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El INDIVIDUALISMO NOS DESHUMANIZA

 

Hace unos días un joven amigo me preguntó cómo se vivía en los tiempos cuándo yo era niño, sin tecnología, sin celulares inteligentes. Su cuestionamiento era honesto, se le hacía inconcebible la vida sin los elementos tecnológicos y de comunicación actuales.

Esta pregunta me remontó a mí ya lejana infancia en una comunidad del norte de Morelos. En esa comunidad no había una ruta que nos comunicara con la ciudad cercana, tampoco había luz eléctrica cuando yo era niño. El teléfono por cable, aunque sabíamos de su existencia, era algo muy citadino, no había llegado esa tecnología a mi pueblo.

La mayoría de las familias de mi comunidad éramos pobres, aunque no lo sabíamos, pues no teníamos puntos de referencia que nos ubicara en una clase social, además en las comunidades rurales de mediados del siglo pasado, lo teníamos todo entre todos. Había una práctica comunitaria y de solidaridad herencia de nuestros ancestros.

Por ejemplo, las faenas para apagar los incendios forestales, para limpiar o abrir los canales por donde llegaba el agua potable a la población eran actividades comunitarias que se hacían a través del tequio que era una forma de trabajo comunitario sin remuneración de herencia prehispánica. Recuerdo que cuando era el tiempo de la siembra o la cosecha, los campesinos se apoyaban mutuamente sin cobro alguno. La solidaridad era nuestra fortaleza.

Todos los bienes de la comunidad los teníamos entre todos. El pensamiento individual donde impera la lógica del primero soy yo, luego yo y después también yo, la vine a conocer en mi adolescencia cuando tuve que irme a la ciudad para seguir mis estudios de secundaria, preparatoria y universitarios después.

Las primeras preguntas que surgieron en mi mente al iniciar esta reflexión fueron ¿qué consecuencias ha tenido la experiencia del hombre colectivo versus el hombre individual? ¿el concepto que se tiene del hombre, colectivo o individual define nuestra relación con los demás humanos y con el resto de la naturaleza?

Entre los defensores de esta forma de pensar están Federico Nietzsche con su constructo del súper hombre, John Stuart Mill con su obra sobre la libertad, Jean Paul Sartre con el existencialismo, entre otros pensadores y filósofos.

La corriente filosófica del individualismo es la columna vertebral de modelos económicos como el neoliberal con su soporte individualista que limita la participación comunitaria a través del estado quien debiera moderar y controlar la actividad individual (llámese empresarial).

Para responder a la pregunta de cómo afecta la manera de pensar individualista en nuestras relaciones con los demás humanos y con la naturaleza, presento algunas conclusiones en las que coinciden la mayoría de los autores contemporáneos con base en experiencias históricas.

El consenso de los pensadores contemporáneos asume que el individualismo ha generado el debilitamiento y muchas veces la erosión de los lazos comunitarios y la solidaridad social. Esto lo vemos a diario, por ejemplo si vemos en la calle alguien que se sintió mal y se desmayó, la mayoría de la gente pasa a un lado sin prestar la menor atención.

El día de ayer un carro pesado se descompuso al inicio de una curva, los automovilistas trataban de ganar el paso, hubo un momento que alguien que venía en sentido contrario se detuvo para que el auto de enfrente pudiera pasar, pero el auto que venía detrás pensando de manera individualista lo rebasó, poco faltó para que se estrellara contra el auto que venía en sentido contrario a quien le cedieron el paso.

Quien nos lee sabe bien que esta actitud en los diferentes ámbitos de la cotidianidad son ya una forma de actuar. En los sistemas liberales que privilegian la individualidad se ha incrementado la desigualdad y la exclusión social. Por otro lado como el individualismo no asume ninguna responsabilidad social ni ecológica su actuar se traduce en depredación de la naturaleza y también del hombre.

“Hacer comunidad nos humaniza” es una reflexión que hice en este espacio hace unas semanas. En ese artículo se explica que para transitar de la especie de homo sapiens a la categoría de humano fue necesario un largo proceso de socialización a través del cual se desarrollaron los valores de solidaridad, altruismo, amistad y amor.

En síntesis, se puede afirmar que mientras el hacer comunidad nos humaniza, el proceso inverso, el que nos lleva al individualismo, es un proceso que nos está deshumanizando desde el nivel familiar, el comunitario, el nacional hasta el mundial.