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Aunque empezamos las campañas por la gubernatura con la esperanza de que la presencia de tres mujeres contendientes diera un giro hacia la comunicación de propuestas y discursos más cercanos a la ciudadanía; los defectos de cualquier otra campaña -denuestos y guerra sucia, entre otros- han contaminado la primera etapa del proselitismo que han hecho las aspirantes a la gubernatura.

Esta tarde hay una oportunidad magnífica para corregir el rumbo y empezar a hacer que signifiquen más las propuestas que las insidias, los rencores, las divisiones. El debate entre las aspirantes a la gubernatura podría representar el giro que los votantes esperan para que su decisión el dos de junio se oriente, más por la razón, que por el miedo o el odio.

Las tres candidatas tienen la experiencia y profesionalismo necesario para ofrecer visiones de un futuro mejor para Morelos. Cada una de ellas tiene una bolsa con propuestas que no parecen haber sido lo bastante bien transmitidas como para conectar con la gente, probablemente algunos de esos proyectos coincidan o se complementen, otros pueden ofrecer diferencias definitivas para que los morelenses definan su voto por un proyecto de gobierno que nos ayude a superar las muchas crisis que vivimos.

Los electores tienen el derecho individual y el deber social de conocer todo por lo que van a votar, y eso va mucho más allá de la personalidad de las candidatas. Lo fundamental esta tarde probablemente sea saber si hay una visión de Estado real en la oferta política de Morelos, o si nuevamente se votará por alguien que no tenga un diagnóstico y propuestas de solución claras para los graves problemas que padece el estado.

Si bien muchos de los simpatizantes de una u otra candidata pueden estar ávidos de que se señale a las otras, lo cierto es que aún las encuestas más favorables para cualquiera de ellas evidencian que la mayoría de los probables votantes aún no se ubican en la etapa de la definición de su voto y esperan escuchar más de quienes se han postulado.

El debate será una gran oportunidad para reconocer la viabilidad y conveniencia de las propuestas de las candidatas en materia de seguridad pública, salud, educación, economía, empleo, turismo, transparencia y combate a la corrupción. Y por muy espectaculares que pudieran resultar los tonos de denuncias y señalamientos, uno esperaría que no predominen, para que los electores tengan tiempo para atender y decidir sobre cada uno de los temas de la agenda política que le urge a un estado que lleva casi una década de escuchar solo pleitos entre su clase política. Ojalá esta noche haya propuestas, sería un buen cambio para empezar.