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El Viacrucis es la representación del camino que, según la Biblia, recorrió Cristo desde el campamento de Pilatos hasta el Calvario. La escenificación es una de las tradiciones más representativas de la Semana Santa (junto con el Domingo de Ramos que celebra la entrada de Cristo a Jerusalén-, la vigilia pascual del Sábado de Gloria -en que se espera la resurrección-, y el Domingo de Resurrección).

En Morelos, un estado donde el 71 por ciento de la población se considera católica, todos los municipios tienen por lo menos una representación del Viacrucis, aunque las de mayor tradición se escenifican en el pueblo de Ocotepec, en Cuernavaca; Atlatlahucan en la región oriente de Morelos; Tetelpa, en la zona sur; Hueyapan, en los Altos de Morelos; el de la Catedral de Cuernavaca; y, recientemente, el Viacrucis infantil, en la colonia Lomas Tzompantle, también en la ciudad de Cuernavaca.

Ocotepec y su tradición católica

El pueblo de Ocotepec es uno de los doce que junto con muchas colonias forman lo que hoy se conoce como Cuernavaca. En la época prehispánica era un poblado aparte del valle de Cuauhnáhuac, aunque tras la conquista fue asignada como parte de las propiedades del marquesado del Valle, que tutelaba Hernán Cortés. La conclusión en 1592 del Convento del Divino Salvador favoreció un fuerte arraigo del catolicismo en la población de los cuatro barrios de Ocotepec, el de la Candelaria, el de Dolores, Ramos y Santa Cruz.

Dos de las fiestas pagano-religiosas de la tradición católica tienen representaciones que han dado al pueblo de Ocotepec una presencia nacional e internacional como depositario de las costumbres mexicanas; el Día de Muertos, cuya celebración inicia el 31 de octubre y concluye el dos de noviembre; y el Viacrucis, que suele convocar a miles de asistentes desde hace dos siglos. Ambas representaciones solo se han interrumpido durante la contingencia sanitaria por la pandemia de Covid-19.

El Viacrucis de Ocotepec es el más concurrido de Morelos. Suele convocar alrededor de diez mil espectadores. Hoy, la tradición de la representación cumple 199 años y en esta ocasión, por segunda vez consecutiva, el rol de Jesús de Nazaret corresponde a Marcelo Ricardo Ballastra Torres; Daniela Rendón Sedano interpreta a María Magdalena; y Jesús Israel Barona Paredes, la hará de Pilatos; sus personificaciones son acompañadas de alrededor de cien personas más que participan en la puesta. La dirección de la representación es una tradición que suele heredarse en el pueblo de Ocotepec, y Luciano Tapia Ruiz tiene esa responsabilidad desde hace años; su padre, Santiago Tapia Rosales, dirigió el viacrucis en la década de los setenta.

La escenificación comienza a las 9:30 de la mañana; a las once inicia el viacrucis por las calles del poblado. Finalmente, alrededor de las 14:30 horas se escenifica la Crucifixión.

Atlatlahucan, desfile de imágenes

En la parroquia de San Mateo, a unos metros del centro de Atlatlahucan, la representación del Viacrucis es mucho más ortodoxa. Es una tradición de 125 años en una iglesia que aún celebra sus misas en latín, las mujeres acuden cubiertas con velo a las ceremonias religiosas.

En Atlatlahucan, la representación de la Pasión se hace con imágenes que fueron pintadas hace más de cuatro siglos. Más de un centenar de hombres participan en representación del Imperio Romano y Poncio Pilatos; las mujeres que son incluidas, menos de una decena, hacen el rol de la esposa de Pilatos y sus acompañantes.

Tetelpa, un siglo de tradición

En Tetelpa, una comunidad indígena ubicada en el municipio de Zacatepec, el viacrucis cumple 101 años en este 2024. Las calles del poblado son la escena para el recorrido de Jesús cargando los pesados maderos; un trayecto que se complica por las temperaturas de hasta 38 centígrados que registra comúnmente la zona sur de Morelos en la primavera.

La escenificación comienza en el atrio del templo de San Esteban y pasa por las calles de Simón Bolívar, Miguel Hidalgo, Las Flores y Emiliano Zapata. El recorrido dura más de tres horas.

Hueyapan, el velorio del Santo Entierro

En el pueblo indígena de Hueyapan, las actividades para conmemorar la Semana Santa inicien desde el Domingo de Ramos. La entrada de Jesús a Jerusalén es caracterizada por el propio párroco. Del lunes al miércoles, los mayordomos resguardan en sus casas las esculturas de María, María Magdalena, San Juan, el Cristo de dos Viernes y el Santo Entierro, esculturas parte del patrimonio del exconvento de Santo Domingo de Guzmán. Las imágenes son reverenciadas en sesiones programadas y los mayordomos ofrecen alimentos y bebidas a los asistentes y cambian la ropa de las figuras.

El jueves, el capitán de los sayones (las brigadas romanas) toca un tambor por la tarde en el cerrito del Calvario; con el sonido acompañado de gritos, llama a los otros sayones, con ello inician los ritos.

El Viernes Santo, desde temprano en la mañana todas las flores y adornos son retirados en señal de luto. Las luces y equipos eléctricos se apagan y los mayordomos alistan las imágenes entre oraciones acompañadas del humo de copal. Las imágenes son cargadas, las de María y María Magdalena por mujeres y las de Cristo, San Juan y el Santo Entierro, por hombres, todos ellos jóvenes.

Concluido el viacrucis, el mayordomo con ayuda de los sayones y diputados, colocan en la cruz la imagen de Santo Entierro, un Cristo articulado de tamaño real, y lo dejan expuesto al pie del altar mayor.

Entonces inicia el canto de alabanzas como en los velorios de los muertos de la comunidad. A los costados del Cristo crucificado se colocan las imágenes de María Magdalena, María y San Juan. El Cristo de dos Viernes es colocado en su nicho. Luego, en total silencio, se retira al Santo Entierro de la cruz y se le coloca en un sarcófago sahumado y adornado. Se encienden los cirios y se reza. Por la tarde hay un rosario con que da inicio la procesión del silencio, encabezada por los sayones. El velorio dura toda la noche.

Viacrucis en Catedral, recuerdo actual de la problemática social

En Catedral de Cuernavaca el Viacrucis inicia desde la mañana. En cada una de las catorce estaciones, el Obispo aprovecha para hacer una reflexión sobre la condición actual del mundo, de México y de Morelos.

La representación incluye figuras, la de Cristo cargando la cruz es transportada por seis feligreses y encabeza el recorrido que se convierte más en un ejercicio espiritual que en una representación. En el 2023, Monseñor Ramón Castro Castro promovió que en las catorce estaciones se presentaran testimonios de víctimas en Morelos.

Viacrucis de los Niños en Tzompantle

Con apenas dos décadas de celebrarlo, la colonia Lomas Tzompantle, en el poniente de Cuernavaca, representa el Viacrucis de forma original. En la escenificación sólo participan niños de entre ocho y once años.

La escenificación incluye la última cena, el jueves por la noche, y el viernes desde las diez de la mañana niños disfrazados de Jesús, María María Magdalena, Pilatos y soldados romanos, caminan por las calles representando cada una de las catorce estaciones de la Pasión de Cristo.