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De nuevo los cuernavacenses son rehenes de la Comisión Federal de Electricidad, como en el año pasado cuando la Comisión decidió adoptar una política nacional más rigurosa en contra de sus deudores recalcitrantes, municipios muchos de ellos.

En 2023 los habitantes de Cuernavaca y otros municipios morelenses padecieron la incertidumbre de amanecer sin agua porque literalmente a los pozos les habían bajado el switch. Las protestas no se hicieron esperar y muchas eran las voces que culpaban a las administraciones municipales en turno por la situación. Los ayuntamientos se movilizaron y consiguieron pagar por lo menos parte de sus adeudos además de negociar con la Comisión la forma de cubrir los adeudos reconocidos.

Así fue en Cuernavaca que en los tres años de la presente administración ha sufrido los amagos constantes de la CFE, por lo que el año pasado llegaron a un acuerdo que, entre otros temas, comprometía al municipio a mantenerse al corriente de los pagos, cosa que se ha logrado en la capital del estado.

No obstante, ayer la CFE desconectó la energía eléctrica en seis pozos de la ciudad afectando al menos a doce colonias de Cuernavaca, que ya sufrían las consecuencias de la disminución de los niveles de las fuentes de abastecimiento de agua por la época de sequía.

En un comunicado, el Ayuntamiento señaló que la Comisión había actuado de manera unilateral y sin permitirle al municipio tomar las debidas precauciones, apuntó también que la actuación de la CFE iba a contrapelo a los acuerdos alcanzados hace meses y que, por ser además una iniciativa que afecta los derechos de la ciudadanía ya se había recurrido a la autoridad judicial que ordenó el restablecimiento de la energía eléctrica en los pozos.

No obstante, los representantes de la Comisión se negaron a recibir la notificación judicial por lo que ahora se dará vista al Ministerio Público para que proceda en consecuencia al desacato de la paraestatal.

La Comisión reclama el pago de un adeudo histórico de 289 millones de pesos -cifra inferior a la que ya ha pagado Cuernavaca en la actual gestión: más de 308 millones de pesos- que se originó desde la administración del actual gobernador con licencia Cuauhtémoc Blanco y que se dejó crecer en la de Villalobos Adán, que actualmente enfrenta un proceso por desvío de recursos; este había sido tema de los acuerdos entre la comisión y el municipio, el cual se queja de que no se la ha informado “el detalle del pasivo” y reconoce que, por la insuficiencia presupuestal que enfrenta el SAPAC, no se ha logrado hacer una propuesta para atender el adeudo histórico.

Esperemos que el problema se arregle pronto porque el repentino cambio de opinión de la Comisión Federal de Electricidad y el desconocimiento unilateral de las acuerdos alcanzados -y hasta la desobediencia ante las autoridades judiciales- puede ser considerado por algunos como un amago político más que un justo reclamo por legítimos adeudos. Lo que sí es que la coyuntura le afecta a nadie más que a la ciudadanía de a pie que, si ya tenía la boca seca por la sequía, ahora deberá comerse enteras dos o tres cucharadas de pinole cortesía de la CFE.