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Cumpliendo el Acuerdo de Dubai: descarbonizar a México

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Luis Tamayo Pérez

Apenas inicia el 2024 y ya comenzaron las malas noticias: 2023 fue declarado el año más cálido de todos lo que hemos registrado.[1] Y todo apunta a que el 2024 será peor.

Como indiqué en mi última entrega, entre los signatarios del Acuerdo de Dubai (COP 28, 2023), se encuentra México y, en consecuencia, nuestro país se ha comprometido a la reducción gradual de la producción y consumo de los combustibles fósiles, a utilizar, en el 2030 sólo la mitad de los que ahora quema y a anularlos completamente en el 2050.

Sabemos bien que las COPs no son vinculantes y habitualmente tan imprecisas que en la COP de Dubai ¡fue la primera vez en toda su historia que se reconoció el vínculo entre los combustibles fósiles y el Calentamiento Global Antropogénico (CGA)!

El otro “gran punto de acuerdo” obtenido, el fondo para remediar los desastres que causa ya el CGA, es de apenas 100 millones de USDlls, lo cual no alcanza ni para solventar los daños de una sola catástrofe. Un fondo verdaderamente eficaz debería ser mil veces superior, como indicó Valeria Nakate.

Nos toca, en consecuencia, a los ciudadanos exigir a nuestros gobiernos hacer realidad los escasos compromisos que tales cumbres obtienen.

Descarbonizar a la nación mexicana requerirá acciones en varios planos: en la industria, los hogares, las calles, el campo y los mares. Revisemos cada una.

  • En la industria. Después de décadas de contar con abundantes y baratos combustibles fósiles, es evidente que la industria nacional funciona gracias a tales carburantes. Las industrias mexicanas requerirán de una conversión de los combustibles fósiles a la electricidad. Sabemos bien que existen algunas industrias que, por requerir cantidades enormes de combustibles, encuentran muy difícil la conversión. Afortunadamente, se encuentra bastante avanzada la tecnología de obtención del “hidrógeno verde”, un estupendo carburante que no emite Gases de Efecto Invernadero y cuya obtención se logra mediante la electrólisis del agua gracias a energía renovable (solar o eólica). Recordemos que el mayor problema que presenta la molécula de hidrógeno es que, por ser tan pequeña, se escapa muy fácilmente, dificultando su contención y transporte, lo cual no es tan malo porque limita su explosividad. La única manera para evitar que escape es utilizar el hidrógeno en el mismo lugar donde se produce. En un futuro descarbonizado, aquellas empresas que requieran grandes cantidades de combustibles deberán contar, in situ, con plantas de producción de hidrógeno verde, una tecnología que no sólo Europa desarrolla sino incluso, y de manera destacada, la nación chilena.
  • En los hogares. Descarbonizar los hogares mexicanos pasa por dejar de usar gas en las casas. Afortunadamente ello es más que factible pues el gas tiene solo dos funciones en ellas: en los calentadores de agua y en las estufas para cocinar. Respecto a los calentadores, en la gran mayoría de los estados del país pueden implementarse diversos tipos de calentadores termosolares: calentadores planos, de tubos evacuados, de manguera negra, etc., los cuales entregan agua caliente gracias a la energía obtenida del sol. Respecto a la cocción de los alimentos, las estufas de gas pueden ser fácilmente intercambiadas por las de inducción magnética, las cuales son más baratas y eficientes. Tales estufas, eso sí, requieren que las ollas donde se caliente la comida sean otra vez de fierro o cuenten con transmisores magnéticos, las cuales son, en nuestros días, más caras, aunque sabemos que su precio descenderá tan pronto se popularice la tecnología. Los ciudadanos más afortunados —esos que cuentan con espacios abiertos y abundante sol, podrán incluso colocar estufas de espejos u hornos solares y permitir al astro rey cocinar, en exteriores, directamente sus alimentos.

(continuará)

[1] https://www.nytimes.com/es/2024/01/01/espanol/2023-ano-mas-caluroso.html