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¿Son accesibles las viviendas?

 

A partir de los datos del Sistema de Cuentas Nacionales de México (SCNM) publicado el 24 de noviembre de 2023, se pueden leer datos interesantes con respecto al desempeño del sector de la construcción como indicador del Producto Interno Bruto, y que revela un crecimiento considerable. Lo interesante aquí es que el crecimiento de 10.5% del sector se basa en el desempeño del subsector de obra civil (78%), que se relaciona directamente con las obras de infraestructura prioritarias de la administración actual.

En contraparte, se registra una contracción del crédito hipotecario que no es debido a la falta de oferta, sino de la disminución en las solicitudes de crédito, siendo éste el principal mecanismo formal de acceso a la vivienda. Según el informe correspondiente al segundo semestre de 2023 sobre la Situación Inmobiliaria en México elaborado por BBVA Research, se observa que el costo de la vivienda ha experimentado un aumento promedio tres veces superior al crecimiento de los ingresos, generando un impacto negativo en la accesibilidad a la vivienda para los sectores de menores ingresos.

Una primera reflexión nos lleva a demandar que, tanto el gobierno federal como el estatal, tomen cartas en el asunto para impulsar los mecanismos que permitan atender esta necesidad fundamental, sobre en todo en un país con una población en donde el 46.8% de la población se ubica por debajo de índice de pobreza y en donde 11.8 millones de mexicanos reportaban carencias por calidad y espacios de vivienda (CONEVAL, 2023). Se registra además, una demanda potencial de 3.2 millones de viviendas por parte de la población asalariada, localizada principalmente en las zonas metropolitanas del país, la cual solo puede ser atendida con políticas públicas efectivas que impulsen la producción de vivienda, pero que también garanticen las infraestructuras, servicios y mecanismos financieros para que sea realmente accesible.

Sin embargo, lo que podría ser preocupante es que la disminución en la demanda de créditos hipotecarios esté anunciando una crisis en este sector. A este respecto tenemos que, mientras que por una parte se han generado más puestos de trabajo formales y mejor pagados, la demanda de créditos se contrajo. Esto se explica si consideramos que los salarios crecieron a una tasa del 2% anual, en tanto que en el mismo periodo los precios de la vivienda aumentaron un 6.1%, lo que sugiere que, a pesar de la intención de comprar, los ingresos familiares no alcanzan para adquirir la vivienda que requieren.

Es importante destacar que, de manera paralela, los créditos de la banca comercial para los segmentos residencial y residencial plus se mantuvieron al alza, en tanto que el INFONAVIT ahora está priorizando el sector popular después de que en dicho periodo se financió sobre todo la llamada vivienda tradicional, por un valor de hasta un millón 103 mil pesos. Este impulso a la vivienda es importante sobre todo después de que en los últimos seis años, este instituto registró una reducción del 53% en la oferta de créditos hipotecarios para los segmentos de menores ingresos de la población. Un factor que no se puede pasar por alto es el incremento en la tasa de morosidad, que contribuyó significativamente a la existencia de un conjunto de 6.2 millones de viviendas vacías. En este aspecto, Morelos destaca como la entidad con el índice más alto, alcanzando un 4.6% de incumplimiento, superando considerablemente el promedio nacional.

La necesidad urgente de abordar esta problemática es una asignatura pendiente para quienes quieren gobernar nuestro estado, considerando la alta proporción de población en situación de pobreza y las carencias habitacionales reportadas. Se destaca la importancia de políticas públicas efectivas que impulsen la producción de vivienda y aseguren la accesibilidad mediante infraestructuras, servicios y mecanismos financieros. A pesar de los proyectos emblemáticos que han sostenido la construcción en los últimos años, el recorte presupuestal previsto para 2024 podría impactar negativamente al sector, además de que la disminución en la demanda de créditos hipotecarios podría indicar una crisis potencial en el mercado inmobiliario, exacerbada por el aumento en el índice de morosidad, particularmente notable en Morelos. Es por ello por lo que la vivienda se está convirtiendo en un bien de consumo inalcanzable, en donde la habilitación de espacios dignos, equipados y con la totalidad de los servicios demanda un lugar dentro de las políticas de gobierno que quisiéramos ver en acción.

Desarrollo de casas Geo en Ixtapaluca, México. Cortesía de Oscar Ruiz, 2007.