los abusos y humillaciones son hacia varios de sus compañeros, y por parte de distintos profesores.

La exigencia de madre e hija, es que autoridades educativas remuevan de sus cargos a los supuestos agresores y permitan la garantía de uno de los derechos fundamentales: el acceso a la educación.