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El gigante sigue sano y vivo

 

+ El Palacio de Cortés celebró cincuenta años como museo, sus directores recuerdan el reto enorme de administrar al inmueble testigo y parte de la historia de Morelos

+ El mayor reto fue la reconstrucción, pero lograr el cariño de los morelenses llevó muchos más años que restaurarlo tras el sismo

+ Antes del sismo de 2017, reparar el reloj monumental del torreón había costado sólo 300 pesos

 

Lo primero que teníamos que hacer (en 2017), con un museo cerrado, dañado por el sismo, toda su enorme colección arrumbada en una sola sala, fue recuperar el museo, sus historias y la historia del estado, recordó Rodolfo Candelas Castañeda, director del Museo Regional de los Pueblos de Morelos, en la celebración del medio centenario de la conversión del Palacio de Cortés en una sala de exhibición de la historia y cultura del estado.

Para festejar que en febrero de 1974 el Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH, convirtió al Palacio de Cortés, uno de los más importantes y antiguos edificios civiles de la etapa colonial, en el museo más importante de Morelos, el Centro INAH Morelos organizó una mesa de diálogo en la que participaron los exdirectores, Cecile Camil de Abe, Lorenza del Río de Icaza, Juan Contreras de Oteyza y el actual responsable del museo, Rodolfo Candelas. La charla, moderada por el delegado del INAH en Morelos, Víctor Hugo Valencia Valera fue una colección de pequeñas historias que, juntas ilustran la consolidación de un proyecto cultural que ha sobrevivido a las burocracias, la ignorancia y hasta las catástrofes naturales, para convertir al edificio emblema de Cuernavaca en un espacio de cultura e historia central para la vida de Morelos.

Cecile Camil y la nueva museografía

Cecile Camil de Abe resaltó la importancia del Palacio de Cortés que no sólo alberga la historia de Morelos, sino también ha sido testigo y muestra viva de ella en cada parte de su arquitectura. Refirió a la importancia del Estado como rector de las acciones de protección, conservación y restauración del patrimonio histórico a las que también ha convocado con éxito a la sociedad civil.

Expuso que los museos deben ser escenarios culturales vivos desde los que también debe crearse y recrearse la expresión de los pueblos. “El museo real, no son objetos colocados en una sala, es un concepto, una colección, los servicios que brinda un equipo de personas que hacen la estructura del mismo”.

Y abundó, “la arquitectura de los museos de hoy requiere de espacios didácticos, de tener una museología de vanguardia e incorporarla al acto de autoeducación que significa una visita a un museo… como director… el reto mayor es cómo transmitir el sentido del legado sin desvirtuarlo”, y cómo hacerlo más atractivo para la gente; y esto no se puede traducir en número de visitantes sino de las experiencias personales de los asistentes.

La historia de Cecile como directora del Palacio de Cortés, según ella misma lo dijo, “fue despertar un poco un museo que gritaba” y lo logró con muestras y exposiciones de artistas renombrados, la producción editorial, darle mucha mayor actividad incluso colaborando todo el equipo en el montaje y desmontaje de las exposiciones, “pero se hizo, se logró y se aumentó la afluencia de visitantes”. El setenta por ciento de los visitantes, dijo, se quedaban en el museo “subían a ver las colecciones y bajaban a una exposición o una conferencia en el auditorio” Juan Dubernard.

Juan Contreras de Oteyza hizo funcionar el reloj con 300 pesos

Juan Contreras de Oteyza fue director del museo Cuauhnáhuac entre 2008 y 2018. Expuso que le tocó el cierre de un ciclo cuyo fin fue, tristemente, el daño que el Palacio de Cortés sufrió con el sismo del 17 de septiembre de 2017. Su periodo al frente fue complicado, recordó, por cuestiones administrativas, los recursos que ingresaban al museo no se quedaban en él lo que complicaba su operación. El recurso era escaso “teníamos comprometido el 50% de ese presupuesto en labores de vigilancia y limpieza”.

Una de las tares de Contreras fue recibir una colección de un particular integrada por diez mil ochocientas piezas para lo que le dieron de plazo solo una semana: “empezamos muy formalmente embalando y acabamos echando las cosas en una caja porque se entregaba la casa (en que estaban alojadas)… fue una labor titánica pero se incrementó de mamera importante la colección del Palacio de Cortés”.

