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ANGÉLICA ESTRADA

A pesar de la importancia vital del trabajo de enferme- ras y enfermeros en la aten- ción sanitaria, este gremio enfrenta carencias y una dis- criminación severa, siendo escaso el reconocimiento que se les da por su labor cuando se requiere atención médica.

Con motivo del Día de la Enfermera, celebrado es- te 12 de mayo, tuvimos una conversación en exclusiva con “Martha”, una enferme- ra con más de una década de experiencia en instituciones médicas, quien ha experimen- tado el rechazo y la falta de reconocimiento a su trabajo.

La mayoría de los actos que menosprecian su labor pro- vienen de ciudadanos, pero, según Martha, los médicos de los hospitales también contribuyen con su actitud de superioridad, minimizan- do la labor del personal de enfermería y colocándolos en una posición subordinada como “solo ayudantes” o “a su servicio”.

“Los médicos creen que lo saben todo; no buscan traba- jar en equipo con nosotras y piensan que estamos a su ser- vicio, y eso no es así. Noso- tras también estudiamos, nos preparamos y ahora podemos diagnosticar. Si trabajáramos realmente en equipo, los ser- vicios sanitarios mejorarían enormemente, en beneficio de los ciudadanos”, expresó Martha.

Las deficiencias en el Parres

Aunado a esta problemática, otro escenario que enfrenta el personal de enfermería en el hospital más importante en el estado, es la falta de medica- mentos y equipo. Según Mar- tha, una enfermera con más de una década de experiencia la- borando en el hospital general “José G. Parres” -dependiente de los Servicios de Salud en Morelos-, desde hace algunos meses carecen de medicinas especiales para el tratamiento de pacientes nefrópatas y he- patopatías, lo que puede pro- vocar descalcificaciones y otras complicaciones en la salud. La- mentablemente, la falta de este medicamento ha derivado en el fallecimiento de varios enfer- mos en los últimos meses.

Además, la escasez de per- sonal de enfermería genera una carga de trabajo excesiva para las y los enfermeros que laboran en el hospital general. En lugar de los cuatro pacien- tes en situaciones de gravedad por enfermera que establece la norma, al día les son asignados hasta ocho pacientes graves.

Durante la emergencia sa- nitaria, el personal de salud denunció la falta de más ele- mentos, cuando hacían falta por lo menos 80 trabajadores, situación que aún persiste. El año pasado, el nosocomio vivió una de sus crisis más severas en materia de infraestructura. A través de videos y fotografías entregados a los medios de co- municación, se evidenció que los elevadores estaban descom- puestos, algunos quirófanos clausurados y la infraestruc-

tura dañada. También había escasez de médicos y especia- listas, medicamentos, insumos y equipo para atender a los pa- cientes, lo que ocurrió justo en un punto álgido de contagios de coronavirus.

Varios meses han pasado desde estos escenarios y no se han corregido las deficien- cias. “Desde hace ocho meses, los elevadores no funcionan; hay tres, de los cuales dos son para trasladar a pacientes y uno para el manejo de los de- sechos infecciosos, lo que nos pone en grave riesgo a todos en caso de emergencia. Subir a un paciente por el elevador donde van los desechos sería un grave error”, refirió Mar- tha.

La fotografía que se envió a la prensa en el 2022, donde se ve a un paciente que salía de cirugía siendo trasladado por las escaleras por camilleros y enfermeras, evidenció las carencias y deficiencias del hospital.

Ganamos menos del sa- lario mínimo

De acuerdo con el tabulador de la Secretaría de Salud en Morelos, una enfermera tiene un sueldo de poco más de 13 mil pesos mensuales.

Martha refiere que este sa- lario no es general, pues hay enfermeras —como ella— que no alcanzan el salario mínimo —de 204.77 pesos actualmente— traduciéndo- se esto en un sueldo de poco más de seis mil pesos al mes.

O Foto: Edgar Negrete Lira / cuartoscuro.com

El Parres: epicentro de contagios de coronavirus

En marzo de 2020, el enton- ces diputado local, José Casas González, definió al “José G. Parres” como “el epicentro de los contagios de COVID-19” debido a la falta de equipo pa- ra los médicos y enfermeras que atendían a los pacientes infectados con el virus SAR- CoV2, lo que resultó en con- tagios en el personal médico.

En cuanto a la determina- ción del fin de la emergencia sanitaria en México el pasado 9 de mayo, en Morelos se re- gistraron un total de defun- ciones, de las cuales algunas fueron enfermeras.

“No solo enfrentamos la falta de insumos y equipo que nos llevó a contagiarnos de coronavirus, sino también el rechazo de la ciudadanía e incluso de nuestros propios familiares al pedirnos que no nos acerquemos a ellos por estar atendiendo a pacientes infectados”, relató la enfer- mera.

Según los últimos datos emitidos por la Secretaría de Salud, correspondientes a febrero de 2021 (se requi- rió información actualizada a la dependencia, pero no fue proporcionada), del total de pacientes confirmados, 2,079 eran personal de salud: 640 médicos, de los cuales 586 se han recuperado y 35 han fallecido; 955 enfermeros, de los cuales 919 han supe- rado la enfermedad y 9 han fallecido; y 484 trabajadores de la salud, de los cuales 454 se han recuperado y 14 han fallecido.

Volvería a elegir la en- fermería sin dudarlo

Martha ha enfrentado mu- chas adversidades a lo largo de su vida. A pesar de tener clara la profesión que que- ría ejercer, inspirada por su abuelo, médico en una co- munidad de Guerrero, tuvo que enfrentarse a su propia familia, que le impidió per- seguir su sueño y la obligó a cursar una carrera en admi- nistración de empresas. Sin embargo, una vez que se gra- duó, comenzó a hacer reali- dad su anhelo de convertirse en enfermera para ayudar a las personas.

Distintos momentos han marcado su vida. A los ocho años, se enfrentó por prime- ravezalamuertedeunpa- ciente. Un paro respiratorio acabó con la vida de un hom- bre atendido por su abuelo, y desde entonces Martha, ba- jo el juramento de Florence Nightingale, prometió ayudar a quien necesite atención mé- dica.

Martha es madre de dos hi- jos y está actualmente asigna- da al área de pediatría. Refie- re que ha acumulado mucha experiencia en su trabajo y que “sin duda, volvería a ele- gir siempre ser enfermera. No hay labor ni profesión en la que cada día se permita de- mostrar un amor incondicio- nal a cualquier persona como en la enfermería. No importa a qué comunidad nos manden, el rechazo de algunas perso- nas, la falta de apoyo de la familia, las carencias… Aquí trabajamos para todos; de nosotros también dependen muchas vidas”, concluyó.

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