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DOCUMENTAL

 

La idea de hacer un documental sobre Ely, la elefanta más triste del mundo, surgió cuando Damián daba un paseo dominguero por uno de los escasos parques de la conocida ciudad primaveral del centro del país con Yadira, una amiga de tan recién ingreso en su vida que aun desconocía el rumbo que iba a tomar su relación; lo mismo pensaba ella observando la misma reserva. Su conversación desenfrenada inició al franquear el umbral del lugar, inspirados por la historia muy conmovedora de Benito la jirafa. Era tal el entusiasmo a nivel mundial provocado por la simpatía de la joven jirafa, cuya soledad y peligro de congelación invernal se había convertido en una historia con un feliz desenlace en Africam Safari, finalmente rodeada de seres de su misma especie – por cierto en vías de extinción-, que su nombre estaba en boca de todos, como si lo conocieran de verdad o hubieran contribuido a su traslado épico de 24 horas.

Según los videos que circulan a través de redes sociales, en tiempo real o diferido, Benito parece tan educado como el profesor Jirafales, nada más que devorando su pastel de zanahorias y manzanas. Vas a ver que pronto encontrará a su doña Florinda se rió Damián.

Yadira comentó que según los artículos periodísticos que había consultado recientemente, se estaría planeando hacer una serie infantil de Benito para contar desde su vida en Juárez hasta su felicidad actual en Puebla. Tras las inmensas muestras de cariño se rumoreaba también que ya habían salido a la venta los Benitacos, las Beniconchas y que además algunos otros inventores gastronómicos dieron a conocer las tortas Jirafa.

Va a pasar de moda. En seis meses nadie se acordará del buen Benito. Si queremos hacer un documental juntos, mejor hagamos uno sobre la elefanta en cautiverio propuso Damián. “Yo no quiero salir retratada para ser famosa dándole de comer a Ely y luego dejarla más sola que antes en su cautiverio”. ¿Sabes lo único que pasará con ella? agregó Yadira. No lo sé, replicó Damián abrumado por tantas perspectivas negativas, tanto en torno a su proyecto audiovisual naciente con Ely, como sentimental con Yadira. No te queda el papel de indignada. ¿Quién dejó a sus dos gatos sin cuidado ni alimento por más de dos semanas cuando se fue a Puerto Escondido con su ahora ex novio? Fue un hecho que Yadira y Romualdo nunca congeniaron. Por consiguiente, ella vislumbró su encuentro con Damián con altas expectativas, mismas que se empezaron a derrumbar conforme s la elaboración del documental. Aquella tarde, siguieron recorriendo el parque en un silencio desgarrador para ambos. Ni el canto estruendoso de las urracas al atardecer logró animarlos. Cada uno imaginó enfocarse en una perspectiva distinta: Damián en el delicado estado de salud de Ely y Yadira considerando la doble tragedia que representaba la mirada afligida de la elefanta y de sus visitantes. El documental se realizó en los meses siguientes, sin trascender mediáticamente; con Damián sin Yadira. En cuanto a Ely la elefanta, sigue enfrentando su destino trágico en el zoo desangelado de San Juan de Aragón, esperando no más cámara sino acción.

Nota: Los sucesos y personajes retratados en esta historia son ficticios. Cualquier parecido con personas vivas o muertas, o con hechos actuales, del pasado o del futuro es coincidencia, o tal vez no tanto. Lo único cierto es que no existe manera de saberlo y que además no tiene la menor importancia. Creer o no creer es responsabilidad de los lectores.

*Escritora, guionista y académica de la UAEM