loader image

Grimorio de Amaury Colmenares

 

Me acuerdo que estábamos en el taller. No recuerdo si alguien leía un texto o si ya nos encontrábamos en la sesión de comentarios. Recuerdo que Amaury recibió una llamada y caminó hacia el pasillo al fondo de su departamento en Comonfort. Parecía importante porque usualmente no dejaba que nadie lo interrumpiera durante el taller. Sólo escuché frases sueltas pero no alcancé a entender de qué era la llamada. Al volver a la mesa le preguntamos si todo estaba bien. Tenía una de esas sonrisas difíciles de ocultar, pero dijo: “Todo bien, ahorita les digo, al final”. Así se enteró de que un jurado conformado por las escritoras Bibiana Camacho, Ana García Bergua y Daniela Tarazona, eligieron su novela Grimorio como merecedora del Premio Nacional de Novela “Ignacio Altamirano”. Su texto presentado bajo el seudónimo de Teniente Atónito, fue elegido porque “se trata de una historia original con una prosa cuidada, una trama compleja y a la vez bien tejida con personajes misteriosos y entrañables que mezcla elementos históricos, fantásticos y cotidianos de la ciudad de la eterna primavera”.

Cuatro años después la novela de Amaury Colmenares por fin vio la luz, no gracias al gobierno de Guerrero, que incumplió en su palabra, sino a Libros UAM, que decidió incluir la obra en su colección “Molinos de viento”, dedicada a literatura mexicana. El artífice fue el editor morelense Carlos Gallardo, actual subdirector de publicaciones de la Universidad Autónoma Metropolitana. Además de su fascinación por los libros, Gallardo ha estudiado la figura de Cuernavaca como espacio literario. Así que en este libro pudo unir dos de sus más grandes intereses: la ciudad que lo vio crecer y su fervor por el libro como objeto.

El pasado 16 de febrero se presentó Grimorio en Cuernavaca, en la galería del Centro Morelense de las Artes, en donde Colmenares es docente en la Licenciatura en Creación y Estudios Literarios. Antes, se presentó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el 23 de noviembre de 2023, de hecho podemos tomar esa fecha como su nacimiento oficial. En la presentación en Cuernavaca acompañamos al autor, el ya mencionado editor Carlos Gallardo, la artista multidisciplinaria Natalia Todavía, el escritor Giacomo Orozco y yo mismo. En algún momento no pude evitar recordar el momento en el que Amaury se enteró que su novela había ganado un premio nacional y lo hermoso que era que se enterara en el taller que por más de 10 años hemos sostenido y en el cual se ha escrito gran parte de nuestra obra, Grimorio incluido.

Grimorio es un libro-juguete. Es un artefacto en muchos sentidos, no sólo porque forma parte de la interminable cadena de la tecnología del libro, sino porque su misma existencia está cimentada en la narración. El texto que contiene el libro es un manuscrito hallado. Se trata de un testimonio que nace en la escritura, por eso el objeto no es un pretexto, es el único medio para contener la narración. Pero no sólo eso, también es un grimorio, un tipo de manuscrito medieval que estaba destinado como un formulario de hechicerías. En sus páginas se podían encontrar versos, conjuros, fórmulas mágicas, palabras que al ser nombradas ejercían poder sobre la vida y la muerte. En ese sentido, Grimorio es un libro mágico. Es un también un codex que se desborda y se expande. Al final del libro, los lectores hallarán un sobre que incluye otros textos, mapas, imágenes, retratos, pistas que abren la narración a otras épocas, culturas y tradiciones. Estos recursos intertextuales tienden una red de vínculos que revelan diversos significados, tanto mágicos como históricos, que ayudan a leer la historia con una perspectiva mucho más amplia. Cabe señalar que además estos anexos fueron colaboraciones con artistas como Cisco Jiménez, Steff Alton, Valeria List, Pavel Mora y Carmila Macías, así que en sí mismos son objetos artísticos coleccionables.

No es gratuito que Cuernavaca sea el escenario en el cual se desenvuelve la acción de Grimorio. No se trata simplemente de que sea la ciudad en la que Colmenares habita. Es una ciudad que por sus propios méritos ha estado constantemente recubierta de misterio, ocultismo, brujería y adivinación. Desde la época prehispánica, pasando por los tratados de magia y hechicería de la Colonia, hasta el espiritismo de Plutarco Elías Calles, los chamanes y brujos que han emigrado de Catemaco y la fuerte presencia de la santería, es evidente que hablamos de una ciudad con un magnetismo único para la nigromancia y la taumaturgia.

De manera deliberada he ocultado la trama de Grimorio. Basta para mí decir que es una novela de aventuras, de misterio. Es un libro que nos devuelve además la fascinación por los objetos, por la escritura, por la observación aguda de nuestro entorno. Es una novela que puede iniciarnos como magos o perdernos en un laberinto de demencia como locos. Como sea es una novela que debe leerse con atención al detalle. En la superficie hay una historia deslumbrante, con una prosa finamente tallada, pero en la profundidad su complejidad nos invita a redescubrir los secretos de la ruina tropical.