“Cuando yo llegué no funcionaba el reloj monumental (instalado en el torreón de Palacio de Cortés), y entonces empiezo a hacer algunas investigaciones sobre el presupuesto (para arreglarlo)… mandé llamar a los fabricantes de los relojes monumentales Centenario…. Vinieron, hicieron un presupuesto millonario y me quedé muy desilusionado porque para mí era el corazón del inmueble, que no funcionara era algo bastante importante. Coincidentemente pasó un día un señor por la calle y me dijo, ‘yo lo arreglo, usted deme los materiales, yo me encargo de echarlo a andar, y después, una vez al mes pasaré por aquí a darle una checadita”, le dije, ‘adelante’ me costó trescientos pesos y lo que sí logré es que el INAH le pagara una cantidad mensual al señor ese” por su labor de mantenimiento.

En su periodo como director, recuerda Contreras, se presentaron exposiciones temporales a razón de tres por año, se implementó el programa de La Pieza del Mes, con el apoyo de investigadores del Centro INAH Morelos, “me tocó vivir la baja de públicos, la baja de público extranjero con público nacional, pero tiene una afluencia importante, alrededor de 140 mil personas al año… pero me quedó muy claro que el público extranjero ya no estaba viniendo tanto, sino más bien el público nacional”.

Lorenza del Río sigue difundiendo la riqueza cultural de Morelos

Lorenza del Río de Icaza recordó que el museo se fundó en 1974 con el carácter de regional, lo que lo convierte en el más importante del estado, “las experiencias que uno se lleva de este recinto son enormes”, dijo y recordó “México es uno de los países más ricos” en patrimonio cultural en el mundo “poco se conoce y los museos hacemos esa labor de difundir ese patrimonio”.

Recordó la presencia de José Luis Martínez en el museo y su labor en la difusión de la riqueza cultural de Morelos.

Subrayó la importancia de que el museo tenga una relación directa con los creadores de cultura del estado. Y explicó que la labor de los directores del Palacio de Cortés ha sido mantener vivo al museo mediante exposiciones, rescate y restauración de piezas, eventos culturales… “estoy muy agradecida porque eso me ha permitido mantener y transmitir ese legado (ahora) siendo profesora investigadora que me permite dar a conocer esta riqueza patrimonial”.

Rodolfo Candelas, el reto de la reconstrucción

“Este museo tiene una presencia muy fuerte en las vidas de la gente de Cuernavaca, de Morelos, y si me apuran tantito, del mundo”, aseguró Rodolfo Candelas, actual director del ahora llamado Museo Regional de los Pueblos de Morelos, y reconoció que la actualidad del museo es una heredad” compuesta por los relatos de quienes han estado desde hace cincuenta años en el museo.

La principal misión del museo es recuperar los relatos de los pueblos de Morelos, aseguró Candelas, y refirió “cuando yo llegué, todo este relato había desaparecido, no de la memoria sino físicamente. Me tocó un museo que ya no era museo; un inmueble que estaba en serio peligro”, la infraestructura había sufrido los daños por el terremoto y en riesgo de derrumbe, la colección “estaba hacinada en este auditorio (el Juan Dubernard)”.

Entonces, narró “lo primero que había que hacer era devolverle al pueblo de Morelos el inmueble, entonces a mí me dijeron, ‘tienes que abrir, lo que sea pero tienes que abrir’”. Y entonces se inició por el auditorio y una de las salas.

“Y después viene la pandemia y fue pensar cómo poder ir más allá de lo que nos había ocurrido y eso por supuesto quitarle el valor a lo inevitable, sino quitarle más bien la pesadumbre de todas las pérdidas que vivimos en Morelos en el 17, o las que tuvimos durante la pandemia. Independientemente de eso ¿cómo podemos salir airosos”, explicó.

Entonces se convocó a un equipo de expertos del INAH para renovar el discurso del museo que “ya estaba cansado”, y “quién mejor para producirlo que los investigadores que llevan estos cincuenta años trabajando sobre esto”, aseguró. Y se rescataron piezas de las bodegas, la mayor parte morelenses.

Llegamos a estos cincuenta años todavía, dijo, en este proceso de reestructuración, y hacemos votos porque podamos terminar de darle vida al primer piso este año y al segundo el próximo. Pero por lo pronto, los datos son muy buenos, “ya está abierto, recibe números similares de visitas de antaño, pero que tiene ante sí tremendos retos”.

Un museo ofrece gozos, dijo, pero también serios predicamentos que estamos superando gracias al apoyo del Centro INAH Morelos y de Víctor Hugo Valencia y su tesón. También reconoció la labor de los trabajadores del Museo y del INAH que han logrado que se pueda ver un futuro exitoso en los próximos años. En los que el Palacio de Cortés seguirá alojando “el recuerdo y la memoria que son parte de lo que somos y si entendemos que este recuerdo es una de las condiciones centrales de Morelos, porque ha vivido toda su historia, porque ha estado en todas estas etapas con el museo, y pues estamos seguros de que, poniendo atención a lo importante, a este corazón, algo bueno ha de surgir”, subrayó.