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Atlas Network, una agencia no gubernamental norteamericana, con socios y equipos de “think tanks” en todo el mundo y donadores entre las multinacionales más poderosas del orbe, tiene ya cuatro décadas impulsando políticas públicas para destrucción de lo público y su entrega a organismos privados, reificándolos, a través de lo que llaman su proyecto liberador, de hecho, ultraliberal y saqueador de las riquezas públicas.

En estos días se han pronunciado destacadas/os periodistas de investigación, señalando lazos entre Atlas Network y algunos de sus asociados, organizaciones e individuos, y el envío de millones de tweets calumniosos contra políticos mexicanos, como lo han hecho antes, contra candidatos o presidentes de países latinoamericanos elegidos democráticamente, mediante la estrategia de “lowfare”, de golpes bajos, eufemismo que ideólogos de extrema derecha del mundo han construido para justificar y academizar sus acciones, que contribuyen a golpes de estado, favorables a empresas que los financian (Shell, Exxon, Pfizer, Phillip Morris, entre otras).

Pero Atlas Network tiene su cara “cultural”, con proyectos en marcha, políticas artístico-culturales y financiamientos, acordes con sus objetivos intervencionistas. Uno puede consultar su página web y ahí encontrar que su director regional para Latinoamérica es Raúl Salinas-León, cuya mejor carta es la “Universidad de la Libertad” y, ¿quién les gusta como su prócer, ejemplo a seguir de hombre de negocios? Sí, el evasor de impuestos principal de este país, “el tío Richi”, Ricardo Salinas Pliego, a quien despliegan en fotos y videos con sus mejores sonrisas dictando cátedra en ella. Esa universidad ha sido fundada por el Centro Cultural Ricardo B. Salinas Pliego. Atlas Network otorga también un premio anual a periodistas por su rol en promover sus iniciativas, Carlos Loret de Mola, el creador impune de calumnias y montajes ha sido uno de sus premiados.

En la mira de ese centro cultural, está la formación de cineastas y videoastas, apoyándolos con becas y otras subvenciones en la medida que se comprometan con sus fines de promover el liberalismo, la libre empresa, y se opongan a la tendencia latinoamericana hacia la democracia, con fuerte peso al bien común y contención de las empresas multinacionales, rapaces. Desde el año 2017, Atlas Network otorga anualmente un premio a “influencers” que hayan impactado mediante un filme corto o bien un video, usando las redes sociales y la tecnología, para llevar a amplios públicos sus mensajes “libertarios”.

Desde el campo cultural, en tanto mexicanos interesados en la soberanía del país, tenemos la obligación moral de además de estar alerta contra intervenciones de los ultrapoderosos en la política nacional (vía granjas de bots, vía el poder judicial), como de sus asociados locales, los medios impresos y electrónicos que tradicionalmente les han servido, y ojo, los que en estos meses se están creando, a partir del uso indiscriminado e impune de las redes sociales para difundir calumnias, amenazas, infundir el miedo, con fantasmas que vienen desde hace casi 100 años, del macartismo (¡desde entonces amenazaban que ahí venía el comunismo y que nos iban a quitar nuestras casas!).

Sí, desde el campo cultural tenemos tarea de develar los mensajes insidiosos, de odio, calumniosos, que minan no sólo la democracia, sino la confianza en nuestras/os vecinos, en nuestras familias, en nuestro poder colectivo para dar curso a nuestra historia, al margen de dictados de poderosos intereses de sociedades anónimas que se autodenominan “libertarias”, encadenándonos a sus propósitos. Ya saquearon al país por décadas, no permitamos que vuelvan a hacerlo.