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Por décadas, los talleres literarios operantes en Morelos han sido no sólo semilleros de escritoras y escritores, sino, además, crisol en que muchos de ellos se han formado hasta el punto de conseguir premios nacionales e internacionales, en certámenes tanto de poesía como de narrativa.

Algunos han funcionado permanentemente, como el caso del taller literario a cargo del Maestro Francisco Rebolledo, o el de poesía de la Dra. Ethel Krauze. Recordemos que décadas atrás funcionó uno conducido por el gran escritor Poli Délano y hay quienes se formaron en Cuautla con el Maestro José Agustín. De hecho, una metodología específica para impulsar y sostener talleres literarios dirigidos a “no escritoras”, ha sido la de Ethel Krauze, que ha traspasado fronteras y se aplica ya en varios países, a la vez que continúa funcionando en varios municipios de Morelos.

Es necesario también mencionar la existencia y logros de la Escuela de Escritores Ricardo Garibay, en sus varias etapas, y en la que desde hace por lo menos 25 años, se han formado generaciones de escritoras/es que figuran en el panorama literario de Morelos y del país.

Pero además de formar escritores/as, en esos talleres se han formado editoras/es independientes, cuya presencia y quehacer es indispensable para entender la vitalidad en el desarrollo de la literatura en el estado.

Uno de esos talleres vigentes, es el iniciado durante la pandemia por el gran escritor Arturo Núñez Alday. Sin duda él, sobrado de capacidades y motivaciones, como de imágenes ricas y letras, decidió convocar abiertamente a interesados en escribir, y se ha ocupado (a quienes aceptaron el reto), de dirigirles, acompañarlos, y ya me lo imagino, con sumo cuidado, a darles específicas indicaciones para la mejora de sus textos. Próximamente, el día 9 de marzo, el colectivo Alcatara, formado en ese taller, presenta un libro titulado Rostros de Babel, una muestra de los productos de su taller literario y nos ha invitado, a ustedes, lectoras/es, también. El libro ha sido publicado con los sellos de SaGa Ediciones y Colectivo Alcatara, y estará disponible en La Bigotona, espacio cultural en que se presentará.

Veo necesario reconocer en este caso como en los antes mencionados, las labores de quien conduce un taller de este género: el maestro Arturo, se hizo un par entre los talleristas, y no satisfecho con eso, se comprometió a llevarlos de la mano, mano amiga, a la salida, hasta llegar a una publicación, etapa que todos sabemos tiene sus propios bemoles y nuevas satisfacciones, individuales y colectivas, y por cuanto ofrece la posibilidad para nuevos errores y descuidos, nuevos traspiés, inesperados y colados. Y seguramente ahí ha estado continuamente Arturo, a su lado, celoso de la tarea y acucioso revisor. Mis reconocimientos para él, que con tanto orgullo les ha regalado su tiempo y les presenta por este camino, hoy, como para quienes han formado este Colectivo Alcatara, que nos espera el 9 de marzo, a las 18 horas, en La Bigotona del centro de Cuernavaca.

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