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Son pocos los registros que nos hablan sobre la participación de habitantes de Oaxtepec en específico durante el movimiento revolucionario, en favor del zapatismo o cualquier facción participante en la Revolución Mexicana. Pero es imposible asegurar que este pueblo no jugó algún papel durante el movimiento armado. Dada la cercanía de Oaxtepec con plazas tan importantes para el estado de Morelos durante las primeras dos décadas del siglo XX como Yautepec y Cuautla. El recuerdo de la Revolución aún se conserva al menos en una de sus calles “Asalto a Zapata”.

Hacia finales del siglo XIX el antiguo pueblo cabecera de Oaxtepec había sido diezmado por una serie de epidemias que segó la vida de la mayoría de sus habitantes, dejando solo a 13 familias entre 1890-1900. A pesar de eso Oaxtepec logró llegar al siglo XX con la población suficiente para no desaparecer del mapa, pues seguía siendo un paso importante en la ruta hacia la Ciudad de México por la vía de Xochimilco. Un hecho importante de resaltar es que pese a la cercanía de este pueblo con las haciendas azucareras de Pantitlán, Cocoyoc, Oacalco y El Hospital. Oaxtepec no quedó sujeto a ninguna de las haciendas manteniendo cierta independencia, llegando a ganar litigios contra Pantitlán por el uso de sus aguas.

Hacia finales del siglo XIX sobre las ruinas del antiguo Hospital de la Santa Cruz se adaptó una bodega para el almacenamiento de granos. Este granero guardaba los excedentes de las cosechas, los cuales eran destinados para momentos de escasez y principalmente para el intercambio de bienes. Este fue un punto importante para el desarrollo de Oaxtepec hacia finales del siglo XIX y principios del XX. Mismo que durante la Revolución fue uno de los elementos fundamentales para ocupar este pueblo para alimentar a la tropa.

Al escuchar las palabras Revolución Mexicana, nuestra mente recuerda rápidamente fotografías en blanco y negro donde aparecen hombres con grandes sombreros y carabinas pocas veces nos situamos en nuestros pueblos, la mayoría de las ocasiones el pensamiento que se genera es “aquí no pasó nada”. Pero huelga decir que aquí sí pasaron cosas. Para 1911, en Oaxtepec había al menos 33 adultos cuyas edades oscilaban entre los 20 y los 58 años que podían tomar las armas, eso sin olvidar la participación de un gran número de menores de edad en el movimiento.

No es posible asegurar un número concreto de hombres y mujeres que apoyaron el movimiento maderista en esta zona, sin embargo y dadas las órdenes que Pablo Torres Burgos había dado a Lucio Moreno de iniciar el levantamiento armado en la zona de Tepoztlán y Yautepec. Las relaciones familiares existentes entre los pueblos de la zona y sus alrededores, Cocoyoc, Texcalpan y Pantitlan pueden ser tomados como uno de los factores para la participación de los habitantes de Oaxtepec en la lucha armada.

Al encontrarse Oaxtepec en una posición geografía privilegiada desde la cual puede dominarse buena parte de la cuenca del Río Yautepec y saber quiénes se dirigen a este punto desde los Altos de Morelos, el control de edificios como las ruinas del Hospital de la Santa Cruz y el Convento de Santo Domingo de Guzmán fueron de vital importancia como puestos de vigías además de servir como cuarteles y hospitales de campaña.

Uno de los eventos que quedó registrado en la memoria colectiva de la población y que daría pie a renombrar una de las calles del poblado sucedió a escasos metros del Hospital de la Santa Cruz. Durante los combates contra la dictadura de Victoriano Huerta, en un breve espacio de tregua durante la campaña, el ejercito zapatista llegó a este Oaxtepec para guarecerse, como era costumbre se apostaron vigías en los techos tanto de la iglesia como del ex Hospital.

A altas horas de la noche uno de los vigías divisó un destacamento enemigo, avisó a sus superiores quienes en una rápida maniobra decidieron replegar al ejército hacia zonas más seguras de defender, el propio general Zapata se encontraba presente durante esta acción.

El ejército partió con dirección hacia Yautepec, el grueso del ejército utilizó como vía de escape la pequeña calle que unía a la calle de la Ermita con la calle del Hospital, conocida como Calle del Horno. Para cuando la tropa enemiga llegó a Oaxtepec, tanto el cuartel como el campamento se encontraban completamente vacíos y con sólo unos cuantos habitantes de la localidad que se encontraban refugiados en sus hogares. Después de la revolución la del Calle del Horno, fue renombrada como Asalto a Zapata.

*Historiador

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Pedro García Espinoza. Del archivo personal del autor