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José Martínez Cruz y Marco Aurelio Palma Apodaca

La independencia política de la clase trabajadora es fundamental para defender los derechos humanos y laborales en México y en todo el mundo.

Una demostración fue lo ocurrido en Argentina. El pasado 10 de diciembre de 2023, el ultraderechista Javier Milei asumió la presidencia y desde el primer momento de su gobierno ha asumido una política en contra de la clase trabajadora y los sectores populares. En su primer mes de gobierno, Milei ha impuesto una devaluación del 115 por ciento, provocando un alza de precios del 50 por ciento y con ello la pérdida del poder adquisitivo de asalariados y jubilados, además de la liberación de los precios del alquiler de viviendas que deja en la indefensión a más de diez millones de familias.

El 21 de diciembre Milei emitió el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) imponiendo más

de 300 reformas sin discusión parlamentaria y el 27 de diciembre envió al congreso la llamada ley “ómnibus”, en su conjunto estas reformas y decretos dan facilidades a los capitales, nacionales y extranjeros, para apoderarse de la riqueza nacional, abriendo el paso para la privatización de todas las empresas públicas, sube el precio de los productos, reduce impuestos a los más ricos, permite el despido de trabajadores, elimina derechos laborales, impone severas restricciones al derecho de protesta y movilización y otras disposiciones que atentan en contra de la clase trabajadora y del interés nacional. Por si fuera poco, también pretende eliminar los derechos logrados por el movimiento feminista.

Ante ello, se llevó a cabo un Paro Nacional el 24 de enero convocado por sindicatos y organizaciones sociales en Argentina, con amplia solidaridad internacionalista como la que organizó la Nueva Central de Trabajadores y Trabajadoras en nuestro país.

En México también se realizó éste 31 de enero de 2024 la jornada nacional en defensa de los derechos laborales y sindicales. Fueron las organizaciones sociales y sindicales del Pacto Morelos por la Soberanía Alimentaria y Energética y los Derechos de las y los Trabajadores quienes se sumaron a la convocatoria emitida por la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), para participar en la Jornada Nacional de Lucha, la cual se llevó a cabo simultáneamente en las principales ciudades del país.

En el caso de Morelos, la Jornada Nacional de Lucha incluyó una marcha del Calvario hacia el zócalo de Cuernavaca, con la exigencia de diálogo social en torno a nuestra agenda laboral inmediata y a nuestro Proyecto Alternativo de Nación.

Los trabajadores del campo y la ciudad exigimos que las diferentes fuerzas políticas involucradas en la contienda electoral tomen en cuenta las propuestas de las organizaciones sindicales, campesinas y sociales en este año de elecciones, en que habrá de definirse el rumbo que seguirá nuestra nación.

La importancia del diálogo social se acrecienta si tomamos en cuenta que aún las propuestas planteadas por el Poder Ejecutivo, entre las que figuran la autorización de incrementos a los salarios mínimos superiores a la inflación o que se garantice que las pensiones de los trabajadores sean equivalentes al último ingreso que percibieron como personal activo, han sido objeto de fuertes presiones por parte de los empresarios, quienes buscan preservar así sus márgenes de ganancia a costa de los trabajadores. La riqueza insultante de los más ricos del mundo a costa del incremento de la explotación laboral es inaceptable. Igual suerte ha tenido la iniciativa para reducir la jornada semanal de 48 a 40 horas con pago de 56, ya que hasta el momento los patrones han logrado obstaculizar su aprobación por el Legislativo.

Durante éstas movilizaciones se levantó la voz en las calles, para expresar que no podemos permitir que las reivindicaciones de los trabajadores se conviertan en moneda de cambio electoral o que su aprobación dependa en última instancia de los acomodos de los distintos actores políticos, exigiendo la solución a los conflictos laborales vigentes, como los que involucran a los trabajadores del Nacional Monte de Piedad, la reinserción laboral de los más de 15 mil trabajadores electricistas del SME en resistencia, la lucha del SITIMTA por la permanencia del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) como organismo público descentralizado con personalidad jurídica e ingresos propios y respeto a su contrato colectivo de trabajo y, de igual manera solución al proceso de negociación del emplazamiento por revisión contractual del SIIINIFAP, así como el apoyo solidario con la huelga en la empresa automotriz Audi, entre otras.

Ahí se expresó la exigencia de que se abran canales de diálogo y de interlocución permanente con las autoridades competentes para atender estas demandas, con el propósito de que aquellas políticas públicas sirvan para recuperar la rectoría del estado sobre sectores estratégicos, como la energía y las telecomunicaciones o para construir un verdadero estado de bienestar, para que sean incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo.

Es por ello que seguramente las movilizaciones de este 31 de enero a lo largo y ancho del país, permitirán avanzar en la lucha independiente para garantizar que nuestras reivindicaciones y propuestas sean asumidas y tomadas en cuenta por los distintos actores políticos involucrados en la contienda electoral y para construir alternativas autónomas ante los grandes problemas que enfrenta nuestra nación, porque gobierne quien gobierne, los derechos se defienden, como lo señaló el Pacto Morelos por la Soberanía Alimentaria y Energética y los Derechos de las y los Trabajadores. Una conclusión es clara: Elevar el nivel de conciencia y construir una alternativa anticapitalista pasa por la experiencia de lucha práctica y construir colectivamente un programa y una estrategia de independencia de clase. Construir un polo social independiente con la UNT y la Nueva Central de Trabajadores y Trabajadoras como pilares es urgente y necesario en éste 2024.