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Alessandro Giuseppe Antonio “Sandro” Pertini, Presidente de la República Italiana entre 1978 y 1985, dedicó las siguientes palabras a Enrico Berlinguer (1922-1984), Secretario General del Partido Comunista Italiano, al ser informado de su fallecimiento: Berlinguer era un uomo lungimirante al quale ho voluto bene come a un figlio “Berlinguer era un hombre con visión a futuro al cual quería como a un hijo”. La siguiente nota pretende abonar al debate político en nuestro Estado ante las elecciones de 2024.

En una entrevista hecha al líder del PCI, el 28 de julio de 1981 realizada por Eugenio Scalafari, director del diario italiano La Repubblica, Berlinguer hacía una profunda reflexión sobre los males que aquejaban a las instituciones políticas de Italia, y huelga decir que esta opinión no está muy alejada de la realidad que vivimos en el México de 2024. Aquí unos fragmentos de aquella mítica conversación:

“Los partidos políticos actuales son, ante todo, máquinas de poder y clientela. Tienen un conocimiento escaso o distorsionado de la vida, de los problemas de la sociedad y de las personas. No tienen ideas, ideales, programas, sentimientos ni pasión cívica. Gestionan intereses contradictorios y diferentes, sin ninguna relación con las necesidades humanas ni con el bien común. Ya no son organizadores del pueblo ni formaciones que promuevan la iniciativa y la madurez cívica. Son más bien federaciones de facciones, cada una con su líder… Los partidos políticos han tomado el control del Estado y de todas sus instituciones, desde el gobierno hasta las entidades locales, los bancos, las empresas públicas, los institutos culturales, los hospitales, las universidades, la televisión pública y los grandes periódicos. Todas las operaciones de estas instituciones se realizan en función de los intereses del partido, la corriente o el clan que las controla.

La cuestión moral no se limita a encontrar, denunciar y encarcelar a los ladrones y corruptos de las altas esferas de la política y la administración… la cuestión moral significa sobre todo la ocupación del Estado por parte de los partidos políticos y sus facciones. Esto supone una concepción de la política y los métodos de gobierno de estos partidos que debemos superar y abandonar. La cuestión moral es el centro del problema… Si seguimos así, la democracia… corre el riesgo de contraerse, de no ampliarse ni desarrollarse, de ahogarse en un pantano.

En cuanto al clientelismo, muchas personas han aprovechado la comercialización del Estado, los abusos, el favoritismo y la discriminación. Muchas han sido chantajeadas, han recibido ventajas, esperan recibirlas o temen no recibirlas más… Para ello, deben interpretar las grandes corrientes de opinión, organizar las aspiraciones del pueblo y controlar democráticamente el funcionamiento de las instituciones. Sin embargo, los partidos políticos, en su mayoría, han degenerado en esta función, causando un grave daño al Estado…”

A 43 años de esa entrevista, la vigencia de sus palabras es muy cruda. Sobre todo, cuando vemos cómo los partidos que en su momento gobernaron nuestro país han sido tomados por camarillas que buscan poder, vaciados de todo contenido ideológico o lo que es peor, políticos que por intereses personales cambian de un partido a otro para obtener un puesto.

Lo que impera es vencer a toda costa al partido gobernante y nada más, esos partidos no han entendido o no quieren entender que uno puede llegar a acuerdos con personas que piensan distinto a nosotros, pero los principios no son negociables bajo ningún caso, a menos que se carezca de ellos. Esa amalgama de fuerzas políticas y sus representantes tan opuestos en sus orígenes como en sus formas de gobernar anhelan recuperar sus fueros. Hoy vale la pena atender las palabras de Enrico Berlinguer para evitar que los conservadores se hagan con las instituciones de origen popular y el gobierno como ya lo hicieron años atrás tanto en México como en Morelos.

* Historiador