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En 1992, Morelos presumía una cobertura en primarias y secundarias del 98% del total de los niños en edad escolar. Esto significaba, decía entonces Francisco Argüelles Vargas, primer director del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) básicamente que no asistían a la escuela los niños que, por algún motivo básicamente familiar, no querían estar en la escuela. Para el 2020, esa realidad había cambiado, el 4% de la población infantil de 6 a 14 años, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) que también reflejan que la cobertura que se presumía hace más de tres décadas, se sigue perdiendo.

La proporción parece mínima, pero significa que hace tres años, veinte mil 793 menores morelenses de entre 6 y 14 años no asistían a las primarias y secundarias; y pese a que el dato se podría atribuir a las afectaciones provocadas por la pandemia de Covid-19, los datos del INEGI reflejan que la cifra de marginados de la educación aumentó hasta treinta mil 510 en el ciclo escolar 2022-2023, lo que representa el 6% de la población en edad escolar. Pese a ello el IEBEM no tiene un plan de reincorporación a la escuela, no es extraño porque tampoco tiene un programa de regularización del conocimiento que se perdió durante la pandemia, como ha denunciado la sección 19 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación a través de su dirigente, Joel Sánchez Vélez, quien ha asegurado que se ha dejado a los docentes abandonados y a ellos se les ha transferido la responsabilidad de regularizar a los estudiantes, sin un plan central para hacerlo. Y si bien asegura que los maestros son capaces de enfrentar el reto, lo cierto es que las desigualdades en ello se hacen cada vez más evidentes.

Los efectos de la pandemia, en el abandono

Uno de los reclamos de los maestros morelenses al IEBEM es que, durante la pandemia, que obligó a dar clases a distancia que tuvieron el apoyo solamente del gobierno federal mediante una señal televisiva en la que ofrecía clases a distancia, los dejó solos. Y así fue, Pedro, maestro de Jiutepec, acusa que él mismo tuvo que intentar mantener cerca a sus alumnos y asumir los problemas que representaban las clases a distancia: “nos mandaron a la guerra sin fusil, no sabíamos y durante toda la pandemia nunca supimos lo que se tenía que hacer. Los directores nos ayudaban un poco, pero tuvimos que gastar en internet, luz, equipo de cómputo. Yo abrí en un espacio en cada un saloncito donde podían venir algunos niños unas horas a resolver dudas, pero por más que hicimos, los niños se atrasaron mucho”.

Y en efecto, el ciclo 2022-2023 fue, para muchos maestros, principalmente para intentar nivelar el conocimiento de los estudiantes. “Muchos llegaron al segundo o tercero de primaria aún sin saber leer”, explica Julia, maestra de tercer grado de primaria en Cuernavaca. “Entonces tuvimos que sentarnos con ellos y tratar de nivelarlos, pero eso no lo ven en el IEBEM, hicieron falta cursos de regularización para todos. Porque en la pandemia, pues estaban los padres, pero ellos también estaban trabajando, o tuvieron la muerte de un familiar, muchas familias se quedaron sin padres y eso tampoco se ha revisado, lo tenemos que hacer nosotros con los chicos uno por uno”, explica.

La prueba PISA aplicada en el 2022 en más de ochenta países evidencia la caída en los saberes de los niños de México durante la pandemia, pero también otros problemas derivados de la pandemia, como el aumento en la depresión y el sentimiento de soledad entre los niños, y en la dificultad para establecer relaciones con sus compañeros y el resto de la comunidad escolar. “Ninguna de esas cosas ha visto el IEBEM”, acusa Sergio, maestro de primaria también en Cuernavaca, “al contrario, nos han dicho que no hagamos caso de esa prueba y que sigamos trabajando como vamos, que así está bien, aunque nosotros sabemos que no es suficiente, pero por más que hacemos, estamos solos”.

Los atrasos en los pagos y la acumulación de adeudos

Ese abandono también lo padecen miles de maestros de Morelos en materia administrativa y laboral. “En otras administraciones nos acostumbraron a que los sueldos se pagan dos o tres días antes de la quincena”, comenta la maestra Julia, “hace unos años hubo algún atraso, todavía cuando estaba Graco y hasta decíamos que se lo había robado (ríe), pero ahora es más frecuente que la quincena y otros pagos se atrasen; no nos va tan mal como a los jubilados o a los nuevos (maestros de reciente ingreso), pero sí, hay atrasos que nos pegan y nos enojan”.

De hecho, en julio pasado los maestros se quejaron del atraso en el depósito de la quincena del 1 al 15 de agosto. El pago debió hacerse el 25 de julio, sin embargo, hasta el 28 de julio el director del IEBEM autorizó un comunicado en que culpaba al Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo, FONE, del atraso y advertía que el pago de los salarios se haría hasta el 31 de julio. “Como esa van varias, pero ha sido el retraso más prolongado”, recuerda el profe Sergio y abunda “no tendría que haber atrasos, es dinero presupuestado”. Y asegura que no en todas las ocasiones de atraso han acudido a su representación sindical, “parece que le midieran, cuando nos organizamos, mandan una circular o depositan casi inmediatamente”.

Las quejas por falta de pagos entre los maestros de preescolar, primaria y secundaria en activo son pocas si se les compara con las de los jubilados, por ejemplo, cuyos pagos son constantemente retenidos y sus prestaciones difícilmente se pagan completas. Apenas en diciembre pasado, el director del IEBEM firmó alrededor de trece mil cheques para el pago de aguinaldo a maestros en retiro sin verificar que tuvieran fondos. El pago a los retirados se tenía que hacer el 12 de diciembre y la sección 19 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación presionó para ello, el IEBEM entregó documentos para cobrar en bancos, pero cientos de maestros se encontraron con que la cuenta de expedición no tenía fondos para cubrirlos. María, una de las jubiladas afectadas comentó a La Jornada: “afortunadamente el señor del banco se portó bien y no lo deposité (el cheque), si lo hubiera hecho me hubiera costado más de mil pesos por el abuso del IEBEM que nos defraudó a los jubilados”. La cuenta de expedición fue fondeada un par de días después, reconoce María, pero en el transcurso, se sumó otro enojo de los jubilados.

El desaseo administrativo también ha tocado a los maestros homologados, que si bien no dependen operativamente del IEBEM, es el instituto la instancia que debe pagar la mitad de su aguinaldo (45 días), los atrasos son cosa de cada año.

Los maestros del Programa Nacional de Inglés, PRONI, cada inicio de año calendárico y escolar pasan por la incertidumbre de si seguirán trabajando y a partir de cuándo, otro problema de administración y coordinación con las autoridades federales.

A ello habría que sumar los cientos de maestros que cubren interinatos o que tienen plazas de nuevo ingreso al sistema educativo estatal y que padecen la falta de pagos por meses enteros. Los adeudos en prestaciones diversas a docentes de todos los niveles de educación básica, y otros que aún siguen siendo censados y cuantificados en la sección 19 del SNTE, que conforme llegan las quejas trata de gestionar su solución no siempre con los mejores resultados.

Fuentes del SNTE y el IEBEM confirmaron a La Jornada Morelos que las negociaciones con el director del IEBEM, Eliacín Salgado, son siempre difíciles. “No es que sea duro, pero se enoja muy fácilmente y cuando eso ocurre hay gritos y eso retrasa las negociaciones”, aseguró un maestro que ha estado presente en por lo menos tres mesas de diálogo entre el instituto y el sindicato. “Y esos atrasos impiden revisar otros pendientes y hasta anticipar problemas que ya sabemos vendrán, porque esto es cíclico”.

Aumenta la conflictividad en el sector

El sector educativo siempre ha sido un espacio de conflicto. El liderazgo de maestros y padres de familia, los intereses diversos y la importancia de la función social del magisterio, junto a los rezagos acumulados, algunos por décadas y otros derivados de la desatención reciente, provocan disensos constantes en las comunidades educativas. En los últimos años, la inseguridad y la falta de atención a problemas de infraestructura escolar han aumentado los problemas.

