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Hugo Carbajal Aguilar.


Durante el sexenio del Dr. Lauro Ortega, CORREO DEL SUR recibió jugosas ofertas: el pago de la edición, la renta del local, compra del papel, pago a los colaboradores. Todo. La tácita y perfectamente comprensible condición era bajar el tono de la crítica hasta eliminarla por completo.
CdS contestó que al aceptar el pago ofrecido todo mundo perdería: el Semanario se llenaría con información oficial al servicio del gobierno. La voz popular ya no tendría cabida y nadie lo consideraría necesario en el ámbito periodístico de nuestro Estado.
CdS abrió su espacio a la información popular directa. Los pobladores de Tepoztlán, por ejemplo, se expresaron en contra de la intención del gobierno de Lauro Ortega que pretendía instalar un teleférico para ascender al tepozteco. Los de Tetelcingo se negaron a entregar sus tierras para construir un aeropuerto. El líder de ellos, un profesor, encontró espacio para sus protestas en CdS y fue arbitrariamente cambiado de adscripción, respuesta represiva a un reclamo popular.
CdS recibió entonces una arbitraria auditoría gubernamental. La revista PROCESO publicó un reportaje denunciando toda esta situación lo que hizo que cesara el hostigamiento de Lauro Ortega.
Se denunció también el injusto despido de 250 trabajadores de NISSAN; la quiebra fingida de IACSA para cerrarla; los abusos en PACKSA contra las mujeres trabajadoras y la huelga de los maestros morelenses que tanto revuelo causó y de la que, a la fecha, no se advierten muchos de sus frutos.
Ningún otro medio tomó partido con los trabajadores haciéndose eco de sus luchas y no desde la posición del francotirador sino con una decidida participación personal y colectiva. Sindicatos, Comunidades Eclesiales de Base, Partidos políticos como el PSUM, el PRT, el PMT, el Frente Auténtico del Trabajo, las compañeras feministas de CIDHAL y distintas organizaciones…todos, veían a este medio como una herramienta de lucha y de militancia comprometida.
Y es que, quienes colaboraban en este semanario, eran -a su vez- hombres y mujeres del pueblo que marcaron la diferencia con otros periódicos. Resulta más sencillo convertir a las mujeres y los hombres del pueblo en periodistas que, a los periodistas, en hombres y mujeres del pueblo. CdS siempre editorializó este punto de vista.
El Frente Auténtico del Trabajo (FAT), jugó también un papel importante en estas luchas y se mantuvo vinculado divulgando materiales y convocatorias para los trabajadores.
Ejerció pues, CdS, un periodismo popular, crítico, contestatario, combativo, asumiéndolo como compromiso político. Un periodismo parcial y objetivo. Esta afirmación puede parecer una contradicción. No es así. Objetividad no quiere decir imparcialidad. Una sociedad dividida en clases no puede exigir imparcialidad o neutralidad en los juicios sobre los fenómenos económicos, políticos o culturales. Pretender imparcialidad en un juicio de valor resulta un esfuerzo inútil. Y todo esfuerzo inútil es antiestético e inmoral.
Hemos dejado para el final este reflexivo comentario. CdS nació como un proyecto cristiano por iniciativa de Don Sergio. La idea central era difundir la reflexión evangélica al pueblo cristiano considerando a la religión como un fenómeno cultural que debe ser tratado con seriedad.
Hay más. La solidaridad efectiva con las revoluciones en Centroamérica: Nicaragua –revolución cristiana hoy tan lastimada-, El Salvador, Guatemala. La solidaridad efectiva con los exiliados chilenos, uruguayos, salvadoreños, muchos de ellos incorporados ahora a distintos ámbitos culturales.
Lo hemos dicho, repitámoslo: Quien se In-forma, se Trans-forma. Si no lo hace, se Con-forma o se De-forma. La Ex-presión es la herramienta más eficaz para combatir la O-presión y la Re-presión. Incluso, la De-presión.
De ahí que la tarea periodística sea labor necesaria exigida por una ciudadanía consciente y participativa. La reaparición de La Jornada Morelos tiene que contribuir con eficacia, con eficiencia y sobre todo, comprometidamente, a reivindicar este oficio tan demeritado por perniciosas costumbres.
No lo dudamos.

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