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Se le atribuye a una de las mentes más brillantes del siglo XX, Albert Einstein, la frase que dice: “locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados distintos”. Después de la gran cantidad de fracasos del gobierno de la 4T en seguridad, salud, educación, en la lucha anti-corrupción y muchas cosas más, la candidata morenista a la presidencia, Claudia Sheinbaum, viene a ofrecer la continuidad del proyecto 4T-ísta prometiendo que con dicha continuidad las cosas ahora sí van a cambiar. Por más que el Presidente y su séquito de funcionarios maquillen las cifras en las conferencias mañaneras, moviendo los números para arriba y para abajo a conveniencia, diciendo que tienen “otros datos” y que estamos mejor que nunca, la realidad del país que vivimos todos los mexicanos día con día no la pueden esconder. El maquillaje con el que el Presidente quiere embellecer sus datos se reseca y desmorona, se cae a pedazos ante el peso de una realidad de violencia, desaparecidos, extorsiones, robos, servicios médicos muy distintos a los de Dinamarca, refinerías que no refinan, destrucción de ecosistemas, trenes que se descarrilan, niños y jóvenes que obtienen bajísimas calificaciones en exámenes de conocimiento internacionales, y de muchísima corrupción. La candidata Sheinbaum debe estar loca para querer continuar con el mismo proyecto de la 4T y esperar resultados distintos. Alguien en su equipo de asesores seguramente ya se dio cuenta de esta locura y le dijo a la candidata que la continuidad no iba a generar resultados diferentes. Entonces, la “Cheinbaum” modificó su eslogan de campaña para prometer ahora “continuidad con cambio” porque la pura continuidad los haría ver como unos auténticos dementes.

Lo que no han dicho es qué cosas van a continuar y qué cosas van a cambiar. Por supuesto que queremos que continúen los apoyos para estudiantes y adultos mayores, por ejemplo. ¿Pero y todo lo demás? ¿Continuará la farmaciototota sin tener medicinas esperando que aun así la gente se cure? ¿Continuarán los narcos apoderándose del territorio nacional esperando que disminuya la violencia en el país? ¿Continuarán lo policías sin poder ejercer la fuerza legítima del Estado esperando que más criminales sean capturados? ¿Continuará la corrupción cínica y rampante en empresas gubernamentales como PEMEX y SEGALMEX esperando que se vuelvan más productivas? ¿Continuará la deforestación masiva de bosques y selvas esperando que tengamos más agua y haga menos calor? ¿Continuarán con el modelo educativo de la Nueva Escuela esperando que esta vez los niños sí aprueben los exámenes internacionales? ¿Continuarán los nuevos gobernantes justificando sus fracasos con el pretexto de que los gobiernos anteriores fueron los que echaron todo a perder esperando que les volvamos a creer?

Los locos de la 4T pretenden continuar haciendo lo mismo esperando que los problemas de nuestro país ahora sí se resuelvan. Esta “continuidad con cambio” es la locura a la que se refería Einstein. Algunos lectores podrán argumentar que no se trata de locura sino de cinismo, ese cinismo delirante que lleva a los gobernantes a violar las leyes a la vista de todos para después negar sus actos mirándonos a los ojos, o para simplemente decir: “¿y qué? Yo tengo el poder y ustedes no”. Lo que yo observo en la 4T es una combinación de locura, corrupción y cinismo como nunca antes la habíamos visto. El número de homicidios en este sexenio (en promedio 90 al día) ha superado con mucho el número de homicidios en sexenios anteriores. Entonces sale la Cheinbaum diciendo: “pero no se fijen en el número total de muertos, sino en la tendencia, la cual demuestra que estamos mejor que nunca”. Como no han podido contener la ola de violencia que prometieron contener, en su desplante de locura y cinismo se inventan un parámetro, la “tendencia”, que según ellos demuestra que éste ha sido el mejor gobierno de toda la historia, negando ante nuestras narices la realidad que todos los ciudadanos experimentamos cada día.

Otra muestra de locura y cinismo de los gobernantes de la 4T fue la firma del tratado “Vuelve a la Patria”, con el cual México se compromete a dar apoyo económico a los migrantes venezolanos para que regresen a Venezuela. En la foto se pueden ver a Alicia Bárcena estrechando la mano del presidente Nicolás Maduro, ambos muy sonrientes. Es precisamente gracias a las condiciones de desempleo, falta de educación y miseria que han generado las políticas del gobierno de Maduro que los venezolanos prefieren arriesgar sus vidas huyendo de su país que quedarse a vivir allá. Justamente con ese señor, con el principal artífice y culpable de la migración venezolana, es con quien Alicia Bárcena firma el tratado de repatriación para que los venezolanos regresen a las mismas condiciones de las que huyeron esperando, tal vez, que ahora sí sus vidas mejoren. Si esto no es locura mezclada con cinismo y corrupción, no sé qué es.

Quisiera terminar este texto con otra frase que también se le atribuye a Einstein: “Cuando te mueres no sabes que estás muerto, no sufres por ello, pero es duro para los demás. Lo mismo pasa cuando eres imbécil”.

*Instituto de Ciencias Físicas, UNAM.

Centro de Ciencias de la Complejidad, UNAM.

Foto: Gobierno de México