Estos conflictos han provocado en el último año por lo menos cincuenta tomas de planteles o suspensiones de clases en escuelas de nivel básico (preescolar, primaria, secundaria y normal superior). Manifestaciones contra maestros acusados de acoso sexual o laboral, por falta de docentes en planteles, por falta de infraestructura básica (como baños y bardas perimetrales), por violencia contra los estudiantes, han sido constantes y todos parecen tener un denominador común, la incapacidad de la autoridad educativa para atender a tiempo los problemas. En algunos casos, la autoridad educativa parece incluso dispuesta a atizarlos.

Hace apenas unos días, estudiantes de la Normal Superior de Cuautla tomaron la escuela para denunciar casos de acoso sexual y pronunciarse en contra del posible nombramiento de Samir Gómez Calderón como director del plantel. La respuesta del director del IEBEM a las quejas de los estudiantes fue nombrar al maestro vetado por la comunidad estudiantil, apenas unas horas después de la toma del plantel, como director del mismo. Gómez Calderón, avalado por la dirección del IEBEM inició procesos administrativos en contra de docentes por presuntamente haber apoyado el paro estudiantil.

En mayo, Jorge Velázquez y Guadalupe Záyago, maestros y defensores de los derechos de los pueblos, denunciaron a Eliacín Salgado de la Paz de persecución administrativa y hostigamiento en su contra. Los dos maestros y activistas habían solicitado el amparo del Mecanismo de Protección de Defensores y Derechos Humanos y de Periodistas de la Secretaría de Gobernación, pero Eliacín Salgado impidió que las medidas se aplicaran, “ha traído golpeadores y nos ha hostigado en nuestros centros de trabajo”, aseguró entonces Jorge Velázquez, maestro de Amilcingo y amigo de Samir Flores, otro docente y activista asesinado en febrero de 2019. La respuesta del IEBEM fue el despido de Jorge Velázquez.

En el IEBEM se han manifestado maestros de secundarias, telesecundarias, educación física, de inglés, jubilados, padres de familia de diversas comunidades, trabajadores administrativos, jubilados, homologados, entre otros, incluso hubo un día el año pasado en que alumnos de jardín de niños tomaron clases en el estacionamiento del instituto como medida de protesta. Las respuestas han sido parciales en la mayoría de los casos y nulas en otros.

Inactividad educativa, efervescencia partidista

En contraste con el abandono que padecen los maestros en términos de apoyo pedagógico y administrativo, desde el 2022 el IEBEM se ha convertido en una oficina de activismo político, aseguran trabajadores de la institución y maestros.

La dirección del Instituto de la Educación Básica ha participado activamente como aliada de un grupo al interior del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el que encabeza el ahora dirigente en funciones, Ulises Bravo Molina.

En el 2022, el director, Eliacín Salgado de la Paz participó activamente en la promoción de una organización Que Siga la Democracia, que promovía el voto por el presidente Andrés Manuel López Obrador en el proceso de revocación de mandato. A través de la estructura del IEBEM se movilizó a cientos de maestros para acudir a actos políticos y después a emitir su voto. Fue la primera vez que el magisterio morelense y los trabajadores del IEBEM denunciaron presiones y hostigamiento político para favorecer una causa ajena a la educación.

Esa misma estructura fue utilizada con los mismos métodos para la elección interna de Morena, a mediados del 2022. Nuevamente hubo denuncias por coacción y compra de conciencias, uso de los recursos institucionales para obligar a los maestros a participar y sanciones para quienes no lo hicieran.

Posteriormente, a finales de ese año y principios del 2023, Eliacín Salgado buscó intervenir, sin éxito en la elección de nueva dirigencia de la sección 19; para ello incorporó al IEBEM a aspirantes a la dirigencia y partes de sus equipos. Al ganar Joel Sánchez Vélez la secretaría general del sindicato en Morelos, Eliacín instaló a otros de los adversarios del dirigente sindical en puestos de confianza en el instituto.

A mediados del 2023, Eliacín Salgado inició la formación de una corriente al interior de Morena, el Movimiento Magisterial Morelense que busca impulsar la nominación de trabajadores de la educación a candidaturas en Morena, empezando por la suya a la alcaldía de Cuernavaca.