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En este gobierno a los criminales se les ofrecen abrazos. Por otro lado, los ciudadanos que no son criminales pero que infringen la ley para defenderse del crimen, a ellos sí se les aplica todo el poder del Estado. Muchachos que no quisieron pararse en un retén son balaceados. Automovilistas y transportistas en diversas autopistas son asaltados y asesinados por individuos que llevan pistolas y metralletas y escapan porque no hay nadie que los detenga. ¡Ah! Pero si en un retén se le encuentra una pistola a un automovilista común y corriente para defenderse de los criminales, entonces a él sí lo arrestan por “portación ilegal de armas de fuego”.

Los ciudadanos que no somos criminales, estamos en completa desventaja ante los delincuentes por varias razones pero quisiera mencionar tres. Primero, mientras que los criminales sí portan armas, el gobierno no permite que los ciudadanos podamos hacerlo. Los delincuentes te despojan de tu vehículo, de tu dinero, te extorsionan, te secuestran, o incluso te matan, porque ellos portan armas y saben que tú no. ¿Qué pasaría si los criminales supieran que cada ciudadano al que quieren asaltar, extorsionar, secuestrar, o que es testigo de alguno de estos crímenes, llevase consigo una pistola o metralleta con la cual defenderse o defender a los demás?

El artículo 17 de nuestra Constitución dice que ningún ciudadano puede hacer justicia por sí mismo, lo que el gobierno interpreta como que no podemos portar armas de fuego ya que para hacer justicia están las fuerzas del orden. Esto me lleva a la segunda razón por la cual estamos en desventaja: hay mucho más delincuentes que policías, sobre todo en este sexenio en el que se han ofrecido abrazos para los criminales y se ha reducido alarmantemente el presupuesto para las corporaciones policiales.

De acuerdo con los datos del Observatorio Nacional Ciudadano, en el año 2023 se cometieron en México poco más de tres millones de crímenes de todo tipo (asesinatos, violaciones, robos de vehículos, asaltos, etc.). Esta cantidad es mucho más grande que el número de policías que tiene todo el país (aproximadamente 500 mil incluyendo policías municipales, estatales y Guardia Nacional). Claramente, las fuerzas del orden están rebasadas. Dejando de lado el hecho que de algunos policías puedan ser corruptos, incluso si todos fueran honestos, están completamente rebasados por los criminales, lo cual me conduce a la tercera razón.

En el gobierno de la 4T, los policías y miembros las fuerzas del orden también están en desventaja en su lucha contra los criminales. Mientras que un policía debe seguir todo el protocolo establecido en las leyes y tratados internacionales de los Derechos Humanos para poder atrapar a un criminal, los criminales simplemente no respetan los derechos de nadie y violan la ley a sus anchas con plena confianza de que muy probablemente se les brindará un abrazo humanitario después de sus fechorías y atrocidades.

No estoy inventando nada. En este enlace https://www.youtube.com/watch?v=mjSBEiqq3dI pueden ver que el Presidente pide a los guardias nacionales respetar los derechos humanos de los delincuentes porque ellos también son “seres humanos que merecen nuestro respeto”. Los delincuentes disparan a mansalva, montan emboscadas, secuestran, extorsionan, lanzan drones con bombas sobre comunidades enteras, descuartizan y desuellan vivos a sus enemigos, ya sean otros delincuentes o policías, todo esto esperando que se respeten sus derechos humanos y se les ofrezcan abrazos. Por el contrario, ningún policía o militar puede jalarle los pelos a un delincuente porque entonces estaría violando sus derechos humanos y sería encarcelado acusado de tortura. En este gobierno, la lucha contra la delincuencia es muy desigual. Las “ocurrencias humanitarias” del presidente han empoderado a los delincuentes y les ha restado autoridad y legitimidad a las fuerzas del orden y a los propios ciudadanos que lo único que queremos es vivir en paz.

No estoy sugiriendo, ni remotamente, que se les permita a los policías cometer atrocidades. Tampoco quiero que cada ciudadano ande armado (nos mataríamos por incidentes de tránsito o porque alguien se coló en la fila del banco). Lo que pido, y creo que es una exigencia ciudadana generalizada, es que se restaure el respeto que merecen las fuerzas del orden y se les permita hacer valer la ley. Cualquier persona que le falte el respeto a un policía o militar debería ir a la cárcel o ser multada. Cualquier policía cuya integridad sea amenazada debería tener el legítimo derecho a defenderse incluso con fuerza letal, como ocurre en otros países más desarrollados que el nuestro (prueben insultar a un Carabinero en Chile o amenazar con un arma de fuego a un policía en Estados Unidos).

Actualmente, parece que lo único que puede hacer un policía mexicano amenazado cuya vida corre peligro es huir de los agresores, mientras que lo único que puede hacer un ciudadano para defenderse de los criminales es llamar a la policía. Pero si la policía no tiene la autoridad ni legitimidad para hacer valer la ley, y si están rebasados por tantos criminales que saben que recibirán abrazos… ¿de qué sirve llamar a la policía?

Ni los fanáticos acérrimos de la 4T pueden negar el Estado Fallido en materia de seguridad generado por las ocurrencias humanitarias del Presidente porque ellos, al igual que todos los demás, también tienen miedo de salir a la calle.

*Investigador del Instituto de Ciencias Físicas de la UNAM y del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM.