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Comienzo estas líneas deseando un próspero 2024 para los lectores de La Jornada Morelos, así como un año de buena ventura para Morelos que enfrenta un difícil panorama en los campos político, económico y social. Los problemas ampliamente conocidos se agravan ante la impunidad que pone en riesgo el estado de Derecho y la vida cotidiana de los habitantes en la entidad. Esto se traduce en que los ciudadanos somos día a día vulnerados en rubros tan sensibles y supremos como lo son la vida y el patrimonio forjado con tanto esfuerzo y trabajo honrado.

Los robos, asaltos y agresiones son recurrentes, suceden de igual forma en el campo y en los núcleos urbanos, ocurren a plena luz del día, y cualquier morelense, sin importar su condición socioeconómica, está a merced de la delincuencia. Los negocios, son saqueados, la extorsión no solo ha obligado a los comerciantes a cerrar sus fuentes de empleo sino reciben agresiones armadas al no ceder a las pretensiones de los delincuentes. Los robos a casas habitación y el despojo de tierras son constantes, así como el viajar en transporte público o acudir a un cajero automático, sucursal bancaria o centro comercial se han convertido en actividades de riesgo extremo.

Nuestros caminos amanecen sembrados de cadáveres, y lamentablemente la deuda de la sociedad y las autoridades con las mujeres se acrecienta, no solo la violencia de género en todas sus expresiones, sino con una alarmante tasa de feminicidios que ubica a Morelos en los punteros nacionales. Las pasadas fiestas decembrinas se empañaron de luto con el asesinato de María Fernanda Rejón Molina, ampliamente conocida y apreciada en la comunidad cultural morelense, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Morelos ocupó el primer y segundo lugar en feminicidios. El 2023 documentó 91 feminicidios en nuestro territorio.

Los recientes enfrentamientos entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como del primero de ellos con organismos autónomos como la Fiscalía General del Estado, nos llevan, sin temor a exagerar, a niveles de ingobernabilidad equiparables a los vividos a lo largo de las cruentas jornadas de la Revolución del Sur o bien como aquellas en las cuales Victoriano Huerta y su nefasto lugarteniente Juvencio Robles desaparecieron los poderes del Estado en 1913, reduciendo a Morelos al estatus de territorio federal, situación que privó hasta 1930 cuando se restableció el orden constitucional a nivel estatal.

Evidentemente, lo anterior es leña que aviva el fuego de la impunidad, lo cual también es reforzado por los nulos resultados en materia de seguridad por parte de las autoridades locales. Desafortunadamente estas controversias y la falta de pericia, dejan a la ciudadanía a merced del crimen y con un enorme riesgo en sus bienes y personas.

La impunidad se propaga con la ferocidad de un virus en pandemia, es altamente atractiva y eficaz para quienes optan por delinquir, y desafortunadamente su presencia en la política local no es la excepción.

No son pocos los casos de individuos que ven en la actividad política un puerto de abrigo que les brinde o bien un fuero o bien una plataforma de impunidad para cometer toda suerte de fechorías. Este es el caso que en particular atañe a Israel Zúñiga Sánchez de Jonacatepec, Morelos.

Zúñiga Sánchez, se ostenta como líder social y agrario presidiendo organizaciones ligadas al campo, particularmente como presidente nacional de la Unión Campesina Democrática, ha sido funcionario y candidato a puestos de elección popular en los partidos Acción Nacional y Nueva Alianza, donde hace alarde de influencias, hoy presume ser un importante operador político y electoral al servicio de Xóchitl Gálvez y Lucy Meza.

Refuerza su personalidad haciendo alarde en público y en sus redes sociales de su marcado gustos por autos de alta gama y caballos finos. En realidad, sus activades públicas son un manto para cubrir como con absoluta impunidad comete fraudes a empresarios y particulares, específicamente se hace de maquinaria pesada la cual nunca paga a sus legítimos propietarios, cuando se le requiere el pago correspondiente, aduce absurdamente que la maquinaria no sirve, e insulta y amenaza a quienes solicitan el mismo, irónicamente su fotografía de perfil en redes sociales muestra equipo de maquinaria pesada.

Vencer la impunidad, no es un reto minúsculo ni fácil, mucho menos se logrará de un día para otro, pero algún día se tendrá que empezar a hacerlo, el actual proceso electoral es una oportunidad para ello, y las candidatas al gobierno de Morelos, pueden abonar a ello, desmarcando de sus equipos a individuos que buscan hacer del oficio de la política una plataforma eficaz de impunidad.

*Escritor y cronista morelense.

Israel Zúñiga Sánchez / Foto: Cortesía del autor